Los días habían pasado con tranquilidad. Draco y Harry aun mantenían su relación en secreto, un secreto que pronto iba a terminar cuando el azabache encontrará el día indicado.
Por el momento se encargaba de siempre poder dibujarle una sonrisa en el rostro a Draco.
Aunque no podía realizar ciertas muestras de amor frente a otros, podía dejarle obsequios en lugares determinados para que solo el pudiera encontrarlos.Conocía muchos objetos del mundo muggle que eran específicos para alguien que amabas, el único contratiempo se había originado al acordarse que no podía enviar a su lechuza a una tienda muggle, por que eso hubiera resultado muy extraño y algo perturbador para quienes no procedían del mundo mágico.
Una tarde se dio con la idea de que podía encargarse el mismo de crear algo lindo que Draco valorara.
Y con cierta ayuda de Hermione, a quien le pidió tela y ciertos materiales que el no tenía en su disposición, empezó a crear una versión en miniatura de el mismo.
Recordaba que era algo muy común entre los novios regalarse algo tierno.
Y como no podía encontrar nada más tierno que un peluche idéntico a el, con el cabello alborotado negro azabache, con ojos verdes y una mini túnica de colegio, decidió seguir con su idea.Al principio no sabia como comenzar, nunca había sido hábil para la costura, eso le asombraba, pues a pesar de estar bajo el cuidado de sus tíos quienes no le prestaban la menor preocupación por su bienestar, supuso que eso seria una escusa indicada para aprender a valerse por si solo en muchos aspectos.
No le quedaba de otra que depender de su leal amiga.
—Solo te pido que no sea muy animado—le dijo a Hermione, se encontraban sentados en el sofá de en medio, de la sala común de los leones—. Tampoco es un niño.
La castaño sonrió tiernamente.
—No eres de dar este tipo de obsequios—comento—. Si que debes estar perdido por el.—No te lo puedo ocultar.
—Dejame decirte que me siento feliz por ti... Por ambos. Es muy agradable ya no verlos pelear por cualquier tontería—empezó a elegir entre todas las telas que tenía, como si comparara el color con la túnica de Harry.
—Me alegra que pienses eso—le dijo agradecido mientras se recostaba en el sofá—. Pero no peleábamos, solo...
—Fingían, lo se Harry. Y lo hacían muy bien. Enemigos mortales.
—En realidad si lo eramos, nos odiabamos. Pero una noche...—se detuvo y se sentó con una sonrisa amigable, mirando hacia la entrada del cuadro de la dama gorda—. Hola, Ginny. ¿Has visto a Ron?
La joven lo miro y siguió su camino hacia las escaleras que la guiaban al dormitorio de las chicas.
Por su expresión parecía enfadada, pero no con alguien, si no mas con sigo misma.—¿Y eso?—se extraño Harry mirando a Hermione—. ¿Que le hice?
—A estado así desde que...—bajo la mirada hacia sus manos y luego los volvió a subir para ver los ojos color verde brillante de su amigo—... Creó que alguien le ha contado sobre tu romance con Malfoy.
Harry fruncio el ceño.
—¿Que demonios le pasa a Ron? ¿Porque lo hizo?—pregunto con fastidio—. Además... ¿Porque Ginny esta molesta por eso?—Ron esta arrepentido, el habla dormido, no lo hizo por gusto. Y sobre Ginny... Me sorprende que hasta ahora no lo sepas.
Harry entrecerro los ojos.
¿Que debía saber?
Negó ignorando la mirada de su amiga.
Ginny no podía quererlo. Ella solo admirada al niño que vivió, más no sentía algo grande por el, es más, ni siquiera habían interactuado mucho.~•~
Los corredores en Hogwarts estaban en su mayoría, a pesar de la hora temprana, desolados. Los alumnos habían decidido pasar el tiempo en sus respectivas salas comunes, tal vez consecuencia del frío.
Draco salia de la biblioteca, caminando despreocupado como siempre. No se encontraba con sus amigos, debido a que no les gustaba en lo mas mínimo los libros.
En su camino a las mazmorras, da la vuelta por un corredor, pero se detiene en seco, algo le había caído directamente a los pies. Retrocedió asustado, tal vez creyendo que se trataba de alguna tonta mascota de alguien de primero.No era nada vivo, a simple vista era un muñeco de tela, estaba tumbado boca a bajo, solo podía ver la lana negra que sobresalía de la cabeza dando la imagen de un cabello alborotado, como también la ropa negra, muy idéntica a una túnica de Hogwarts.
Con curiosidad lo levanto y empezó a examinarlo. Una vez le dio la vuelta, su rostro se quedo mas pálido de lo normal.
Ese muñeco o peluche se parecía tanto a Harry, hasta el ultimo detalle, incluso poseía la horrible cicatriz en la frente.Al principio lo considero aterrador, encontrarse un muñeco de Harry. Como si se tratara de un procedimiento vudú. Pero después de examinarlo, se pudo dar cuenta de lo tierno que era, la cabeza del muñeco era redondo y de un color crema, con las mejillas pintadas de un color rosa muy claro, dando el toque de ruborizado. Tenia los ojos verdes muy brillantes, los cuales eran un pedazo circular de tela y encima habían pegado unas gafas redondas.
El cuerpo entero podía ser apachurrable, pero las manos no tenían dedos y los pies ni poseían zapatos.
Pero si tenía un túnica negra del colegio, además de unos colores característicos de Gryffindor.Si, definitivamente era Harry. En versión muñeco para dormir.
No pudo evitar sonreír, miro por los costados percatándose que nadie estaba viéndolo. Escondió el muñeco en su túnica y siguió su camino hacia la sala común de Slytherin.
Bajo una capa invisible, Harry le volvió a agradecer a Hermione su ayuda con el obsequió.
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