Inhalé profundamente para calmar mi entrecortada respiración, cuando ya estaba más tranquila salí disparada de la cama a comprobar la cerradura de mi puerta, efectivamente, se encontraba abierta. La cerré, nerviosa de si alguien había entrado de todas formas, comencé a caminar y busqué cuarto por cuarto si había algo sospechoso. Nada. Decidí tomar una ducha para relajarme, después de eso me vestí con unos jeans, una blusa de color blanca y unos converse del mismo color. Me peiné el cabello y cepillé mis dientes, comprobé el clima viendo por la ventana, para mi desgracia estaba soleado, pero no le dí importancia. Sin perder más tiempo salí a toda prisa del apartamento, una vez afuera prácticamente corría, lo único que tenía en mente era llegar a mi destino, al poco tiempo llegué, el consultorio como era lo usual se encontraba vacío, al igual que la silla de Hemsworth.
De todos modos tomé asiento donde siempre y esperé paciente a que apareciera, me distraje con un adorno de cristal extraño, lo tomé para verlo mejor, era un cuadrado con las iniciales "BC" grabadas, seguí examinando el peculiar adorno con confusión hasta que escuché unos pasos acercarse, rápido puse el adorno de nuevo en la meza. Hemsworth apareció con su típico atuendo de profesor sosteniendo una taza de té en la mano. El Dr. Hemsworth era inglés, por eso su adicción al té, pero a pesar de eso, había vivido tantos años aquí en Seattle, que ya no tenía su acento.
—Oh srta. Carver, ¿Qué hace aquí a esta hora? —preguntó examinandome de pies a cabeza.
—Tengo inquietudes doctor, y necesito que alguien me escuche —admití —discúlpeme si vine muy temprano, pero es que ni siquiera me detuve a ver la hora.
—No me digas, ¿es otra de tus pesadillas? —dijo ya sabiendo la respuesta, dándole un sorbo a su té.
—Sí, pero también hay algo más... Ayer conocí a un chico —confesé, lo dije tan rápido que ni yo había entendido mis palabras.
Estaba jugando con mis manos cuando alzé la vista hacia él, tenia una sonrisa escondida detrás de la taza, lo sé por las arrugas en las comisuras de sus ojos y por sus mejillas levantadas, y no sabía si se estaba burlando, si estaba feliz por mí o si estaba metido en alguna conspiración y la fase uno ya estaba completada.
—Ven, hablemos en el comedor —dijo, y yo alzé una ceja en confusión. —Puedo asegurar que ni has desayunado, vamos.
—Oh —susurré y me levanté de mi asiento.
Comencé a seguirlo por un pasillo angosto hasta llegar una amplia sala, no sabía que el lugar tuviera más habitaciones, siempre juré que solo tenía su pequeño consultorio. El cuarto estaba decorado de la misma forma que su consultorio, paredes amarillas y en una de ella un gran ventanal que dejaba pasar toda la luz del sol, en el centro de la habitación se encontraba una larga mesa de madera con sillas a su alrededor y, en el medio de ésta, un precioso arreglo de flores azules y blancas.
—Siéntate donde gustes —indicó, mientras tomaba asiento al final de la mesa.
—No sabía que éste lugar fuera tan grande —comenté a la vez que me sentaba a su derecha.
—No suelo dar recorridos, pero como siempre, tú eres la excepción —dijo, y al instante una muchacha joven y con ropa de servicio apareció por una puerta al frente de nosotros, empujaba una mesa con ruedas y en ella lo que se suponía era nuestro desayuno, tampoco tenía idea de que tuviera una criada.
Uno a uno fue colocando diferentes platillos en nuestra mesa, uno con tostadas, otro con fruta rebanada, otro con panqueques, etc. De pronto me sentí demasiado ordinaria como para desayunar con el Dr. Hemsworth, era obvio que yo estaba muy por debajo de la clase social dónde él estaba, se podía notar a kilómetros. Estaba incómoda, Hemsworth sólo me observaba como a una niña de 5 años y aún no se servía nada, miré los platos llenos de comida sin saber si servirme o no, al final opté por dejar a un lado todo ese exagerado bufete de desayuno y volver a retomar la conversación de hace unos minutos.
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Amnesia ©
RomanceMelody Carver no es más que una buena chica a la que le han pasado bastantes cosas malas, empezando por que sufre de lagunas mentales, tiene horribles pesadillas y no recuerda nada de su pasado, por suerte tiene un psicólogo que la ayuda a superar t...