La sesión había llegado a su fin y yo ya me encontraba caminando por las calles de Seattle en busca de un lugar para almorzar, hoy se me antojaba una hamburguesa. Por suerte mis padres me depositaban en mi cuenta cada día suficiente dinero para permanecer estable económicamente. El día aún tenía pinta de que iba a llover en cualquier momento así que tenía mi paraguas en la nano todo el tiempo, caminé una cuantas cuadras y por fin llegué a lo que parecía un pequeño local de comida rápida.
Era pequeño pero acogedor, desde la entrada pude notar que era temático, puesto que tenía Discos de azetato colgando en las paredes, una llamativa rocola en una esquina, posters de estrellas que fueron muy famosas en los años pasados como Elvis Presley y Madonna, y lo que lo hacía más obvio; Las camareras usaban vestimenta de la época y andaban en patines hiendo de un lado para otro.
A pesar de ser pequeño estaba muy bien administrado, al final había una especie de bar y a mi alrededor se encontraban las mesas. El lugar estaba medio lleno pero rápidamente pude localizar una pequeña mesa cerca de la barra. Me acerqué y tome asiento mirando hacia el bar, al poco tiempo llegó una camarera y tomó mi orden. Pedí una hamburguesa con papas fritas y una malteada de fresa.
Mientras esperaba mi orden, posé mis ojos en el bartender, estaba preparándo un peculiar trago de dos colores; tenía un color rojo fuerte en el fondo de la copa y un amarillo chillón arriba del rojo, me intrigó saber que clase de trago era ese, así que seguí observando sin discreción. Veo como el bartender le entrega la llamativa copa a un chico sentado en uno de los taburetes de la barra, y éste empieza a tomárselo como si fuera lo más natural del mundo. Dios, ¿cómo alguien puede beber alcohol al mediodía? Yo nunca bebería a éstas horas. Al parecer mi indiscreción no fue pasada por alto y el chico que tanto observaba con asombro, ahora me observaba a mí. Juro que lo que más quería en ese momento era apartar la mirada pero algo me lo impedía, no estaba segura de qué era pero cuando volteó a verme, sentí algo que nunca había sentido antes. No me malinterpreten, no era amor, mucho menos deseo, era algo extraño, ¿miedo talves? Creo que la palabra que mejor lo describiría sería intimidante, sí, eso es lo que siento en este momento.
Pero ¿Quién no lo estaría con un chico así mirándote? Estaba sentado, aunque igual se podía notar que era bastante alto, pero sus músculos eran los que lo hacían ver rudo, su piel era de color azúcar morena, su cabello era negro y corto, y lo llevaba hacía atrás con la mano, de su rostro no me podía quejar, no era para nada feo, perfectamente rasurado, una cejas hermosamente gruesas, nariz perfilada, unos labios besables... ¿Por qué sigo viéndolo como una tonta? ¿Y por qué él seguía viéndome como si me fuera a matar?
De inmediato aparté la mirada y corté la extraña "conexión" entre nosotros. Como una campana de salvación, la camarera aparece con mi pedido y lo coloca en mi mesa, le agradezco y tras retirarse empiezo a comer y a poner todo mi esfuerzo en no volver a mirarlo. Sabía que él seguía observándome, podía sentir su mirada intentando traspasarme sin tener que siquiero verlo, si las miradas mataran, ya estaria muerta tirada en suelo y el seguramente satisfecho con lo que había logrado. Seguía comiendo y ya empezaba a odiarlo, tener que comer con una mirada inquisidora ensima era bastante incómodo, definitivamente éste era el peor almuerzo que he tenido, rezo por que él no sea un cliente del lugar, no quisiera dejar de venir por él.
Pero por dios, es que nisiquiera disimula, llevo como unos 10 minutos comiendo y el idiota este no despegua la mirada de mi puta mesa. Seguramente me va a secuestrar, sí, seguro es eso, está tramando alguna pervesidad para hacerme cuando termine de comer, miro a mi alrededor y todavía queda mucha gente almorzando, no creo que intente nada con todo este gentío viendo. Dios, bendito sea el momento en el que miré su estúpida copa, todo es culpa del bartender por preparar un trago tan llamativo, todo este lío de miradas asesinas e incómodas no estaría pasando si no fuera por él.
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Amnesia ©
RomanceMelody Carver no es más que una buena chica a la que le han pasado bastantes cosas malas, empezando por que sufre de lagunas mentales, tiene horribles pesadillas y no recuerda nada de su pasado, por suerte tiene un psicólogo que la ayuda a superar t...