Capitulo VII

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Suzanne no vio a Dane hasta el final de la semana. Había deseado que volviera el miércoles pero todos los días el terminar el día se acostaba con la decepción de que no haberlo visto.

Por tanto el jueves cuando todavía no había sabido nada de el se dijo que tal vez su ausencia representaba mas un alivio que una decepción.

Esa  noche soñó con Ángela y Dane que juntos con ella constituía un triangulo. No recordó los detalles la siguiente mañana pero sabia que el sueño había tenido todas las características de una pesadilla.

Fue una coincidencia encontrarlo al día siguiente de aquel sueño tan inquietante. Suzanne acababa de lavar los platos de la cena y pensaba irse a dormir cuando escucho la puerta de entrada. Al oírla se le hizo un nudo en el estomago.

Salió de la cocina deprisa y entonces se lo encontró. Se estaba arremangado las mangas de la camisa y no pareció sorprenderse al encontrarla tan de repente y siguió haciendo movimientos que estaba haciendo sin apenas mirarla.

Entonces Suzanne que hasta ese momento había estado pensado irse a la cama finalmente inicio con el una conversación al preguntarle:

---¿Qué tal el viaje?

---Bien. Muy bien---le contesto mirándola---. Valió la pena el esfuerzo puesto en las negociaciones. Finalmente las cosas parecen empezar a funcionar. América era un paso intermedio para mis objeticos. Siempre has tenido curiosidad sobre mi viaje a América… Te diré que según van las cosas mi autoexilio habrá valido la pena---le sonrió y cuando agrego cambiando de tema---. ¿Queda algo de café?

---¿Tienes algo que ver con Martha todo esto?---pregunto ella.

---¡Oh si¡ Tiene que ver con Martha ---pero pregunto nuevamente---. ¿Queda algo de café?

---¿Un café caliente y recién hecho esperando que lo pongan en una taza? No.

Dane no había dicho casi nada sobre Martha pero ella no se atrevía a preguntar mas después de lo ocurrido entre ellos.

---¿Y no puedes convencerte de que me hagas un café?---se rio el.

---No, no creo. Pero si lo preparas podrías hacerme uno ¿No?

Ella se alegraba de que la relación entre ellos volviera a la normalidad y de que el no hubiera mencionado el episodio intimo entre ellos.

A las diez minutos estaba tomando café frente a frente en la cocina. Se encontraba cómoda así en esa familiaridad con el con su ropa mas vieja y sin maquillaje y escuchando hablar. Pero tal vez esa situación familiar fuese peligrosa a la vez.

El le hablo de Nueva York. Le conto sobre lugares de los que ella jamás había oído hablar. Ella nunca había podido hacer viajes así. Y lo escuchaba con entusiasmo. Pero el no volvió a mencionar a su madrastra.

---Estas haciendo algo muy peligroso sentándote ahí y de dictándote a escucharme---dijo el de pronto mirándola.

---¿Qué?

---Estas alimentando mi ego con esa atención que me prestas---y se inclino hacia delante con los codos apoyados en la mesa---. ¿No te dijo tu padre que semejante atención puede ser turbadora?

---No.

¿Debería tomarlo en serio?

---No, por supuesto que no. Estabas demasiado ocupada hablando de los pájaros y las abejas aun cuando tenia catorce años---dijo ella.

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