Aún

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Marzo 11 [🌸]

Yacía acostado en el patio del colegio, sosteniendo en su mano lo que aparentemente eran pétalos cubiertos de sangre.

Rió amargamente.

[.....]

Era un Jueves por la mañana, el cielo se veía despejado, y el sol convinaba perfectamente con la brisa fresca del día.

Estaban en el receso, Horacio se había ido a comprar comida, mientras Gustabo descansaba en la azotea del colegio.

El rubio escuchó una suave risa que se escuchaba lejana, por curiosidad dirigió su mirada hacia abajo, el patio del colegio, logrando divisar a Jack junto con Julia, la mejor amiga del peli negro. Reían juntos.

Sintió un dolor en el estómago, llevándose la mano al lugar del dolor.

- Qué raro...- Murmuró.

Desvió su mirada de la escena que, a pesar de no ser gran cosa, le resultaba irritante.

Se recostó en el piso, y sin darse cuenta se quedó dormido.

°
°

“¡Cuando seamos grandes veremos juntos las flores de Sakura!”

°
°

“Lo prometo”

°
°

Despertó de golpe al sentir que se ahogaba, tociendo repetidamente, y con algo de fuerza.

Logró normalizar su respiración y suspiró.

Solo dormitó por unos minutos, pero ese pequeño sueño se sentía nostálgico, doloroso.

Volvió a mirar hacia el patio del colegio, volviendo a ver a Jack junto a aquella chica.

No hace mucho habían empezado rumores de que ellos dos eran pareja en secreto, que Jack le daba ciertos favoritismos a la chica de ojos claros y cabello castaño, que Julia se había declarado y el de ojos oscuros aceptó sin siquiera pensarlo, pero solo eran rumores ¿No?

¿Por qué me siento tan inseguro...?

Un pensamiento fugaz que se desvaneció al ver cómo Conway reía junto con la hermosa chica.

Se fueron juntos.

Odiaría decirlo en voz alta, pero, mirándolos, esos dos se veían bien juntos.

Gustabo se levantó de golpe, bajando de la azotea corriendo.

Logrando ver a Jack, quien estaba apunto de entrar a su salón.

- ¡Jack! - El peli negro dirigió su mirada al rubio, mientras este se acercaba agitado.- ¿Podemos vernos después de clases?

- No, ya te he dicho, no tengo tiempo para tus juegos, Gustabo.- Cruzó los brazos, no era la primera vez que el rubio intentaba estar a solas con él.

- Por favor, será solo un rato.

Los ojos zafiro se encontraron con los de Jack, reflejando desesperación.

- Está bien, pero que sea rápido.- Aceptó, nunca vió esa expresión antes.

El rubio asintió y se fue. Sin decir más.

[.....]

Las clases habían pasado, y era hora de encontrarse con Jack.

Se levantó de su asiento y salió corriendo, dejando a Horacio confundido.

Corrió al patio del colegio, logrando ver a Jack esperándolo debajo de la sombra de un árbol.

Se acercó, cansado, y lo miró.

- Habla.- Demandó Conway.

- Tengo...- Titubeó un poco, tenía miedo, miedo de la respuesta a su pregunta.- Tengo una pregunta.

Conway le miró, dando señal a que siguiese hablando.

- ¿A ti... A ti te gusta Julia?

Apretó sus puños, esperando la respuesta.

- ¿Y eso a ti que mierda te importa? - Dijo molesto el de mayor estatura.- Si eso era todo, me voy.

Estaba por irse cuando sintió la mano de Gustabo en su brazo, deteniendole, aferrándose.

Su mirada se dirigió a la mano de Gustabo, y luego a los ojos de este mismo.

Gustabo soltó con rapidez el brazo del contrario.

- Responde... Por favor.- Insistió

Conway miró con fastidio al rubio.

- Si, me gusta ¿Algún problema? - Respondió enojado.

Gustabo miraba a Jack, con un rayo de esperanza de que dijese que era un broma.

Pero no ocurrió.

- ¿Por qué? - Conway miró a Gustabo.- ¿Por qué ella?

Apesar del rostro sin expresión de Gustabo, las lágrimas brotaban de sus ojos.

Llorón.- Pensó Jack.

- ¡¿Por qué ella?! - Y explotó.

Se acercó rápidamente a Conway.

- ¡¿Qué mierda te pa-

Fue interrumpido, fue callado, fue cellado, fue envenenado por los labios del zafiro.

Lo había besado.

Jack reaccionó, empujando a Gustabo, provocando que cayera al césped.

- ¡¿Qué mierda te pasa por la cabeza?! - Se limpió los labios, mirando con ira al contrario, para después irse.

El rubio veía por donde se iba Conway.

Nisiquiera regresó a mirar.

Empezó a tocer repentinamente, tapándose la boca con la mano, para después mirar esta, con temor.

En su mano yacía un líquido carmesí, bañando de rojo unos pétalos rosados, extrañamente lindos.

Su llanto paró, el sonido del viento se volvió mudo, y su mente se puso en blanco.

Todo estaba en silencio, el tiempo se había parado, sintió su mundo caerse.

Recordó a su madre, murió entre sangre y pétalos de rosas, por una extraña enfermedad que hacía brotar flores en el cuerpo humano.

Ah... El cielo está muy lindo hoy.- Pensó, yacía acostado en el patio del colegio, sosteniendo en su mano lo que aparentemente eran pétalos cubiertos de sangre.

Así que moriré...

Rió amargamente.

El sonido, el color, las lágrimas, todo volvió.

°
°
°

- Qué extraño...- Murmuró con una pequeña sonrisa bañada en lágrimas.- ¿Por qué aún te amo?


Hanahaki | Intenabo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora