Su vestido

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Llegamos a mi habitación, y Amelia rápidamente se recostó en mi cama, tal como una niña lo haría, en respuesta tomé la almohada y se la arrojé gritando "¡Guerra de almohadas!", ella solo sonrió atrevidamente, y comenzamos a jugar, hasta que accidentalmente Amelia resbaló de la cama, en ese instante sentí un inmenso miedo a que se lastimará

- ¡Amelia! ¿Te encuentras bien?- dije mientras la cargaba y quitaba su cabello de su frente - ¿Te lastimaste algo?

- Tomando mi mejilla y soltando una carcajada- Me encuentro bien Lance, no soy de cristal tranquilo, hacía bastante no me divertía así contigo - besando repentinamente mi mejilla

Al tenerla entre mis brazos, podía sentir su calor, la suave piel de sus piernas, Amelia se acercó con lentitud a mi oído y susurro "recuéstame", mi cuerpo respondió al instante dejándola caer sobre mis sabanas, y comencé a besar sus piernas para subir hasta su abdomen, me detuve justo en su ombligo para comenzar a respirar detenidamente, en ese momento sentí como sus piernas se estremecieron, así que continué subiendo con mi lengua hasta llegar a su cuello, me detuve un momento para tomar sus manos y colocarlas en mi pecho mientras miraba sus ojos azules, y le dije con seguridad "Quiero cuidarte siempre aquí", ella solo sonrío y con sus piernas se abalanzó hacia mi, comenzó a besar mi cuello, y de pronto me dio vuelta, quedando ella sobre mi, después tomó mis manos y las colocó sobre sus caderas, las cuales movía en circulo mientras comenzaba a quitarse su vestido, sin pensarlo desabroche los botones de mi camisa para volver a sujetarla de sus caderas, bajé mis manos para soltar pequeños "castigos", enseguida me levanté para ponerla contra la pared, y con una mano comencé a quitarme mi cinturón, y con la otra recogía su cabello en coleta, con ello empecé a escuchar su respiración agitada acompañada de ligeros rasguños en mi espalda, esto me incitó a morder ligeramente su hombro y saborearlo hasta llegar a su cuello mientras desabrochaba su sostén, y con ello comencé a bajar con mi lengua entre sus senos bien formados hasta llegar a su ropa interior, aquí me detuve para mirar su rostro sonrojado, sonreí y en un movimiento rápido coloqué mi cinturón en su boca, volví a tomarla de sus piernas para cargarla y llevarla hasta mi cama, enseguida coloque su bello abdomen sobre mi almohada y me quité mi corbata para amarrar sus manos, noté que su cuerpo estaba frío, así que aproveche y comencé a castigarla, las marcas de mis manos se tornaron rojas sobre su piel, esto me satisfacía extrañamente y Amelia parecía disfrutarlo pues movía su cintura en circulo frotando mi miembro, podía sentir lo mojado de su entrepierna, mientras me acercaba a su espalda, respirando lentamente y mordiendo delicadamente, en este punto ella jadeaba y en un intento por hablar, suspiró mi nombre, entonces la tomé de su cuello y me acerque en un tono amenazador para decir "Tienes prohibido hablar", después regresé a su espalda colocando mis manos en sus senos y mientras jugueteaba con ellos introducía con más fuerza mi pene erecto en su ropa interior, tengo que admitir que sentir la presión de sus piernas para zafarse de mi, me excitaba más, en este punto ya no podía detener mi cuerpo, así que bajé rápidamente su ropa interior para entrar en ella, intentó gritar por la agresividad con la que lo hice pero se limitaba por mi cinturón en sus labios, comencé frotarme en ella y repentinamente entrar, me encantaba hacerlo mientras mis dedos jugaban con su pezones erectos, sentir su piel erizada, y roja por mi penetración, en este punto sujete su cabello para hacerlo con más fuerza y la acercaba a mi para saborear su cuello, me encantaba sentir como su vagina se estrechaba tratando de detener sus fluidos, por lo que cambié su cuerpo de posición, me detuve a mirar su cuerpo humedecido por nuestro sudor y después me coloqué encima para quitarle mi cinturón y le dije " sabes que hacer" a lo que ella respondió "te faltan mis manos", al liberarla se colocó en mi, y metió mi miembro en su boca, succionaba despacio al mismo tiempo que me acariciaba con su lengua, estuvimos un rato jugando hasta que me vine en sus labios y garganta, estaba vuelto loco, con sus caricias, su cabello y su voz tan seductora

Al tenerla entre mis brazos, podía sentir su calor, la suave piel de sus piernas, Amelia se acercó con lentitud a mi oído y susurro "recuéstame", mi cuerpo respondió al instante dejándola caer sobre mis sabanas, y comencé a besar sus piernas para ...

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Lo volvimos a hacer 3 ocasiones más, si así es no rindo más, soy humano y necesito recargar mi energía al igual que Amelia ¿Esperabas toda la noche?, no no espera, no hagas ese gesto, aún no termino

Cuando terminamos, recosté a mi querida Amelia en mi pecho mientras acariciaba su cabello, tan hermosa y tierna se miraba, su rostro adormilado y tratando de mirarme, me causaba tanta calidez, sin embargo me limite a besar su frente, y ella regresó mi gesto con un dulce beso en mis labios acompañado de un "Te amo Lance", estaba apunto de responderle con mi propuesta de matrimonio cuando se quedó completamente dormida, en ese instante sentí que tenía a la persona más dulce y noble a mi lado, me sentía tan afortunado de poderla, de poderte proteger, es un sentimiento que jamás ha podido cambiar en mí pese a todo, sin embargo, volví a limitarme a abrazarla fuertemente, y plantar un beso en sus labios, me dormí pensando en como proponerle matrimonio, quería algo especial y simbólico, es decir, se que yo era encantador por naturaleza, pero además de mi ¿Qué más podría serlo?, la gente piensa mucho en cómo hacer algo especial, cuando la respuesta siempre esta en ti, la cosa esta en cuanto tiempo tarda tomar el coraje y valor para hacerlo, y quizás, ese entre del tiempo y la decisión, te haga perder una valiosa oportunidad, ¿No es así?  


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