PRÓLOGO

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La hermosa feérica de pelo color aceituna y ojos negros y profundos que dejaban ver su gran sabiduría trató de llegar a la torre sin ser advertida por las serpientes aladas. Al principio de la conjunción astral había visto las nubes de shecks que sobrevolaban su hogar, en el bosque de Kazlunn, y uno de los unicornios se le había acercado para rozar su cuerno contra el pequeño semiceleste recién nacido, de cabello semejante al de ella y ojos violáceos que llevaba en sus brazos, antes de morir ante sus ojos sin que pudiera hacer nada para ayudarlo.

La mujer quería llegar a Awa porque pensaba que allí estarían más seguros debido a la gran cúpula que había en torno al bosque, pero al notar la magia de su pequeño decidió llevarlo con los magos. Creía que gracias a su poder lograrían protegerle, al tiempo que le enseñarían a controlarlo. Llegó ante los centinelas e inclinó la cabeza respetuosa.

—Que Wina bendiga la tierra que pisáis —dijo con una sonrisa, mencionando a la diosa de la tierra y creadora de su raza.

—Que Irial guíe tu camino —dijo uno de los guardias, refiriéndose a la diosa de las estrellas y creadora de los humanos—. ¿No estás lejos de tu terreno, feérica?

—Sí, pero he venido a entregar a un nuevo mago. Debido a la reciente conjunción astral temo por su seguridad y no quiero que sufra daño alguno. Se llama Zaid —acarició la mejilla del niño—. Tengo todo lo necesario para su cuidado —señaló el bolso que traía a la espalda—. Tengo una hija estudiando aquí, pero me gustaría que Aile Alenhai cuide de él, he oído que está en esta torre de visita.

—Efectivamente —dijo otro de los guardias, de complexión delgada pero robusta—. No entre por favor, la buscaremos y la traeremos aquí.

El hada asintió con suavidad y meció a su pequeño hijo, entonando un cántico de protección. Pronto Aile apareció, mirándola con extrañeza.

—¿Ilai? ¿Qué necesitas? —preguntó el hada mayor.

—Cuídalo por favor, no quiero que con la conjunción le pase algo. El bosque podría ser conquistado o podría pasar algo peor.

—¿Y su padre?

—Él no puede cuidarlo —negó para su pesar—. En la frontera norte de Sia empezaron a haber movimientos contra los shecks, y esa parte ha sido devastada por ellos. Su padre estaba allí comerciando materiales venidos de Celestia —sus ojos estaban en ese punto llenos de lágrimas.

Aile inclinó la cabeza y asintió.

—¿Por qué no te hospedas aquí? —preguntó.

—No puedo, tengo que ayudar a organizar la resistencia contra Ashran y los shecks. Solo vine para asegurarme de que estaba en buenas manos.

Aile tomó al pequeño niño de brazos de Ilai y le sonrió. El pequeño ya parecía tener sus alas formándose tras su espalda. Su piel, de un color pálido, emitía un pequeño brillo azul suave. Los ojos del bebé se hallaban abiertos, mirando con atención cada detalle, casi como si comprendiera. Miraba a su madre con lágrimas en sus pequeños ojitos, tal como Ilai se sentía.

La menor entregó a Aile el bolso con lo necesario para Zaid, besó a su hijo en la frente y, con una sonrisa, se despidió y corrió de regreso.

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Nop, no soy buena en esto de poner nombres

Prólogo listo, ¿qué les parece?

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Abrazos

Edición del 12/07/2024. He cambiado el nombre del protagonista a Zaid (gracias GPT :D). Significa crecimiento y abundancia, refiriendo a un corazón generoso y empático. Además, el 30/07, se añadieron atributos físicos a Zaid.

Blackrose ☪ HARRY POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora