Capítulo 2: ¡¿No?!

582 53 49
                                    

Últimamente Albus casi nunca pasaba tiempo con Scorpius, por obvios motivos, donde sea que el rubio vaya, Alice también iba, no quiero imaginarme lo doloroso que debe ser para mi hermano, con el pasar de los días comencé a sentir empatía por él. No debe ser nada fácil ver a la chica que amas con tu mejor amigo. También comencé a sentir cierta ira o desagrado hacia Scorpius, Merlín, son mejores amigos hace casi siete años ¿Cómo no se dio cuenta que a Albus le gustaba Alice? Hasta James que está más ciego que mi padre lo noto hace un año durante las vacaciones.

Aún recuerdo bien ese día; habíamos ido con toda mi familia a almorzar a casa de Neville, nos encontrábamos casi todos en la mesa, solo faltaba Alice, en el momento en que bajo vestida con un delicado vestido celeste, suelto y muy femenino, Albus casi muere, literalmente, se atragantó con el jugo de calabazas apenas la vio y no paraba de toser frenéticamente, mientras yo intentaba ayudarlo, James solo pasaba su mirada de Albus a Alice repetidas veces con los ojos como platos, como si acabase de descifrar un rompecabezas muy difícil, por ultimo solo estallo en una carcajada a la que se le unieron mis padres, de mas esta decir que Albus los mataba con la mirada mientras intentaba recuperarse y los demás presentes no entendían un carajo. En toda la cena, Albus no le dirigió la palabra a Alice.

¿Cómo es posible que Malfoy no lo haya notado? Si Albus se pone como tonto solo con su presencia. Quizá no lo notó porque él también estaba ocupado comportándose como tonto, no lo sé.

Desdoblé el papelito que tenía guardado en el bolsillo de mi túnica y lo volví a leer. Se trataba del primer paso del plan demencial de Albus para enamorar a Scorpius:


Antes que nada, lamento despertarte a estas horas, es que debía escribirte esto una vez que Scor este dormido.

El primer paso es sencillo: HABLAR CON ÉL.

En todos estos años casi nunca se dirigieron la palabra, a pesar de haberse cruzado en numerosas ocasiones, ustedes apenas se saludan.

Es por ello que idee un plan para que entables conversación con el de manera casual.

Hoy por la tarde llevare a Scorpius a la biblioteca a estudiar a eso de las 4:30. Media hora después tú me buscaras allí y me pedirás ayuda con tus deberes de pociones, inventare una excusa para irme y le preguntare a él si puede ayudarte. El resto dependerá de tí.

—Tu sexy y solitario hermano, Albus.


Volví a reír solo con ver la firma, a este chico se le pego el ego de Jamie. Doblé el papel y lo guarde nuevamente mientras iba caminando por los pasillos rumbo a la biblioteca. La verdad me parece ridículo que tenga que fingir que no soy buena en pociones solo para acercarme al escorpión, Albus sabe que soy excelente, ¿por qué no eligió otra materia que realmente se me dé mal? Como, no sé, Adivinación o Historia de la Magia. Para colmo ya tengo mis deberes de pociones hechos, que flojera tener que rehacerlos.

Una vez que llegué a la biblioteca (unos minutos más tarde de lo acordado) me dispuse a localizarlos, luego de dos minutos los encontré, estaban sentados los dos solos en una mesa casi al fondo de la biblioteca. Los mire por unos segundos.

Si Albus no fuera heterosexual estoy segura que este par harían linda pareja...

Sacudí mi cabeza para alejar cualquier pensamiento raro y caminé hacia ellos, el primero en notarme fue Scorpius, ni bien sentí su mirada me azoto una oleada de nervios. Esto es real. Voy a ser partícipe de una estupidez. No puede ser.

Mayday, Mayday, Mayday. Abortar misión. Repito, abortar misión.

Cuando estaba comenzando a retractarme de esto, Albus volteó a verme, así que no me quedo más remedio que acercarme. Salude a Scorpius solo con un gesto de mano, el cual me fue devuelto. Luego me concentre en Albus.

—Oye Al, necesito ayuda con los últimos deberes de pociones, ¿tienes tiempo libre ahora? —oh por Godric, soy una actriz genial, podría dedicarme a esto.

Albus comenzó a juntar sus cosas y mientras lo hacía me observaba y dijo:

—Lo siento, Lils. Debo irme ahora, pero estoy seguro que Scor —señalo a su amigo— puede ayudarte, ¿cierto? —volteo a mirarlo con cierta suplica en la mirada.

—No. —Respondió en tono monótono.

—¡¿No?! —preguntamos Al y yo al mismo tiempo, sorprendidos. No planeamos este escenario.

¿Scorpius Malfoy acaba de decirme que no? A MÍ. Soy Lily Luna Potter, nadie me dice que no. Lo sé. Suena a que soy muy malcriada. Pero las cosas como son. No sé si tendrá que ver con el hecho de que siempre fui la niñita mimada de toda mi familia, pero nunca estuve familiarizada con esa palabra. 

—No —repitió con simpleza encogiéndose de hombros, el nerviosismo de Albus comenzó a aumentar, no sabe que decir—. Tengo una cita con Alice en media hora y debo prepararme—auch, creo que escuché el corazón de Albus romperse—, y no tengo tiempo, lo siento, Lily, otro día quizás. —Explicó antes de tomar sus libros, pergamino y pluma y marcharse, dejando a dos Potter en estado de shock.

—¿Te dijo que no? —cuestionó Albus saliendo de su asombro.

—Lo sé, a mí también me sorprendió.

Noté que mi hermano se quedó pensando un buen rato, seguramente analizando el plan. Al cabo de un minuto la bombilla imaginaria arriba de su cabeza se encendió.

—Scorpius dijo otro día. —Habló.

—Técnicamente dijo "otro día QUIZÁS" —lo corregí.

—Lo que sea. Perdimos esta batalla. Pero no perderemos la guerra, Lils. —La determinación en sus palabras era palpable, está totalmente comprometido con el plan.

Dramático.

Mi hermano se despidió de mi diciendo que tenía hambre (cosa que seguro es verdad ya que cuando esta triste come chocolates como bestia), yo en cambio me quede en la biblioteca unos minutos más, intentando encontrar la concentración necesaria en el ambiente silencioso para hacer mis deberes de Historia de la Magia, repito, deberes con los que realmente necesito ayuda.

—La guerra de los gigantes, la rebelión de los duendes de 1612, cacería de brujas, bla bla bla, aburrido y más aburrido... —comencé a balbucear— La caída de Lord Voldemort, pff, eso me lo sé.

No hay caso. Es la materia más aburrida del mundo. 

Totalmente resignada a terminar con esta materia, junte mis cosas y acomode el libro que había tomado en su estante correspondiente. Salí de la biblioteca y comencé a dirigirme hacia mi sala común, por el camino, algo capturó mi atención: una cabellera platinada. Ese color de cabello en particular pertenecía a una sola persona en todo Hogwarts, a una sola familia en el mundo mágico me atrevería a decir. El chico dueño de los rizos rubios platinados se encontraba leyendo plácidamente, sentado debajo de un árbol frente al lago mientras degustaba una manzana verde, solo, sin su novia con la que supuestamente tendría que estar teniendo una cita en este preciso momento.

Acaso... ¿Scorpius nos mintió?

¡Lily! Necesito que enamores a ScorpiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora