La depresión terminó (no, la verdad no), la cuarentena casi casi, pero Giammattei sigue de presidente, así que igual me quiero morir.
Desde que se cogió al Miguelito, las cosas han cambiado mucho... aunque bueno, no, siempre fueron igual de cacas porque sIEMPRE se lo estuvo cogiendo.
Y mi estimada ___, ¿qué tiene que ver esto con la historia? Se preguntarán.
Ni idea, solo quería darle emoción al asunto porque así sin pajas, mi vida ha sido pura cuarentena, jaladas de oreja de mi mamá porque a veces me quiero escapar para ver al Victor en las noches, y pues, a veces jaladas de otra cosa, jsksjsa. Pero, no sean marranos, ok, pueden ser jaladas de mota y capaz ustedes piensan otra mierda. Obvio esas jaladas son con el Manuel y a escondidas del Victor, aunque me salió el tiro por la culata porque la neta sí me llegó a ver una vez que estaba en plena jaladera con mi canchito.
Bueno, pues, ¿y cuál es el asunto de hoy? ¿Por qué los tengo aquí?
Bueno, es que les quería contar que me comprometí con el Victor, y que los invito a todos a mi boda este próximo 29 de febrero del año 2036. ¿Que no existe dices? Claro que sí, mira bien el calendario de ese año, vas a ver que no es paja.
Ah, sí te lo viste, ¿verdad?
En fin, el asunto es que estamos muy enamorados. Es más, les cuento una anécdota de estos días. Se siente como si hubiera sido ayer, y no como si fuera LITERALMENTE ayer.
El Victor me vino a ver, y en plena jalada de mota con el Manuel, se nos quedó viendo.
— Bueno, mierda pisada. Te venía a decir una cosa. — Me dijo el Victor.
Siempre tan dulce, ay, mi amorcito.
— ¿Qué querés, cerote? — Le contesté bien amorosa.
El Manuel no hacía nada más que darle sus jaladas a la mota, y es que la neta, a él le pelaba la verga, y con razón, si era un canchito escocés y no tenía qué envidiarle al mico del Victor.
— Te venía a pedir que te casaras conmigo, aquí el próximo 29 de febrero del año 2036. —
— AY SÍ. — Le contesté, pero no porque quisiera, sino porque andaba en mi viaje cabrón motoso.
Cuando le respondí, el Manuel volteó, sin creerse lo que estaba sucediendo. ¿Le acababan de huevear a su negrita sabrosa? En efecto, y él lo sabía... temía por los malvados planes del mico, así que se fue a buscar a su hermana y se fue. Ay, no, ¿qué la hermana no se había perdido aquella vez en la procesión? A saber si la encontraron, pero meh.
En fin, chicos, hasta aquí mi videoblog. Los amo, bye.
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50 zombras d mi eskoses
Novela JuvenilEsta es una istoria, la istoria de mi bida con el marabilloso kantante de kameo dr, es todo un daddy.