Lo contado fue un paso a paso mientras movía su cabeza de un lado a otro imaginando todo lo dicho, y al abrir los ojos vio como los dos habían hecho lo mismo.
- gracias.
La vecina de la mesa lanzo un beso, una lagrima rodaba por su mejilla, agradeció agradeció solo con el movimiento de sus labios.
Nos reímos suavemente, mi compañera había observado algo similar detrás de mí.
- deberías de escribir un libro sexoso jajajaja.
Giro la cabeza con una sonrisa algo tímido.
- noooooo, es enserio?
- no creo que salga al público.
- jajajaja porque, yo lo compraría - levanto la mano como si de una clase se tratara, con alumnas sentadas al frente para no perder ninguna nota de la clase.
Medio café levanto la mano, no sé en qué momento dejaríamos de ser el centro de atención de la cafetería, pero eso no importaba, si nos dejábamos fluir ya estábamos cumpliendo mi objetivo, lo demás es extra.
La mesera confundida de un lado a otro corría pero regresaba enojada a la cocina cuando le explicaban lo que sucedía.
- ella se enojaría.
- quién?
- mi esposa.
- ooooo.
se hizo un silencio tan estruendoso que parecía que me había quedado sordo, pero la voz del chef gritando la orden relajo la atmosfera.
- ahora yo me pediré un café, tu ya te me has adelantado, gustas algo?
su mirada se mantenía perdida en el aire, la deje recapacitar hasta que llegara mi orden. Era lo que necesitaba, organizar sus pensamientos para decidir lo que pasaría en su vida.
Llego la mesera con mi orden y al mismo tiempo que se marchaba ella se levantaba tomando sus cosas.
- me tengo que ir... mañana salgo a Europa.
Sé quedo inmóvil, la escena parecía a una película al estilo de los ochenta. Normalmente el hombre es el que deja a la chica callada en la mesa sin darle oportunidad de decir algo, y aunque ella lo quisiera su cuerpo no lo aceptaría, nunca está preparado uno para recibir este tipo de noticias, ni siquiera para darlas.
- mi representante piensa que será un mejor ligar para inspirarme y que fluyan mis ideas.
Dejo sus cosas en su lugar, tomo asiento y trato de hablar pero sabia que explotaría, abría una lluvia de llanto acompañando las felicitaciones por el éxito.
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Solo un día
Romanceaños de no verse, un día para aclarar sentimientos, segundos que se volverán eternidad. Amor o amistad, una lucha contra el tiempo, una guerra que se pensó perdida por muchos años. " si te acostumbras a algunas cosas es difícil perderle el gusto, y...