Duilleagan Tioram

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Hojas secas

Otra vez solo. Ya estaba cansado.

Caminé de nuevo por esa calle, esperando inútilmente escuchar aquella voz o divisar esos profundos ojos entre la escasa multitud que caminaba por la acera.

Sin embargo no veía nada, y lo único que alcanzaba a oír era la brisa que soplaba, haciendo caer las hojas secas de los árboles que aterrizaban suavemente en el suelo.

Detuve mis pasos. Volteé, la dueña de esa estruendosa carcajada resultó ser una joven rubia en la cafetería. Por supuesto, ¿Quién imaginaba que sería?

Pero es que sonaban tan similares.

Sonreí. Recordaba con claridad el sonido. Casi podía vislumbrarla en las instalaciones del trabajo ahí parada, junto con los otros chicos, riéndose de algún estúpido chiste que uno de ellos contó.

Mi utópica visión terminó por desvanecerse mientras sentía una opresión en el pecho. Deseaba poder volver a esos tiempos para toparme diariamente con esa chica que transmitía calidez con su sola presencia.

¿Dónde estaría ella ahora?. Preparándose, supongo. La boda se celebrará este mismo día, no tuve el valor de aceptar la invitación.

Ella en Baylie, en el mejor momento de su vida. Yo en Londres, idiotizado con la idea de que me buscará, que no se casará.

La única forma que encontré de escapar sin generar preguntas u objeciones fue volver a mi ciudad natal. Me alegra no haber comentado casi nada de mi vida con mis compañeros porque, de ser así, sabrían que mi abuelo está muerto desde que tengo 6 y no viviendo sus últimos días de vida.

Era mejor que creyeran eso, a que me convirtiera en un obstáculo entre la felicidad de mis 2 amigos más queridos.

Mire mi teléfono. Las llamadas cesaron después de unos días, no conteste ninguna ya que no quería dar explicaciones. Es algo inmaduro, pero en realidad no podía dejar de sentir dolor por esa situación.

Una vez, sólo una vez pude estar a solas con ella. Las memorias llegan rápidas y dolorosas. Estaba triste y yo la consolé.

- Se le declarará, Mitch. Me lo dijo hoy.

Me quedé en silencio.

- Zahra es mi amiga, ha sido tan buena, tan comprensiva... ¡no quiero devolvérselo de esta manera!

Sequé sus lágrimas, pero no dejé que viera las mías.

- Five me gusta, mucho.

Mis ojos se humedecieron de nuevo. Me senté en una banca cercana y saque un pañuelo de mi bolsillo.

- Y-yo ya no sé qué hacer.

Su tierna voz se entrecortó, me estaba poniendo difíciles las cosas. La abracé.

- Tal vez debas esperar - Dije por fin, aclarando lo más posible mi voz - No sabes cuál será su respuesta, y no puedes dar todo por perdido, incluso si la acepta.

Levanté la mirada, odiaba simplemente no poder olvidar todo.

- Gracias - Habló suavemente - lo digo en serio. Eres un gran amigo Mitch - Suspiré-. Voy a seguir tu consejo.

La estreché en mis brazos aún más, intuía que sería la última vez que podría hacerlo.

- De nada.

A partir de ese día todo salió bien para ella y mal para mí. Five rechazo a Zahra de manera gentil para confesarle que estaba enamorado de otra persona, que resultó ser Miko. Comenzaron a salir, por lo que fui yo el que no se rindió por un tiempo.

Hasta el día en el que vi un anillo en su dedo.

¿Si le hubiera confesado mis sentimientos las cosas serían diferentes? ¿Podría no estar casándose hoy?

Es poco probable.

Tuve que verlos juntos tantas veces. La forma en que se miraban, como se hablaban, su apoyo mutuo...fueron cosas que percibí en ellos desde que los conocí. Verla tan feliz me hizo darme cuenta que no podría darle eso aunque lo intentara.

La vida sigue y no puedo intentar detenerla. Lo único que me queda hacer ahora es superarlo, después de 4 largos años, por su bien y por el mío. Si Zahra pudo hacerlo ¿Por qué no habría yo de lograrlo?

Me levanté de mi lugar. Observé el cielo cubierto de nubes plateadas, sonreí de nuevo. El reloj de mi teléfono marcó las 4 en punto, si la ceremonia empezó a las 2 probablemente ya habría concluido.

- Que te vaya bien Miko, a los dos.

My Best Player (MitchKO) | Glitch TechsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora