Introducción

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La temperatura veraniega lograba cosas inimaginables, como tener a Jungkook en el jardín interior de su vivienda, tomando sombra y viento sobre una sábana que tomó prestada de su propia habitación.

El paisaje verde le encantaba. Siendo él un omega sensible a los aromas, percibía el ligero toque de peonía cerca a los rosales aromáticos que se encontraban en la esquina del jardín. El diseño moderno en las que se acomodaron las plantas como decoración, traían una armonía plena a la estructura de la casa.

Jungkook suspiró, con dolor en la parte baja de su vientre.

Removió sus piernas desnudas, recostando el cuerpo entero en la sabana con aroma de café y naranjas.

—Omega Kim —escucha detrás de él, la voz suave y temerosa de la joven llamando su atención— Le traje prendas de cambio, por si desea.

Jungkook encarnó una ceja, vacilante— Disculpa, no pedí nada —Y quizás su voz sonó muy dura sin querer, porque la reacción tímida de la omega al bajar su rostro lo delató.

—Pensé que deseaba ir con su alfa, Omega —responde, bajando las dos prendas dobladas de forma pulcra— El Alfa Kim llegó hace poco, por lo que pensé que deseaba entrar a la reunión a escuchar —explicó muy rápido, enredando sus palabras.

Había veces en las que un grupo personal de la sección que dirigía su alfa, decidían en ir a alguna cafetería a conversar sobre un tema de importancia en su trabajo. Claro, temas que a Jungkook no le interesaban en lo más mínimo, sin embargo estaban en su casa, así que debería ser buen anfitrión e ir a saludar a los omegas invitados.

Era normal. En el trabajo de su pareja había muchos omegas. Siendo esto común, ya que la alta costura y toda la industria de la moda está principalmente manejada por omegas y homosexuales.

Taehyung consiguió su trabajo; en principal gracias a ser heredero de varias partes de empresas en las que sus padres invirtieron. Siendo secundario el hecho de ser un amante de la costura.

Ante todo, Jungkook soltó una risa, sintiéndose hasta incómodo por el bochorno del inicio de su celo y el comentario de la criada.

—No tengo por qué ir.

La chica asintió despacio— Entiendo que está siendo afectado por su celo, pero-

Jungkook se removió, frustrado por la molestia de su vientre— Yo no estoy afectado por mi celo.

Era mentira. Se sentía muy afectado: tenía muchas ganas de llorar por no controlar su cuerpo y también unas ganas exasperantes de gritarle a la chica que no dejaba de insistir.

Jungkook suspiró al escuchar como la omega seguía pidiéndole de manera respetuosa que se vista de forma decente y vaya a saludar a los invitados de su esposo.

—Si no te callas voy a hacer que te despidan, ¿entiendes? —murmuró estresado y de muy mal humor como era costumbre.

La chica miró abajo, sin entender bien el porqué del mal humor del Omega de su jefe. Fue en cuestión de segundos que sintió un brazo pasarse por su muñeca, de manera delicada pidiendo que le entregue las prendas que cargaba consigo.

—Jungkook-ah, ven, te vestiré —dice Jimin para luego dirigirse a la criada—: Muchas gracias, ¿puedes ir a cambiar las flores del comedor, por favor?

La mujer se reverencia, agradeciendo antes de salir corriendo por las puertas corredizas.

Jimin vuelve a murmurar— Estás espantando a todo el nuevo personal. A este paso quién limpiará la cocina serás tú —se queja antes de sentarse sobre sus piernas, acomodando los cabellos oscuros sobre su regazo.

—Me insistía en vestirme para ir a ver a los amigos de Tae —responde, cerrando los ojos ante las caricias superficiales en su vientre— Me duele el cuerpo y Taehyung idiota no viene a ayudarme. Cómo siempre.

Jimin sonríe ligero. Lleva años siendo amigo del alfa, pero en estos últimos años su distancia con su pareja y con él mismo se hacía grande.

—Le gusta su trabajo —se limitó a contestar.

—Ya, pero eso no significa que tenga que estar ahí todo el día— contradice, aún sin desaparecer su mal humor.

—Deja de pensar en eso —pide, acariciando las mejillas regordetas del omega menor —Pediré un inhibidor para tu aroma, y un té para el dolor...

Jungkook asintió y Jimin supuso que no estaba dentro de su celo por completo. Solo actuaba de manera infantil.

Era parte de su celo: odiar a todos, crear un nido, y luego pasar tiempo —del poco que puede gozar— con su alfa. En la mañana se escuchó un grito de enojo que pegó cuando Taehyung lo despertó, pero ahora estaba a punto de llorar si no encontraba a su alfa.

Jimin lo conoció así: siendo un omega infantil y con cambios de humor repentinos. Siendo una persona muy tosca e introvertida.

En esos tiempos pensó como un chaebol podría enamorarse de un omega joven que llegó a la capital con una beca al instituto de niños ricos. Aunque viendo el rostro exorbitante del chico, y su carácter: era imposible no tomarle cariño.

Lo observó remover su cuerpo nuevamente, levantándose del regazo de Jimin para rozar sus dedos en la cicatriz de dientes que tenía enterrada en la base derecha del cuello.

Él cerró los ojos, y Jimin pensó en lo divertido que es verlo enojado.

—Si ese imbécil no viene en diez minutos, voy a enojarme.

—Si ese imbécil no viene en diez minutos, voy a enojarme

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© Buen omega, Yuleri, 2021.

Chaebol: se trata de ciertas empresas con estructuras similares a los de los conglomerados, pero mucho más dependientes de los rasgos familiares. Estas empresas, han sido cruciales para el progreso económico de Corea del Sur como país desarrollado tras la Guerra de Corea, que dejó al país en condiciones pésimas. 

En este caso, Taehyung es un hijo de millonarios, como se explica brevemente. 

Buen omega ─ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora