Capítulo dieciséis.

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Jungkook solo tenía que esperar un poco más, repetía una y otra vez en su cabeza para que se calmara

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Jungkook solo tenía que esperar un poco más, repetía una y otra vez en su cabeza para que se calmara. Taehyung estaba volviendo a morder la marca, no estaban en ningún coito, pero el alfa seguía insistiendo en querer hacerla perfecta. Estaba besando y succionando el cuello del menor, con ambición, observó atentamente la piel sonrosada alrededor de la herida de apareamiento, estaba rojita y con pedazos de carne abierta. Esbozó una sonrisa y apoyó sus labios en la mejilla contraria—. Te ves hermoso.

El omega liberó feromonas y el lobo mayor enterró su nariz en la glándula principal, respirando de las cerezas como si fuera su oxígeno. Soltó una carcajada cariñosa cuando los colmillos del alfa celoso rozaron su lazo— Mío. Y tan bello, la marca se ve bellísima.

—¿Cómo carajos voy a ver mi propio cuello? Además, dices que se ve hermosa porque tú la hiciste, me marcaste como si fuera un perro.

Tae gruñó— Lo digo porque eres hermoso. Y mi marca se ve genial en tu cuello.

Jungkook siseó al juntar sus piernas, las manos contrarias recorrían su pancita y pecho. Estaban en su habitación, con las cortinas delgadas y blancas volando por el viento de la ventana abierta. La primavera trae muy lindos recuerdos, muchos de ellos teniendo como protagonistas a la pareja, varios años atrás, Jungkook en último año de instituto, y Taehyung recién licenciado. Probablemente esos años fueron los mejores.

El cuarto era cálido, mucho blanco, pero cálido y lleno del aroma de ambos lobos combinados, ahora más el licor que hace aún más fuerte y atractivo el olor del alfa por el celo. Taehyung se encontraba apoyado sobre el cabecero acolchado de la cama matrimonial, con las piernas abiertas y dentro de ellas se encontraba su omega de la misma posición con cuidado de su vientre, dejando su cuello al aire para el deseo del alfa.

Está feliz, un poco torturado por el sexo y las constantes mordidas en su cuello. Pero feliz de estar con la cadera doliendo de la buena ronda que tuvieron en la noche; feliz de estar con el alfa otra vez.

—Mmh... tu olor es delicioso...

Jungkook rió. El alfa estaba delirando—. Tae, ya.

—Es cierto, tu olor mejoró con el embarazo. Estás más sexy —soltó de la nada— Tus caderas más anchas y tu olor tan dulce que me logra descontrolar...

—¡Dios, Kim Taehyung! —gritó con un rostro con molestia sobreactuada— ¡Eres un sucio! ¡Eres un jodido imbécil!

Luego de los pequeños empujones, Taehyung terminó besando fuertemente el pecho contrario. Con veracidad, su lengua se apasiona con las lamidas constantes en los pequeños tumultos, logrando de consecuencia que el Omega se remueva con fuerza bajo él. Chupó con tranquilidad, succionando y al tenerlo dentro, le daba atención con la lengua, de un lado a otro y constantemente. Jungkook soltó el primer gemido, y su boca se llenó ligeramente, algo que pasó por desapercibido para no hacer avergonzar al menor. 

Siguió y los soltó de repente, el menor se encontraba encima de él, con su pecho hinchado y los pezones sensibles, más de lo usual. Tae era muy egocéntrico en el ámbito del celo, su mente estaba nublada y la presencia de su lobo no lo dejaba actuar con tranquilidad ni raciocinio, pero sí que ver los ojos acuosos y el cabello largo desordenado lo alteró.

Lo alteró tanto, que solo siguió las órdenes de su lobo, con fervor. Tenía dos muslos en sus manos, acariciando y besando. Oh, su torso. El torso está lleno de músculos sueltos durante el período de gestación. Tan bello. Sus orejitas rojas y llenas de piercings, la expresión que mantenía se volvió una de placer completo en poco tiempo, el alfa ya ejercía poder con sus dedos.

Su omega se retorcía bajo él, en otra posición.

Su lobo lo regañaba. Él tenía que estar presente con el embarazo del lobito, pero no todo era tan fácil, tenía que adelantar trabajos, buscar telas, elegir nuevos ingresos de modelos, firmar con empresas, elegir al diseñador y miles de cosas más, para la temporada de otoño.

Otoño en Italia, será un festival. Escuchó un gemido más agudo y supo que Jungkook va a estallar nuevamente. La moda era una gran pasión, pero tiene mucho trabajo, va a dejar todo desde ya, lo decidió.

Está en celo, y decidió pausar su trabajo por paternidad.

Sonrió aún más al ver el lubricante bajar por sus nalgas tatuadas, eran tan lindas verlas así de blancas con letras pequeñas y negras.

—Jungkook, te amo.

El contrario seguía gimiendo— también te amo —. Dijo para seguir con lo suyo.

Terminó rápidamente, y seguía acariciando los muslos del omega, lo mimaba mientras limpiaba los fluidos. Muy feliz, le gustaba poder tener tiempo para acariciar el rostro y darle muchos besos.

Volvió a bajar los mimos al cuello, besando con fervor. Al pasar el tiempo, Jungkook tenía la respiración tranquila y una pequeña sonrisa en su rostro. Recibía los cariños constantes en su vientre hinchado, el lobo del alfa encantado con el pequeño tumulto de ahí. Podía sentir su felicidad sobre esa manta de celo, ambos lobos felices de poder tener momentos íntimos.

—Hoy eres muy receptor.

Jungkook se rió fuertemente—. Estoy muy cariñoso, me lo acabas de contagiar.

—No es un virus, bobo. —la voz se escuchó apagada ya que aún estaba besando su vientre.

Jungkook volvió a reír. Sin duda Taehyung era el mejor.

—Estuve pensando en lo que me dijiste.

El omega acarició la espalda de su pareja, estaba desnuda y aun con la piel caliente. Tenía un cuerpo normal, no tenía músculos marcados y eso hacía sentirse bonito, solo uno de ellos tenía músculos y el otro no. —Mmh, ¿en qué...?

—Me quedaré en casa, ¿está bien?

Jungkook suspiró asintiendo, aunque quedarse en casa... —¡¿Te quedarás en casa?!

Su alfa sonrió con cariño— Si, amor. ¿Estaría bien?

—Tendré que compartir tiempo contigo... creo que se me quitaron las ganas —. Bromeó con una sonrisa, pero recibió un gruñido y el lobo en celo volvió nuevamente.

Solo quedaban pocas horas de celo, estaba cansadísimo. 

태국 © ughyuleri

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Buen omega ─ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora