Marisol

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Tenía 15 años cuando todo sucedió, era el típico chico nerd a quien nadie le hablaba y solo estaba enfocado en sacar buenas calificaciones, eso, y los hermosos pies de mi maestra Marisol; ella para mi era toda una diosa, media 1.70, era de pelo lacio color castaño, una tes blanca, ojos cafés,  usaba lentes que la hacían ver mas sexy de lo que ya estaba, su trasero era..... bueno, para mi era de lo mejor, era promedio para su edad (que por cierto tendría 32), aunque estaba muy firme del ejercicio que hacia, sus senos igual unos promedio pero firmes, en escote relucían como dos perfectos melones juntos, eran senos que los veías y te decían ven juega con nosotros, apriétanos; espero que sepan a que me refiero. Y por ultimo pero no menos importante sus pies, eran unos pies hermosos, no podría describirlos, pero se dice que una foto vale mas que mil palabras, así que buscaré una foto que le haga justicia a sus hermosos pies.

Yo siempre me sentaba hasta delante para poder poner mejor atención y obviamente ver mejor sus pies, aunque no era el único ya la maestra era la mas deseada de la escuela, ósea imagínenla, es toda una diosa todos queríamos solo una cosa con ella, ...

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Yo siempre me sentaba hasta delante para poder poner mejor atención y obviamente ver mejor sus pies, aunque no era el único ya la maestra era la mas deseada de la escuela, ósea imagínenla, es toda una diosa todos queríamos solo una cosa con ella,  para ese entonces ya estaba en la secundaria y cambiábamos de maestros para cada materia, la maestra por suerte era mi tutora, eso significaba que casi siempre la podía ver, ella siempre traía tacones, debes en cuando sandalias eso cuando hacia mucho calor, pero era muy raro que las trajera, siempre tacones y no me molestaba porque en el salón había una parte elevada, que era todo adelante no sé porque estaba así pero estaba elevado, imaginen que era como un auditorio y ven que las sillas de hasta adelante te sientas ahí y tu mirada esta fijada a los pies de la persona y tienes que voltear hacia arriba para ver, pues así estaba el salón, como yo me sentaba hasta delante podía ver fantástico los pies de la maestra, lo mejor es que yo estaba enfrente de su escritorio y había una pequeña abertura en ese escritorio donde se podía ver perfectamente sus pies, yo gozaba de esa vista.

Ella siempre jugaba con sus pies, se quitaba parcialmente el tacón de sus pies dejándome ver su talón, eso me excitaba tanto. A veces se los quitaba completamente,  y yo podía ver perfectamente sus pies, tooooodo su pie desde su dedos hasta su talón,  por supuesto que yo me emocionaba, aunque había momentos, donde ella se ponía a dar la clase o se ponía a escribir en el pizarrón, luego se sentaba en su escritorio y la veía como se quitaba sus tacones después los ponía en el suelo dejando ver todo su pies, eso me excitaba demasiado, imaginaba que sus pies estaban sudados y yo podría lamérselos, podría meter todo su pie dentro de mi boca, imaginaba su olor, a que sabrían, todo eso pasaba por mi mente mientras los veía, veía como jugaba se cruzaba de piernas y con el pie que quedaba arriba se ponía jugar y yo veía sus hermosas plantas, por el tiempo que estaba de parada, les daba un color rojizo y blanco muy muy hermoso, yo me queda muy embobado viendo esos pies 

Y así eran mis días, hasta que todo cambio...

La maestra MarisolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora