Fue pasando el tiempo y mi rutina se basaba en estudiar y poder disfrutar de los pies de mi maestra y de mi amiga, algo que claramente no me molestaba más bien lo disfrutaba.
Entre semana era gozar los pies de mi maestra y los fines de semana los de Diana, pero una de mis fantasías era poder disfrutar de los 2 al mismo tiempo, yo sabía que era posible pues a la maestra le encantaban los pies de Diana y viceversa, solo tenía que idear el plan perfecto para poder hacer que ellas se dieran cuenta de ello.
Esa oportunidad se dio, el ganar el concurso del estado, nos hizo competir con otros estados del país y la sede para esa competición iba ser en un estado playero, por lo que la escuela nos iba a dejar ir solo a nosotros 3 y que mejor que la playa donde es común usar sandalias, lo que facilitaba más mi plan.
Llego el día, nos fuimos a la playita y se pidieron dos cuartos uno para ellas y uno para mí, estaban a lado aunque la maestra quería que la que se quedara sola en la habitación fuera Diana, para que yo pudiera gozar de ella y su pies, pero bueno para que no se viera sospechoso y para que nadie entrara con Diana porque al llegar ya varios chicos la estaban invitando a salir pues la maestra decidió que ella estaría con Diana.
Todo iba de maravilla la rutina que nos dieron la gente del concurso fue que antes de la competición íbamos a poder gozar del ambiente del mar, después del examen se haría una fiesta y después de 2 días darían los resultados y se nos daría un día mas de instancia para disfrutar de la playa, ósea que pasaríamos casi una semana ahí.
El primer día antes de llegar al cuarto, Diana me susurro al oído que estaba muy cansada y que quería un masaje especial en sus pies, algo que me dejo algo excitado, una vez que llegamos al cuarto dejamos nuestras cosas y una vez que acomodamos todo, oí que alguien toco a mi cuarto así que fui a abrir la puerta, pero para mi sorpresa la que estaba en la puerta era mi maestra, la cual llevaba todo el camino con unas botas negras que le llegaban hasta las rodillas.
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- Hola maestra, ¿Qué hace aquí?
M- Nada, solo vengo de visita ¿puedo pasar?
- Si claro que sí.
Me quede pensando ya que la maestra estaba actuando raro.
- ¿Maestra por qué esta hablando así ?
M- No es nada es que Diana estaba afuera y no quería que se viera sospechoso, *me susurra* en verdad venía porque estas botas me están matando y quiero uno de tus masajes especiales, he estado usando estas botas todo el día, de verdad ya siento que apestan, mejor para ti, ¿no? así te gusta.
- Sí tiene razón así me gustan, pero cree que es buena idea que lo hagamos ahorita.
M- Tienes razón Diana esta haya afuera y podía ser sospechoso, ¿qué tal si nos escucha?
- Sabe que, tengo una idea, váyase quitando sus botas.
La maestra se iba quitando sus botas y si se empezaba sentir un aroma muy fuerte en la habitación, algo que en verdad me excitó, salí de la habitación y vi a Diana que estaba ahí parada.
