El comienzo

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Llegue a mi casa ese día, no podía creer que había olido y tenido en mis manos los pies de mi maestra además el hecho de recordar eso y su rostro de placer hacía que me excitará mucho así que empecé a masturbarme.

Pasaron los días como siempre, iba a la escuela y pasaba el tiempo estudiando, la maestra no me decía nada del masaje por lo que creí que ya había pasado eso, así siguieron los días hasta que llego la primera etapa del concurso, para no hacer el cuento tan largo basta con decir que ganamos, habíamos pasado a la 2 etapa donde concursaríamos con las otras escuelas ganadoras del estado, por lo que el director nos felicito, hablo con nuestros padres y les dijo que ahora seguía esforzarnos más; ya que de los que íbamos a participar  de la escuela, ya solo quedábamos Diana y yo, así que le pidieron permiso a nuestros padres de tener clases extras. Por lo que ahora si nos tacaba ir a la casa de la maestra todos los días después de clase e inclusive también los sábados.

Yo estaba super emocionado y al fin llego el día, desde que empezaron las clases yo no podía creer que dentro de poco iba a estar en casa de mi maestra, no dejaba de pensar en un plan el cual era escaparme para poder ir a buscar sus zapatos o sus calcetas sucias para lamerlas u olerlas, entonces llego el momento, como ya sabíamos que teníamos que irnos con la maestra, la esperamos, llego y nos subimos a su coche, y al fin llegamos a su casa, era un departamento, algo grande con la cocina, la sala, un baño y dos cuartos. 

Cuando llegamos la maestra nos dijo que nos quedáramos en su sala en lo que ella dejaba sus cosas, así que se dirigió a su habitación cuando regreso note que los tacones que traía se los había cambiado por unas flats creo que era para sentirse más acomodaba,  después de que regreso ya comenzamos a estudiar, entonces decidí poner en marcha mi plan, le dije a la maestra que iba ir al baño; enfrente del baño estaba su cuarto, entonces rápidamente  fui a su habitación, una vez que entre pude ver que todos sus zapatos estaban debajo de su ropero, así que rápidamente cerré la puerta y me dirigí a buscar los tacones que se había quitado, lo cual no era tan difícil porque eran de un color rojo. 

Ya que los había encontrado, me puse a olerlos tenían un olor mas fuerte de la vez que le había hecho el masaje, supongo que fue por todo el tiempo que lo tubo puesto, entonces lo comencé a oler, entre mas olfateaba más me excitaba, entonces agarre unos tenis que estaban ahí y también olían muy rico, pero no tenían un olor tan delicioso como el de sus tacones así que decidí dejarlos y seguí oliendo los tacones, ya estaba super excitado así que también decidí lamerlos por adentros, yo ya estaba al 100, cuando oigo que abren la puerta en ese momento me quede pasmado que no hice nada, entonces se abrió por completo y pude ver a Diana, ella entro y me vio con los tacones en la mano y con un bulto en mi pantalón.

No lo podía creer, Diana me había cachado.

Solté el tacón y rápidamente cerré la puerta. 

D- ¿Qué demonios estabas haciendo?  lo digo con una cara perpetua sin todavía creer lo que estaba viendo.

yo me entre-puse entre la puerta y ella, así que no podía salir 

- ¡Por favor Diana! déjame explicarte

D- Explicarme qué, ¿qué eres un pervertido? 

- No, no soy eso...

D-  Entonces dime qué eres

- ....

D- Aaaa no me quieres decir, entonces creo que a la maestra le gustara saber que hacías aquí

Yo decidí decir la verdad, Diana ya me tenia entre la espada y la pared, la única opción que me quedaba era que se compadeciera de mí y no dijera nada. 

La maestra MarisolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora