ESTRÉS

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Anne

Me encontraba en la cocina haciendo un pudín de ciruela como me había enseñado Marilla. Estaba muy atenta a los detalles que el sonido de una carta entrando por la entrada interrumpió mis artes culinarias.
Fui a abrir la carta, era de Marilla así que me emocioné mucho aunque me pereció extraño, no habíamos acordado en mandarnos cartas.

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Querida Anne:

Con la más profundo de mi pena, te mando esta carta para avisarte que Matthew lamentablemente falleció hoy en la mañana, no sé cuándo te llegará pero su funeral se hará este ...

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No pude seguir leyendo, dado que mis piernas perdieron las fuerzas haciéndome caer en el suelo, lágrimas caían de mis mejillas y pude ver cómo todo se derrumbaba poco a poco. ¿Cómo pude dejarlo solo? ¿Cómo pude ser tan insensible al dejar a Marilla y que ahora esté pasando está pena terrible que solo nos concierne a ella y a mi? soy tan tonta, jamás voy a poder perdonarme, quizás si me encontraba con ellos pude haber hecho algo, ser de ayuda, o quizás yo... yo..

Lloraba desconsoladamente hasta qué Diana entró y me vio tirada arrodillada en el piso.

—¡Dios mío, Anne! —Diana corrió a mi ayuda.

—Diana, Matthew está muerto, está muerto —Sentía que al decir esas palabras eran como golpes que yo misma me daba.

—Oh Anne —me abrazó con fuerzas, cosa que me tranquilizó pero no pude parar de sollozar. — estás pasando por mucho tu solita... Pero ya estoy aquí y no dejaré que decaigas...

Sonreí apenas con esfuerzo, pero no duró mucho, el intento de Diana para animarme me dio un poco de fuerzas para pararme.

—Tengo que contárselo a Gilbert... —dije mientras secaba mis lagrimas

Diana me miró confundida y se acercó a mí

—Anne... ¿Por qué se lo contarás a ese infeliz?

—¿P-Por que no se lo contaría? —Respondí confundida. Gilbert merecía saberlo como amigo de toda la vida de la familia, y como mi novio también.

—Anne, el te engañó. —Lo miré atónita— hoy se está casando con la estúpida de Winnie Fred. —concluyó molesta.

Negué con la cabeza estupefacta de todo lo que pasaba ¿Cómo era posible eso? No podía ser cierto, no era cierto para nada.
Miré a la izquierda dónde se encontraba una ventana y me dirigí a ella para ver lo que faltaba para que todo aquello fuera un maldito infierno

Winnie Fred vestía un hermoso vestido blanco con un largo y hermoso velo, el mismo que yo quería usar en MI boda. A su lado estaba Gilbert mirándola con una gran sonrisa, vestido de traje negro y una pequeña rosa roja en el bolsillo del pecho izquierdo.
Agarró suavemente las mejillas de la hermosa chica y plantó un tierno beso en sus labios.

De pronto sentí como me caía por un pozo sin fin sintiéndome demasiado asustada, a tal punto que comencé a gritar desesperadamente pidiendo ayuda, no sabía que hacer, todo era tan repentino, imprevisto, súbito, que... que...

•Gilbert y Anne•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora