Allá en Rusia, gobernada por el zar. En una de sus mañanas tranquilas, paseaba un cosaco hacia la iglesia del pope que se situaba en lo alto de una montaña lejana de lo urbano. Cuando llega, este entra a la iglesia y buscando al pope, solo ve a una hermosa mujer mirando fijamente un féretro y se le acerca sin vacilar.
- ¿A usted también se le ha muerto alguien? – le pregunta el cosaco a la joven dama – Mi madre ha muerto y busco al pope para realizar una misa en su conmemoración.
Cualquier diría que la joven debería llorar ya que su amado ha muerto sin embargo solo sigue mirando el féretro y le contesta con frialdad.
- Un boyardo amante mío que murió ayer por la noche. Unos salvajes animales se lo comieron.
- Hoy es un día triste para los dos. Si necesita consuelo, soy un buen hombre y no me importaría estar a su lado – dijo el cosaco.
En seguida se oyen unos pasos seguidos de un bastón, era el pope.
- Amigo mío ¿Ya ha conocido a mi hermosa hija? – le pregunta – Se llama Marusia.
- Sí, estábamos hablando de lo desdichados que éramos frente a la muerte, pero ha sido un placer conocer a una hermosa y bella mujer en un día tan triste como hoy – se gira para ver la reacción de la hija del pope y añade- No me he presentado, mi nombre es Nesterka – le coge la mano y la besa.
La joven deja de mirar fijamente el féretro y se da cuenta de que es más hermoso de lo que pensaba. Tenía una voz grave ligada a la forma de entonar cada palabra que decía. Hombros anchos y un cuerpo resultado de horas de trabajo físico. Su mirada transmitía fidelidad y bondad. La mujer al oír los comentarios del cosaco, dirige una mirada dulce y simple hacia este. Al verla, siente un flechazo y se enamora profundamente.
Implanta la misa de su madre al día siguiente para poder volver a verla. Comienzan a llegar los amigos y familiares de la difunta. El cosaco al llegar a la iglesia comienza a preguntar si alguien había visto a la popevna.
Ya finalizada la conmemoración, Nesterka encuentra a la hija del pope con un hombre aparentemente recio y buen aspecto. Se espera a que terminen con su conversación y al ver que el hombre se alejaba decide acercarse.
- Me alegra verle por aquí, Marusia. Es cierto que el momento de conocernos no fue muy alegre así que qué le parecería si le invito a un kvas – le ofrece el cosaco.
- Me encantaría, pero ya caiga la noche en mi casa debo estar.
Así cumplió el cosaco la petición de la popevna. Ese día, el cosaco se enamoró aún más de Marusia y nada más despedirse de ella le confiesa sus sentimientos.
- Marusia, eres hermosa. Desearía verte todos los días y lamento dejarte tan pronto. ¿Dejarías que un cosaco como yo pueda ser tu nuevo amado?
Ya abierta la puerta para entrar, Marusia acepta.
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Notas del escritor:
Próximamente subiré el próximo capítulo de esta leyenda. Espero que os guste y, por favor, comentad algo a mejorar o si os ha gustado algo. Me haríais un favor para poder mejorar ya que es una de mis primeras veces escribiendo.
MIL GRACIAS : 3
Увидимся!!! <3
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La bella popevna
HorrorUna leyenda rusa sobre una iglesia marginada situada en lo alto de una montaña que decían ser, maldita. Dónde habitaba el pope con su bellísima hija quien traerá desgracias a sus enamorados.