Desde ese momento ninguno de los feligreses se acercaba a la iglesia, ni siquiera el cosaco. Así durante mucho tiempo, sin embargo, no murió nadie más.
Una noche de frío invierno, se esparció la noticia de que el pope había caído gravemente enfermo y podría morir si no tomaba la medicina que se encontraba en el pueblo. Nesterka decide ir a la iglesia para llevarle la medicina al pope y no muriera, y así ver a la bella dama de la que se había enamorado.
Se sube a un caballo de un vecino suyo y coge la apreciada medicina. Comienza a cabalgar tan rápido como si las patas del caballo se multiplicaran. La nieve comenzaba a ser un obstáculo y el viento no ayudaba. El camino fue largo y duro, pero ya veía la iglesia en lo alto de la montaña.
Deja el caballo atado detrás del establo y ve una luz que se asomaba desde una ventana trasera de la iglesia. Al asomarse sin hacer ningún ruido alza el candelabro para asegurarse de la escena que estaba contemplado. Allí estaba la popevna, de pronto se quita la cabeza y comienza a peinar su cabellera, nada más finalizar vuelve a colocarse la cabeza en su sitio.
Nesterka se esconde tan rápido como termina de presenciarlo. Aún perplejo, entra a la iglesia que lo recibe la hermosa Marusia y lo lleva hasta la habitación del pope. Este ya acostado frente a una gran cruz se toma la medicina y le da las gracias.
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La bella popevna
HorrorUna leyenda rusa sobre una iglesia marginada situada en lo alto de una montaña que decían ser, maldita. Dónde habitaba el pope con su bellísima hija quien traerá desgracias a sus enamorados.