El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con su captor. ¿qué pasaría si lo que muchos ven como...
La puerta de la habitación se abrió causando al menor una ráfaga de temblores involuntarios y una creciente sensación de temor. La sangre que provenía de su dedo ya había secado, y se podía apreciar el color opaco de esta tanto en el suelo como en la tirita colgando de la herida. A paso lento y paciente un muchacho de apariencia joven con colores muy parecidos a los de su hermano Perú ingresó al estrecho espacio de la habitación. Entre temblores México pudo reconocer al chico de la foto que había visto tan solo unos momentos antes.
En su mano traía un plato con lo que parecía ser un filete rebosado en una salsa color blanca, y su rostro se encontraba adornado con una sonrisa comprensiva y alentadora. Al verse abrumado por el sentimiento de la nostalgia y la soledad, México se encontró a si mismo disfrutando de la presencia pasiva de aquel nuevo personaje.
-Je pense que tu as déjà rencontré mon frère (creo que ya conociste a mi hermano)- dió unos cuantos pasos adelante dejando el plato con la comida en la mesita cerca de la cama. México asintió apartando la vista con sumisión. La sonrisa del joven parecía haber crecido un poco más- je suis canada (Soy Canadá)- puntuó- c'est un plaisir (es un placer).
El aura había cambiado a una mucho mas confortable. El camino que las lágrimas del menor habían suscitado en su semblante se notaban con facilidad. Canadá alcanzó un pañuelo de uno de los cajones del closet y luego se lo tendió al asustado chico en frente de él.
-Je pensais que tu aurais faim (creí que tendrías hambre)- México asintió.
-G-Gracias...- secó los rastros de su antigua rabieta.
-Je suis désolé que vous ayez à traverser ça (siento mucho que tengas que pasar por esto...)
-Entonces déjame salir!- El más alto se negó a hacer contacto con los ojos del contrario.
- je ne peux pas faire ça (No puedo hacer eso-)
-¿¡CÓMO QUE NO PUEDES?!- se levantó bruscamente haciendo que el norteamericano se incorporara- ¡¡CLARO QUE PUEDES PEDAZO DE MIERDA!!- manoteó sintiendo las lágrimas a su límite.
-Calme-toi un peu (s-solo cálmate)
-¡¿QUE ME CALME?!- Se acercó apenas a unos centímetros del cuerpo que se alzaba sobre él considerando la diferencia de estatura- VETE A LA CHINGADA!!
Cánada cerró sus ojos con fuerza denotando una expresión de tristeza. México solo pudo racionalizar lo que acababa de hacer cuando de encontró con otra figura al lado del canadiense. El personaje, apenas unos centímetros más alto que el de hoja de maple, puso una mano en el hombro del antes mencionado. El horror cruzó por las facciones del latino después de arrepentirse de sus propias palabras cargadas de ira.
- Out (afuera)- comandó el joven de cincuenta estrellas.
<<no no no no>>
El más pequeño comenzó a temblar violentamente mientras percibía la mirada de el de lentes de sol atravesándole por completo.
-d'accord frère, ce n'était rien (e-está b-bien hermano, n-no pasó nada)- balbuceó Canadá.
-I said out (dije afuera)- la voz grave envió escalofríos por todo el cuerpo de ambos presentes.
Canadá miró con lástima por última vez al mexicano antes de dejar la habitación.
- It's a shame... (es una pena...)- se acercó tomando el mentón del de habla hispana.- you have such a pretty face~ (tienes un rostro precioso~)- apretó con fuerza su cara haciendo que el menor diera una exclamación de dolor- but such a dirty mouth... (pero una boca muy sucia...)- lo soltó con aspereza.
-y-yo... p-perdón, y-yo no quer-ía...- chilló.
-sure you didn't (seguro que no)- sonrió- but we'll teach you some modals (pero te enseñaremos algunos modales)
<<NO! NO! LO SIENTO! NO POR FAVOR!>> México comenzó a llorar desesperado, susurrando disculpas y súplicas.
-shhhh... shhhh... pretty boy (shhhh... shhh... precioso)
-n-no...
-you have to be punished... and i'll punish you (tienes que ser castigado... y yo te castigaré)
lo que sucedería a las palabras lentas y graves del más alto le enseñaría al menor parte de las reglas de aquel lugar, nadie irrespeta de esa manera a su hermano, nadie le habla así a su familia, y cualquiera con la esperanza de salir con vida debía saberlo.
No es tiempo de respirar, es tiempo de enseñarle quien pone el oxigeno en estas condiciones.
