fucking feeling

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—Minho... no sé si pueda involucrarme más en esto — Habló el detective Bang, frotando el puente de su nariz.

Lee soltó un sollozo que intentó callar con sus manos.

—Tienes que hacerlo, estoy muy preocupado y no sé si sea lo suficientemente fuerte para lidiar con todo sin él — murmuró, cubriendo su cara.

Bang se levantó de su asiento y tomó un pañuelo para secar las lágrimas de Minho con delicadeza. El chico se sobresaltó pero a los pocos segundos agradeció el gesto.

—Sé lo que sientes, perder a alguien que quieres demasiado... es como si tus ganas de soportar todo lo que viene se fueran con esa persona, pero sólo queda hacerlo, seguir y no podemos cargar con ese sufrimiento por siempre, Minho — Chris acarició su cuello por sobre la camisa de cuello alto del menor, pero pronto dejó de hacerlo con confusión. —Sé que te hago sentir demasiado decepcionado, pero todas las pistas que podíamos tener fueron hechas cenizas y los causantes huyeron... — mintió, con un nudo en el estómago — Lo siento demasiado.

Minho se quedó en silencio por un rato, levantándose de su asiento dando un asentimiento de cabeza como despedida y salió por la puerta.

Christopher no se dio cuenta de que estaba reteniendo el aliento hasta que exhaló como si se estuviera ahogando.

Él sabía que lo que Minho estaba cubriendo con esa camisa era un collar, pero no pensó que fuera ese.

Nunca se le cruzó por la mente que Minho pudiera ser un sospechoso.

Pero saber que estaba portando el collar que Jeongin estaba utilizando el día de su desaparición sólo logró que preguntas sin respuesta se formaran en su cabeza.

En un inicio quiso abandonar el caso, porque no podía lidiar con el tema de Felix.

Pero ahora estaba decidido a descubrir qué estaba pasando realmente, aunque eso pudiera jugar en su contra.

...

Jeongin se sentó en sofá con cuidado, aún su cuerpo estaba un poco adolorido y su mente daba vueltas.

A veces se sorprendía pensando en escapar de ahí, pero desechaba la idea de inmediato.

No podía hacerlo, estaba demasiado débil y seguramente Hyunjin volvería a encontrarlo. Las amenazas de Hwang eran suaves, aunque se quedaban estancadas en su cabeza. La mayoría de veces le advertía que si intentaba algo, lo haría pagar con Minho mientras lo besaba y eso lo aterrorizaba.

Al cabo de un tiempo esperaba la llegada de Hyunjin a ese lugar porque sabía que el pelinegro le saludaba con un beso y, si tenía suerte, un abrazo.

Al cabo de un tiempo ya no quería salir de ahí, porque sabía que siendo libre su vida sería miserable como siempre, su único motor era alcanzar un puntaje mayor en su página y ahora que estaba desaparecido seguro su posición era de las más bajas por su inactividad. No quería volver a desgastarse por lograr lo que alguna vez tuvo.

Escuchó la puerta ser abierta y sonrió levemente, Hyunjin entró soltando un suspiro y caminó hacia la cocina.

—Es tarde, In— pronunció, con voz agotada — Pensé que estarías dormido.

—Lo hice, pero desperté hace un rato. Te extrañé — dijo Jeongin, jugando con sus manos.

—Bien, es hora de dormir — indicó el más alto, tragando el sorbo de agua que le quedaba. Sería mentiroso si dijera que escuchar a Jeongin decir eso no lo había puesto nervioso, pero no quería aceptarlo.

Si lo aceptaba, estaría acabado. Lo último que quería era sufrir por él, porque si se tomaba la libertad de hacer algo en contra de las órdenes de Lee, estaría cavando su propia tumba.

No desarrollar ningún tipo de sentimientos era una regla que debía seguir al pie de la letra, por su bien y el de Seungmin.

Jeongin se levantó del sofá y caminó hacia él para plantar un beso en su mejilla.

—No quiero dormir hoy...— susurró, enrollando sus brazos en el cuello de Hyunjin, quien sonrió de lado y asintió.

—Bien, hoy no dormiremos — secundó, soltando una corta risita mientras tomaba las piernas del menor y las posicionaba alrededor de su cadera para posteriormente caminar hacia la recámara que compartían.

Jeongin comenzó dejando besos en su cuello, sintiendo las manos de Hyunjin tensarse y ejercer presión en su parte baja, sonriendo por eso dejó una leve mordida en la clavícula del mayor, siendo acostado en la cama mientras Hwang se quitaba la camisa y dejaba un rastro de besos que iban desde el pecho de Jeongin hasta su abdomen. Ambos iniciaron un beso brusco, donde sus labios se rozaban sin suavidad alguna, como si descargaran cualquier sentimiento que tuvieran en esa pequeña guerra de quejidos.

—Te amo, Dakho... — susurró el pelirosa, jadeante.

jaja se la creyeron vdd.

𝑊𝐴𝑇𝐶𝐻 ✧ HYUNIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora