One-shots [ ItaSaso & SasuGaa ]

🥀 Vano ~ ItaSaso 🥀

Bueno, quizá no tan ItaSaso porque se trata de un amor unilateral.

Aquí hay ShiIta, dejo la advertencia~

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Hey, you're sinking and I can't hold you

Maybe it's because I'm sinking too

[ AaRON, Shades of Blue ]

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Si forzas un poco los ojos, las manchas forman un paisaje hermoso: La cascada cae con fuerza a lo profundo del acantilado, digna inmortalizarse en una pintura por el resto de la eternidad.

¿Cuánto tiempo más permanecerás ahí? Ni en tu mente ni en tus sueños has despegado los pies del borde del precipicio, en Nakano.

Siempre esperando, siempre impotente.

La brisa del agua golpea tus mejillas, eres un ángel oscuro dejándose envolver por el sonido, y a través de él, escuchas una risa despreocupada; la conoces perfectamente (¿acaso podrías olvidarla?), porque tu cuerpo siempre reaccionó a ella de la misma manera: una sacudida electrizante en el pecho, la sensación de poder volar sin necesidad de alas, y la felicidad que sentiste antaño, cuando todos estaban vivos.

Sin embargo, aquella risa solo es un recuerdo que tu corazón marchito (debilidad humana por excelencia) guarda como algo preciado, junto con la sonrisa de tu madre y la imagen de tu hermano abrazando un dinosaurio de peluche.

Ahí es donde habita Shisui.

Aunque, fuera de tu mente, en la realidad, nada rompe el silencio más que el agua de la cascada. Así solían ser tus días antes de conocer al chico de cabellos rizados, ¿verdad?

Solitarios, silenciosos.

Siempre fuiste demasiado para la gente y demasiado para ti mismo también, con la cabeza puesta en la miseria del mundo, en los estragos de la guerra y en lo inhumano que te parece el odio en el corazón de las personas  (¿no te parece más fácil deshacerse de cualquier sentimiento en absoluto? ¿Siquiera es posible algo así?).

Pasabas de largo a tus compañeros de la academia cual sombra flotante, escabulléndote entre los árboles y entrenando sin descanso mientras tratabas de entender el mundo en el que naciste (es un hábito que mantienes hasta ahora, cuando de repente todos en Akatsuki olvidan que son criminales y tienen momentos mundanos de charlas y bebidas frente a la fogata).

Hasta que, de pronto, él apareció y llenó tu mundo con su risa. Shisui te dio algo más que un dango, una mirada amistosa o un beso casto entre las cejas. Te llenó de sentimientos. Llevó tanta luz a tu vida, haciéndote sentir que, por primera y única vez, existió alguien con quien podías ser tú mismo.

Y hablar.

Y amar.

¿Qué habría sido de ti sin Shisui?

¿Qué es de ti hoy en día, que te lo han arrebatado?

No importa cuánto más esperes al borde del acantilado, ni de este ni el de Nakano. Ni en tu mente ni en la realidad. Shisui no volverá; no fuiste capaz de alcanzarlo. Lo aceptarías si pensaras con la cabeza fría.

No importa si cumples con su voluntad y preservas el honor del clan. Nada sanará tu corazón roto, y no estás dispuesto a durar lo suficiente para ver a tu hermano ser feliz.

—Compré dangos, Uchiha. Necesitas comer. Cuando estés listo, volveremos a la guarida.

Me observas con ojos cansados, la sombra de una sonrisa asomándose en tus labios.

¿Te digo algo? Tampoco importa si todo lo que hice para lidiar con mi propio dolor fue en vano. Y aunque te llame con suavidad, ofreciéndote la mejor de mis sonrisas y mi corazón entero (todo lo que queda de mí) tú nunca me devolverás una mirada resplandeciente, ni la ternura en cada beso que nos damos cuando se pone el sol.

Mis labios fríos y mi tacto hueco nunca te acercarán a las sensaciones que guardas celosa y melancólicamente en el pecho.

¿Sabes por qué?

—Muchas gracias, Sasori-san.

Porque yo no soy Shisui.

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(Escrito en enero, 2021).

Lo escribí demasiado rápido. En la lógica de mi cabeza, era Kisame quien narraba. Pero de pronto ya estaba escribiendo a Sasori.