💧 Agua de mar ~ SasuGaa 💧

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Well, she was my catatonic sex toy love-joy diver
She went down, down, down there into the sea
And she went down, down, down there, down there for me

[ Interpol, Stella was a diver and she was always down ]

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Gaara sabía que su piel quemaba. El fuego me hacía sudar hasta derretirme, me hundía. Él se metía en su papel de verdugo y decía constantemente que era mejor con las luces apagadas; así movía sus caderas entre las penumbras, privándome de explorarlo por completo, pero haciéndome arder hasta el punto de volverme loco.

La manera en que frotaba su cuerpo desnudo contra mí le arrancaba gemidos suaves. Estoy seguro de que, en todas esas ocasiones, él me miraba con la boca abierta y los labios cubiertos de saliva; el ceño fruncido para no hacer evidente que su mirada desbordaba placer aguamarina.

Yo le apretaba los muslos, con la horrible incomodidad de la ropa sobre mí. Prefería concentrarme en eso: en el goce de mi miembro erecto, en lugar de pensar que Gaara estaba completamente desnudo, y que, por su capricho, yo no podía contemplarlo.

Más de una vez le pregunté, ¿por qué sin luz? Si desde hace tiempo, yo tocaba hasta la parte más íntima de su cuerpo como un ciego aprendiendo el braille. Pero él siempre echaba la misma excusa: Porque eres un esclavo de los detalles.

Pero si desde un inicio mi vida fue un chiste, ¿por qué habría de importarme?

Me volví esclavo de los detalles desde que comencé a ponerme expectativas. Vamos, Sasuke, tienes que ser como tu hermano. Itachi no comete errores, ¿es que no lo ves? Él se fija en los detalles, cuida que todo sea perfecto. ¿Por qué no te esfuerzas un poco más? Creo que olvidé si quien decía eso era mi padre, mi madre o mi propia consciencia.

Lo que sí recuerdo es a Itachi dándome la espalda, caminando siempre delante de mí, pretendiendo que me dejaba el camino libre. La envidia brotó como margaritas desde los doce años, aunque todos esos sentimientos de inferioridad se acumularon en mi interior durante diez años más. Jamás pude deshacerme de ellos porque Itachi, con esa cálida y perfecta sonrisa de hermano mayor, nunca me permitió odiarlo. Entonces, volqué todo ese sentimiento sobre mí.

Hice grandes esfuerzos por dejar de ser la persona que odiaba y convertirme en una imitación de mi nii-san (un inútil intento de ganarme a mis padres y formarme personalidad): Mi reputación era la de aquel que combina perfectamente su lado social y carismático con un ratón de biblioteca. Terminé una ingeniería con mención honorífica, notas envidiables y, como plus personal, un largo historial de chicas que pasaron por mi cama.

Pero todo ese esfuerzo (¡todas las pastillas, las bebidas energéticas, el alcohol, las noches en vela y mi excesivo perfeccionismo!) solo me sirvió para ser un gerente mediocre en el área mediocre de una empresa mediocre; no el famoso neurocirujano, no el galardonado director del Hospital General de Tokio. Ese es Itachi.

Aunque sí (quizá), tal vez alguna fuerza superior se compadeció de mí y me recompensó con algo que nunca tendría mi hermano. La primera vez que lo vi fue cuando me lo presentaron como mi nuevo subordinado. Se había graduado en contaduría; decían que obtuvo un puntaje sobresaliente en habilidad abstracta y matemática durante las pruebas psicométricas, casi rozando el nivel de genio.

Gaara llegó a mi vida con veintiún años encima, y tres días después él estaba en mi cama, sobre mí en plena oscuridad, con las piernas extendidas mientras tomaba mi pene de entre la cremallera del pantalón y lo introducía en su cuerpo desnudo.

One-shots [ ItaSaso & SasuGaa ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora