𝘈𝘨𝘳𝘪𝘥𝘶𝘭𝘤𝘦┋𝘒𝘢𝘨𝘦𝘩𝘪𝘯𝘢

レモン2個

Shoyo diría que no se sentía extraño después de eso, pero el realidad se sentía super extraño. No sabía cómo describir aquello, mas bien, no sabía como decir que sentía aquellas famosas mariposas por el estómago.

Cuando Kageyama finalizó aquel ligero beso, sonrio, y después lo volvio a darle un par de besos más y Hinata se sentia como cuando tenían sus dieciséis y daban su primer beso, Hinata estaba tan enamorado de Kageyama que le ofreció tener relaciones inconscientemente, claramente lo hicieron pero eso sucedió más tarde, y ese par del famoso "Ataque rápido" lo nombró "hacer el amor".

Pronto todo volvió a la normalidad, o eso menos pasó, aquellas mariposas volando en su interior seguían, se sentía como un despertar después de una noche de tragos y música. Pero no era un mal estar, si no todo lo contrario.

Hinata no podía engañarse a sí mismo el se sentía como de dieciséis y eso lo preocupaba, en aquel ese entonces Kageyama no supo cómo corresponder esos sentimientos, incluso si lo hacía y lo seguía haciendo. Ahora simplemente ambos estaban ignorando por completo las ganas de volver a besarse.

Hinata al contrario siguió con su misma actitud, siendo el mismo Hinata, este aún se acercaba a su mejor amigo para acurrucarse en este. Pará ser sinceros después del Beso este mismo ya estaba durmiendo sobre Kageyama mientras sus brazos lo abrazan. Porque a pesar de sentir pena, no iba a dejar que la vergüenza lo domine ni que sus sentimientos renazcan hasta notarse tanto. Por lo que simplemente no dejó en ningún momento de ser el mismo Hinata.

—Kageyamaa, ya va comenzar baja! –Grito el de cabellos naranajas desde la sala. Le emocionaba ver los partidos de voley al igual que Kageyama.

La noche de deportes, o como ellos le decían; la noche de espectáculos, era básicamente una noche de la semana donde solo era ellos dos y uno de los mejores partidos de voley del extranjero al azar con mucha comida, y muchos mimos.

—¡¿Ya empezó?! –Grito agitado, saliendo de la cocina con su caja de leche en mano, entre otros antojos, cosa que ya era costumbre–

—Si! –dijo el de cabellos naranjas con su característica sonrisa en frente. Mientras ya se podía apreciar el inicio del partido-

—¿Argentina y Francia? –Preguntó mientras dejaba las cosas en la mesita redonda. Se dio vuelta para acomodarse en el mueble.

— Una finta! –Grito, mientras se levantaba de golpe para festejarlo. Sonrió ampliamente ante el punto anotada a favor de Argentina–

—Boke.. Hinata Boke –Murmuró Kageyama mientra ya hacía en el mueble. Hinata ya estaba plácidamente sobre este. Sus largos y formados brazos rodearon el pequeño cuerpo de Hinata.

—Dios... Oikawa si que esta bueno. –Ahora comentó con toda la atención sobre el nombrado. Kageyama fruncio su seño y casi cambiaba el canal, pero Hinata ya había agarrado el control más rápido que este.

Al rato ambos estaban acostados en el sofa, Hinata plácidamente sobre el pecho de Kageyama comiendo su ahora adicto limón con azucar, Kageyama quién seguía bebiendo de su leche.

—por dios, si que es esta bueno. –Susurró Hinata, Kageyama dejó de beber de su leche y dirigió su mirada al más bajito quien comía plácidamente un limón con azucar.

—Yo estoy más bueno que el–Rió con arrogancia.

—Por supuesto que lo eres, pero Oikawa más

—¿El está más bueno que yo? –Preguntó ahora sosteniendo de las caderas del de cabellos anaranjados.

—Puede que si y puede que no..

Kageyama sonrió victorioso, sabía que el estaba más bueno que Oikawa, o al menos eso pensaba él y su buen orgullo.
Hinata se volteo a ver cada facción de Kageyama. Diablos, que estába jodidamente bueno.

Pasó entonces su lengua por el limón, recordando que aún lo estaba comiendo, sus labios picaron por el acido pero no dejo de pegar sus labios a la fruta para succionar su jugo. Aún viendo las facciones de su mejor amigo.
Kageyama suspiro con un poco de pesadez y espero a que Hinata alejara aquel limón con azucar de sus labios. Para pegar los suyos con los de su amigo.

El limón cayó al piso y el partido siguió.

Hinata pasó sus cortos brazos por el cuello de su mejor amigo y se sento ahorcadas de él profundizando el toque entre ambos. Por su parte Kageyama no dejaba de dar masajes en su cintura y cadera, mientras giraba su cabeza apenas ladeando para encajar sus labios con los del anaranjado, mientras el sabor agridulce invadía sus labios.

Y así fue la noche de deportes o más bien la noche de espectáculos, que se transformo en una noche de besos, mimos y abrazos.

さようなら。