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Las palabras mejores amigos todavía estaban en medio de todo aquel revuelo de sentimientos correspondidos pero al mismo tiempo no. Para empezar, solo se habían besado dos veces, en el ahora, no habían hablado de eso pero tampoco se habían distanciado o alejado.
Incluso ahora ellos estaban en el baño, en la tina, semidesnudos y con sus piernas entrelazadas. Él estaba con Hinata en su regazo solo cubierto por la telas de sus boxers, todo estaba tan tibio en ese momento.
Por eso Kageyama dice que todo se le fue de las manos. Cuando ahora se despierte con su amigo durmiendo a su lado y una erección en su pantalón. O cuando Hinata simplemente dice que esta bueno, y que le dan ganas de besar sus clavículas. Porque, el chiquito lo había dicho más de una vez y cada vez se enciende más. Y muestra su cuello, como la loba hace con el lobo para que marque su territorio.
O como lo sienta en su regazo por horas, y lo abraza, pero hablan como si todo no pasara y solo fueran amigos.
O como ahora, que estaban solo en ropa interior, mojados y tibios por el agua caliente. Mientras Hinata se acuesta en su cálido pecho y él le llena de jabón su espalda.
Ayer, domingo, se habían enterado que sus partidos habían sido canceladas por la reciente noticia de la pandemia, ellos habían estado haciendo un aislamiento voluntario para evitar contraer el virus del cual el mundo hablaba, solo hacían las compras una vez al mes por lo que seguramente mañana debían salir a hacerlas y luego no volver a salir. El presidente había declarado cuarentena obligatoria por lo cuál solo salían de sus casas para ir a farmacias, hospitales o supermercados.
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—Quiero morderte, pareces un dulce de leche –Dijo muy bajito Hinata, estaba demasiado relajado. Y Kageyama en ningún momento dejaba sus movimientos.
—Sí me muerdes no te compraré limones. –Hinata puchereo, sin embargo clavo sus pequeños dientes en la piel del cuello de Tobio. Y luego levantó su rostro hacia el azabache.
—Te dije que no me muerdas –Se quejó Kageyama dejando los movimientos en la espalda del mas bajo, Hinata mostro sus labios y se acerco a su rostro.
Por primera vez Hinata lo besó, y no al reves. Tan suave y dulce. Kageyama sintio igual el sabor agridulce, ese toque dulce con ácido que le decía que estuvo comiendo limón con azucar otra vez. Le siguio el beso tranquilo, moviendo sus labios juntos y disfrutando por completo del toque sabroso. Abrazando su cintura con cariño, ladeando sus cabezas para profundizar antes de que Kageyama pasara su lengua por el labio del anaranjado, Hinata aceptó la invitación y abrio su boca. Tobio exploro toda la cavidad del más bajo y se dejo explorar por completo.
Supieron que debían frenar cuando el sabor a limón estaba desapareciendo, tal vez también cuando Hinata solto un gemido y agitados, también avergonzados, se separaron del otro.
さようなら。
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