"-¿hola?-pregunto desconfiado, es un número de teléfono extranjero, no conozco a nadie con ese código de área.
-amor, necesito ayuda-la voz de Yifan se oye del otro lado de la linea telefónica.
-¿Yifan?¿dónde estas?¿qué pasó?-desesperación, eso demu...
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Chanyeol
Al llegar a casa todo se encontraba en silencio, extraño, desde que nos casamos no a habido un minuto de silencio en nuestra casa, no tenemos hijos, aun, pero Baek se basta y se sobra para hacer el suficiente ruido, no es que yo seamos muy calmado, pero con el tiempo aprendí a apreciar el silencio.
Con cautela ingreso, todas las luces apagadas, ni un movimiento, tampoco siento el aroma de Baekhyun, ¿habrá salido?, imposible, me habría avisado. Él no se encontraba en ningún lado, mi ultima parada es el baño de nuestra habitación. También se encuentra en penumbras, pero no vacío, en la esquina al lado de la ducha encogido se encuentra un cuerpo, ¡eureka!
-Baekie-lo nombro con toda la suavidad que poseo, siempre que Baek se encuentra en una situación extraña es mejor que me acerque con delicadeza, tratando de no hacer nada para asustarlo. Él no me responde-¿qué sucede, cariño?-un suspiro es lo único que se oye en el eco del baño. Se oyó como si le costara el solo intento de pronunciar una palabra.
-n-no sucede nada, Cha-annie-su intento de tranquilizarme no me convence. Percibo que intenta levantarse, pero pareciera que toda fuerza a abandonado su cuerpo, en la oscuridad tanteo para lograr agarrarlo para poder ayudarlo a levantarse, al encontrar su brazo, lo sostengo con fuerza y lo levanto. Con cautela volvemos al cuarto donde lo dejo sentado en la cama, bajo la luz del foco se ve de aspecto cansado.
-¿seguro qué esta todo bien?-me coloco de cuclillas frente a él.
-si, solo estoy un poco cansado, quiero dormir, ¿te duermes conmigo?
-como negarme ante tal oferta, espera que me cambie y me acuesto contigo, cariño-me levanto y beso su frente, creo que no es el momento de avisarle del viaje, será mañana.
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Sehun
El trabajo hoy fue agotador, sinceramente pareciera que mi cuerpo quiere que sienta cada kilogramo de mi cuerpo, a duras penas logro llegar hasta el departamento. Al abrir la puerta el aroma de la cena hace que mi nariz se tuerza de pleitesía. No es por presumir, pero mi omega cocina como los mismos dioses.
