🎻Última parte: "Epílogo"

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Dos años después.

—¡No puedo creer que me hayas traído a este lugar! —dice emocionado, con una sonrisa boba coloreándole el rostro y un brillo especial en sus ojos.

     —¿Te gusta? —inquiere con nerviosismo, esperando pacientemente una respuesta afirmativa.

     —¡Me encanta! —asegura, apreciando el atardecer como si fuese lo más bello del mundo. Entonces, observa la dulce mirada de su prometido. Ahí es cuando se da cuenta de que él es lo más precioso que podría tener—. Gracias, Brimmi.

     —No es nada, mi amor —responde, abrazando su cintura con delicadeza y descansando su cabeza sobre su hombro. Roger no puede evitar mirarlo con total ternura.

     —Te amo, Brimmi —menciona, y sonríe aún más cuando observa cómo el mencionado esconde la cabeza en su cuello, intentando que su sonrojo no sea visible—. ¿Y tú? ¿Me amas?

     —Sabes que sí —contesta, saliendo de su pequeño escondite sólo para regalarle un tímido beso en los labios. Sonríen entre él, mismo que termina cuando Roger suelta una pequeña risita.

     Su Brimmi lo mira extrañado, separándose de sus labios apenas unos centímetros, permitiendo que sus alientos se mezclen entre sí.

     —¿Qué pasa, corazón?

     —Nada —menciona. Le da un pequeño beso que vuelve a interrumpirse por lo mismo—. De acuerdo, sí pasa algo —dice riendo.

     —¿Qué cosa, solecito? —pregunta con una sonrisita. Adora ver a su pareja sonreír.

     —Es que... —ríe otra vez—. Me acordé cuando... —ríe de nuevo—. Cuando tú y yo hicimos esa obra en la universidad.

     —¿En la que después de que terminara nos hicimos novios, mi vida? —pregunta, sonriendo. Se aleja de Roger sólo para quedar frente a él, agacharse y tomar con delicadeza sus piernas, y finalmente cargarlo entre sus brazos con delicadeza, provocando que sus risas y buen ánimo aumenten.

     —Sí, otoñito precioso —contesta, enamorado. Brian, por otro lado se sienta en el suelo aún con Roger en brazos, admirando su precioso rostro.

     —Y dime, angelito, ¿todavía eres mis cuatro estaciones?

     —¡Sí que lo soy! —responde, eufórico—. Y voy a serlas por siempre, Bri. Que de eso no tengas dudas nunca, ¿sí?

     —Sí, mi primavera —susurra, y después le da un pequeño beso en la cabeza.

     —Te amo —repite el menor, pasando sus manos por su cuello y jugando así con sus rizados cabellos. Brian sonríe enternecido.

     —Y yo te amo mucho más, pequeño invierno.

     Ambos sonríen, y sin más, su funden de nuevo en un beso, ése que derrite sus corazones en su totalidad y que los enamora cada segundo más. La fogosidad del suave ósculo aumenta poco a poco, y Roger se da cuenta de eso, por lo que se separa con lentitud de su pareja y lo mira con una sonrisa pícara.

     —Ven —pide, levantándose de su lugar, siendo Brian quien imita sus movimientos luego de unos cuantos segundos—. Supongo que podemos hacer algo interesante tú y yo antes de ir a ver nuestro salón de bodas.

     Brian le sonríe de la misma manera que él. Atrapa su cintura con agilidad y ambos entran en el pequeño auto.

     —No tenemos tiempo para eso, veranito. Pero podemos hacer lo que quieras una vez lleguemos a casa —propone, encendiendo el vehículo.

     —Esa idea no me parece mala, Brimmi —menciona, sin eliminar la tierna sonrisa que invade su rostro—. De hecho, es bastante buena.

     Ambos sonríen. Brian comienza a conducir hacia el lugar donde celebrarán su connubio, ése que los unirá por y para siempre, logrando que su amor permanezca hasta la eternidad de todos los tiempos y que les llena los corazones de dulzura y chocolate, haciéndolos sentir enamorados e increíblemente agradecidos con la vida de haber podido encontrar su otra parte, o más bien, a sus preciosas estaciones, las cuales les brindan alegría, amor, y una total y estable dicha.

Las cuatro estaciones ♛ MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora