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Narra Uenoyama Ritsuka

— ¿Viniste a burlarte otra vez de mí?— Yoshida me observaba con seriedad, sin embargo la amabilidad no se perdió en él.

— te mostrare algo— extendió su mano hacia la mía.

¿Qué perdería? De todas formas no tengo nada más que perder.

— ¿Ya puedo volver? Tengo amigos que m— Yoshida pudo ser un tarado en el pasado, pero ahora ya maduro.

Al menos para mí.

— si a un grupo de alcohólicos que te golpean cada que tienen oportunidad los consideras amigos no me imagino que tan jodida es tu vida ahora— ¿Quién se cree él para decirme esto?

— ¿Puedo volver?— busco algo con la mirada, ¿Qué diantres se traía?

— ¿No es precioso este parque?— tenía esa atmósfera de un lugar agradable, y relajante, negué, no era mi embrollo lo que esté demente tenga en el cerebro— aquí creció mi sueño de tocar música— señaló a un lugar vacío— él estaba ahí con su mirada perdida, tan bello, delicado, precioso, un tesoro— supe de quién hablaba.

¿Por qué tenías que irte eh?

— ¡Ja! ¿Y qué ganas contándome esto?— su mirada tan serena se posó en la mía, me dio escalofríos.

— toca para mí— ¿Tocar? ¿Otra vez?

— no— soy un caso perdido, no recuerdo ni como coger un instrumento, ¿Como podría tocar para él?

— Uenoyama, toca para mí, hay que ayudarnos a sanar nuestras heridas, nuestro dolor no será el mismo pero si ambos estamos juntos podemos avanzar— ¿Qué clase de palabras son esas?

— gay— su rostro se frunció, reí. Yuki Yoshida es alguien tan ...

— quién lo dice — tocar...

— Yoshida, tocaré para ti, pero necesito un favor luego— su sonrisa dio un sentido a mi vida.

Quería cambiar.

Quiero cambiar.

Quiero seguir.

Recuerdos de esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora