Y un día, derramó lágrimas por la calle y se topó con un hombre.
Se desahogó con un desconocido, al que le pidió salvación.
Y pensó que era Dios, con un disfraz mundano, y le pidió un favor:
"Oh, señor, sea quien sea, dígame qué tan hermosas son mis lágrimas de agonía, porque quiero entender al mundo".
Y el hombre, mudo por cuestiones de la vida, la hizo caminar hasta la playa y en el agua le mostró el resultado de lo que había hecho el mundo. Y allí, prometió no volver a sufrir, si aquel hombre escribía algo para ella.Y el hombre no sabía que escribir, pero aceptó por una razón: Aquellas lágrimas solo debían estar presas en un océano y no libres sobre las mejillas de la joven.
Y ella no volvió a sufrir.
Y él escribió sobre ella.
Escribió en la arena: LIBERTAD.
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Relatos cortos
Cerita PendekMis frases cortas, tus conclusiones apresuradas. #217 en cuento. Registrado en Safe Creative bajo el codigo: 1411262605329