༶📄• VI.VIII

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—Quiero pedirle perdón por lo de hace rato.

Realizó una pequeña inclinación, dejando en la mesa una taza de café.

—No debes hacerlo, no tienes la culpa, el suele ser así—sonrió—Piensa que todo lo que le rodea le pertenece.

—No comprendo.

El semblante del más alto cambio por un momento, se le hacía extraño que sea la pareja de Jean, se supone que debe saberlo y al ver su rostro le transmitía lo contrario

—Olvidé comentarte que somos primos—desvío su mirada—Desde que éramos pequeños todo se le permitió por qué era el mayor, siempre le he dado lo que ha querido, pero está vez no lo permitiré

—El no es así, yo no pienso....

Interrumpió—Libardo, todos piensan, todo creen, todos lo hacen, eres tan ingenuo, desde la primera vez que te vi, sentí ese hormigueo recorrer mi cuerpo.

—Señor yo.

—Dime Naim, para ser verdad eres muy menor como para estar de novio con mi primo

—Yo lo amo.
Agachó su mirada, era tan vergonzoso soltar lo que realmente sentías sin tener a la persona cerca

—Como te dije, eres muy pequeño como para sentir o saber qué es el amor.

—¿Por qué cree eso? ¿Solo lo supone o es por que tiene algunos años más que yo? señor discúlpeme pero usted tampoco sabe que es el amor, no lo conoce a trasfondo.

—¿Tú si?.

—No, pero con tan solo una mirada hace que mi piel se erice, hace que mi corazón se aceleré y mi mente se distorsione.
Lo menciono con tanto detalle, que su sonrojo era muy notorio.

—¿No debes decirle eso a el? Me incomoda que me re friegues tu felicidad en mi cara, cuando hace unos minutos te confesé lo que sentía.

—Lo lamento.

—No interesa de todos modos lo pensé toda la noche y eres muy menor para mí y si mi madre se entera me mata, por cierto ten cuidado con mi tía.

—¿A que se refiere?.

—Veo que aún no la conoces, bueno suele ser muy impulsiva con su bebé.

—Lo tendré en cuenta.

—Mucha charla volvamos al trabajó.

—Como mandé.

—Este café está bueno.

[...]

El menor se encontraba caminando por un pequeño parque, estaba muy cansado, sus piernas dolían y tenía hambre.

Su estómago rugía, agregando el frío que recorría toda su anatomía, los nervios invadió sus piernas impidiendo que siga caminando, una camioneta negra lo perseguía desde que salió de la mensajería.

Podría ser un poco despistado pero esto no lo dejo escapar, fueron tres veces en las que esté había cambiado de ruta, con la esperanza de que solo sea un mal presentimiento, para su mala suerte no había resultado.

Se sentó en unas de las bancas, sacando su celular del bolsillo, buscaba un número en específico.

—¿Debería llamarlo?murmuró por lo bajo.

Sacudió su cabeza dejando el celular a un lado—¿Cómo voy a llamar a ese idiota? Después de todo estamos peleados—se refutó, cruzando sus brazos.

Volvió a tomar el celular dejando su orgullo de lado, marcando el número del mayor.

—Responde...—Lo mandarán ha casilla de voz, frustrado maldijo por lo bajo, intento por varias veces, pero es inútil.

Sus manos comenzaron a sudar cuando vio salir a un hombre completamente vestido de negro de la camioneta que lo venía siguiendo. ¿Este es un buen momento como para desaparecer o correr? No encontraba respuesta, desvío su mirada cuando esté estaba a centímetros de el.

Sintió sus pasos más cerca, trago saliva cuánto lo tuvo de frente
—Disculpe ¿Sabe que hora es?—respiro profundamente encendiendo su celular.

—Si, son las s-seis—soltó nervioso.

Se removió cuando el cuerpo del contrario se sentó a su lado—¿Por qué tan solo?—paso su mano por la banca queriendo tomar el hombro del menor, pero este se paró y se levantó de inmediato.

—Mi novio está en camino.
retrocedió

El tipo cruzo sus brazos mirándolo fijamente.
—¿Sabes que es lo que más odio?

Antes de que pudiera responder fue tomado por la espalda, se removió como pudo intentado escapar, grito y forcejeó, hasta que le pusieron un pañuelo, impidiendo el ingreso del oxígeno.

Todo a su alrededor se puso abrumador, su vista se fue nublado y la oscuridad apoderándose de el.
—A las personas mentirosas—fue lo último que escucho antes de que cayese inconsciente.

[...]

La noche comenzó a caer, las gotas de lluvia resonaban en los fierros al caer, un fuerte zumbido hizo que el menor despertará, todo a su alrededor daba vueltas.

Estaba asumiendo el lugar donde estaba, no tenía el conocimiento de lo que estaba pasando, intento moverse pero todo fue el vano su cuerpo estaba amarrado en una silla.

Con cuidado abrió sus ojos logrando ver todo borroso por el brilló de un gran foco, por inercia los cerró nuevamente, los volvió a abrir acostumbrarse a la luz, exploró con su vista el ambiente, jamás había pisado ese tipo de lugares aunque siempre los vio en las películas de acción, fingió estar inconsciente cuando el portón fue abierto.

—Nuestro jefe estará contento—la risa exagerada de uno de los acompañantes resonó en las paredes del lugar, haciendo que el menor se exalte, está se detuvo cuando uno de los hombres golpeó al otro.

—¡Ash! y ahora ¿Por qué me pegas?— frotó su cuello, mirándolo de mala gana.

—¿Te podrías callar? lo despertarás y no creo tener la decencia de aguantarlo—hablo el más alto limpiando su arma

—Siempre dices eso y nunca pasa— refutó el más bajo tomando su bate.

—¿Usted cree que con esto nos suban el sueldo jefecito?—cuestionó uno de estos

—Eso espero.

El podía sentir como el sudor frío recorría su frente del pánico ¿Cómo omo diablos había terminado en esas condiciones? tal vez se habían confundido de persona, pero ¿Por qué el y ahora? Ni siquiera se había reconciliado con el mayor, no quería morir tan joven, "morir". Eso es un poco precipitado pero en esas condiciones cualquier cosa podía suceder.

Los pasos apresurados y el fuerte ruido del portón cerrándose hizo que abriera sus ojos, intento forcejear nuevamente, todos esos vídeos que se pasaba viendo por internet no servían en estas ocasiones, cuando salga de esa estaba seguro que daría su queja.

Ahora más que nunca necesitaba a jean, jamás había necesitado a nadie nunca de esa manera, en excepción de su madre cuando no había papel higiénico en el baño.

—¿Donde estás?.Murmuro

—Yue

24 HRS ||LIEAN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora