Fin.

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Es el día en que se unirá a alguien que sólo vió dos veces en su vida y con quién sólo compartió un baile una noche, aún así prefiere ignorarlo, cómo lo ha estado haciendo cada uno de los días que han pasado.

- Amo Yang, es hora de levantar, lo esperan para vestirlo.

- ¿Lo has podido encontrar? - dice levantando rápidamente de su cama.

- Lo siento, no tengo noticias sobre eso.

- ¿Cómo no puedes saberlo? ¡tiene que estar en algún lado!

- Ya he preguntado a los encargados y nadie a visto nada, Amo Yang.

- ¡Y mi madre! ¡¿le han preguntado a mi madre?!

Eric no contesta.

- ¡Entonces lo haré yo mismo!

Recién levantado sale de su habitación directo a encontrar a la reina, no siente vergüenza de sólo llevar un camisón blanco bajo esos pantalones, quiere una respuesta y esta seguro que su madre la tiene.

- ¡¿Dónde está?!

Su madre lo mira sin decirle ni una palabra.

- ¡Pregunté ¿dónde esta?!

- Espero estés consiente de como te has presentado hoy ante mi.

El día de ayer lo a buscado él mismo sin poder encontrarlo, pero después de pasar por esa desesperación se cuestionó el por qué lo hacía, darle importancia a lo que dijo Lee Heeseung es tan estúpido cómo su sola presencia.

- No me importa cómo me vean los demás, pero eso ya de ¿verdad? ¡sólo dime dónde está!

- Puedo contestar por usted su majestad Yang - dice Lee que yace a su lado esperando su llegada cómo lo había predicho.

- Si no te lo a dicho, es porque no quiere que lo sigan, no lo cree príncipe Yang - se acerca unos paso hasta estar al frente - él decidió irse y debería aceptarlo, su madre ya sido lo suficiente benevolente al perdonar su vida y darle lo que ni en sueños podría lograr.

Se aparta a un lado - ¿Es... eso cierto? - le pregunta a la reina.

Su madre jamas ofreció un gran puesto ni riquezas, le parece absurdo darle poder a alguien tan insignificante, así que con un " yo me haré cargo" silenció al joven que le propuso la idea de soborno a un simple peón, pero explicárselo no cambiaría lo que ya esta hecho.

La reina sin desviar la mirada - Tu prometida aguarda - se levanta del trono y sale del lugar sin dar ninguna explicación.

- Creo que me equivoqué con el azul persa - sonríe y le susurra al oído- el blanco le va mucho mejor, príncipe - dice Lee saliendo detrás de la reina.

Describir lo que siente en ese momento podría tomar años hasta encontrar la palabra correcta, si es que ya existe. Toma una nota y con una pluma escribe en ella "Por favor, regresa" sin dejar caer ni una lagrima finalmente firmándola con su nombre, sale de palacio aún vestido de blanco y dirige sus pasos hasta el establo llevándose con él una jaula dónde dentro yace el águila que ambos amaban y solían volar juntos.

Se dirige hasta el lago y cuando la intenta liberar nota enredado entre sus patas atada al cascabel una nota doblada en forma de carta que lleva escrita encima "Para Yang Jungwon" y es cuando todo toma sentido, Jong Seong no se fue sin despedirse, claro que lo hizo, pero él fue muy tonto al darse cuenta tan tarde.

La esperanza de que aquella águila pueda hallar a Jong Seong desde el cielo y regresarlo a su lado a sido en vano, quizás si no pueda encontrarlo por los cielos pueda hacerlo por el aguamarina de ese lago.

Sabe que al regresar a su palacio deberá llevar una vida que termine odiando, seguir cada orden de su madre aunque él pueda creer en todo lo contrario, soportar a Heeseung que parece disfrutar haciéndole daño y engañar a una ingenua princesa que sólo busca un final feliz, tolerar a todo ese gentío lleno de soberbia y arrogancia, cargar con una vida que no pidió y que está obligado a vivirla.

Se pregunta si las mismas personas que lo criticaban llorarían en su funeral.

- Hoy tuve una Epifanía entre sueños - desata al águila y la deja volar en los aires - te vi tan real que no quería despertar - toma la carta aún no leída entre sus manos y deposita un beso en ella - creo que sólo quería verte - la introduce entre sus ropas hasta su pecho - y desapareciste al atardecer como el sol - camina a paso lento entrando al lago hasta mojar sus rodillas.

Tiene miedo, pero le aterra más leer su despedida.

- Yo también quiero desaparecer contigo.

Da unos pasos más.

- Juntos, como el atardecer del sol.

Se sumerge por completo en el lago sin volver a salir, con la carta guardada en su corazón.

"No importa cuán lejos tenga que irme
siempre regresaré hasta ti
porque siempre te he amado
mi querido príncipe.

Espérame"

Fin.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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