El Heraldo del Infierno

Capítulo 3: Tres días en un Infierno.

Llegué a casa un tanto frustrada, no pude decirle la verdad a mi novio y lo que le pasó a la pobre Susie.

—¿Tías? ¿Ambrose?

—Dime querida, ¿Cómo te fue en la escuela? —Preguntó la tía Hilda-.

—A decir verdad no muy bien, unos chicos le levantaron la blusa a Susie, no pude decirle la verdad a Harvey y creo que las Hermanas Extrañas me maldijero.

—Un baño de suero de mantequilla y Romero te hará muy bien —dice mientras me pasa el jabón-.

Subí  a mi cuarto, preparé la tina y me quité la ropa.  Entré a la tina e intenté relajarme.

Salí de la ducha, me cambié y preparé mis maletas, tenía que ir a la Academia de las artes ocultas.

—Sabrina, cuidate en la Academia y dale honor a nuestro apellido —ordenó mi tía Zelda-.

—Buena suerte prima —Agregó Ambrose-.

—Gracias primo, la voy a necesitar.

[.....]

Entré a la academia, y me topé con quien no quería toparme.

—Hola, Sabrina.

—Hola, Nicholas.

—Un honor tenerte por aquí —dijo mientras besaba mi mano-.

Se supone que tengo que decir gracias.

—Mmmm, gracias.

—¿Qué te trae por aquí, Sabrina?

—Recuerda que en unos días es mi bautismo oscuro, técnicamente tengo que asistir a la escuela de la noche!

—Creo que tienes que ir a clases -Dijo- también quiero discurparme por comportarme como un idiota acosador —agregó-.

Creo que esta siendo amable, además tengo que sobrevivir aquí y un amigo no estaría de más.

—Acepto tus disculpas, Nicholas.

—Me alegra escuchar eso, bueno; vamos, que tienes que ir a clase de canto.

Me agarró de las manos y nos dirigimos hacía la clase de canto de la Señora Blackwood.

—Buen día señorita Blackwood, soy Sabrina y soy nueva, ¿cuál es mi lugar? —dije-.

—Buen día, puedes ponerte al lado de Prundeces —dijo mientras apuntaba hacia mi lugar-.

Solo fui hacia mi lugar sin decir nada.

[.....]

Me senté a desayunar, la clase de canto fue un tanto agotadora.

—Spellman, ¿me puedo sentar?

—Claro —Dije mientras él se sentó frente a mí-.

Nos quedamos callados un tiempo, ya que las Hermanas Extrañas se acercaron a nosotros.

—Nicky querido, que haces con esta mestiza, eres su amigo solo para llevarla a la cama? —dijo Aghata-.

—Dejen en paz, solo somos amigos y no, no quiero eso con ella.

—No nod engañas Nicholas, además te veías mejor cuando andabas con nuetras hermana Prudence.

—¿Tuviste algo con ella? —Pregunté-.

—Si, tuvimos algo mestiza.

—Sólo fueron unos meses Prudence, además lo nuestro pasó.

[......]

Me estaba poniendo mi pijama de dormir, cuando entraron Dorcas, Aghata y Prudence.

—Es enserio, no ne pueden dejar en paz.

—No estás en posición de reclamar nada, así que camina, el cuarto del horror de espera.

—¿De qué hablas? —pregunté-.

—Las 13 brujas que se sacrificaron por nosotros, duraron días y noches sin comer y sin una manta, ahora camina tu celda te está esperando, asquerosa mestiza.

[...]

Entramos a la celda y hacía mucho frío, se escuchaban voces y estaba todo muy asqueroso, solo me dejaron ahí, sin una manta y total oscuridad, no lo soportaba.

Mi gato Salem, llegó y me hizo compañía, estabas tan asustada que hablar con él era la única forma que podía sentirme protegida.