Capítulo 6

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A veces tenía miedo de dormirse y al despertarse, pensar que todo había sido una cruel fantasía, de todo lo que pudo ser la vida que siempre quiso.

Con Bulma conoció el sentimiento de tener una madre, que se preocupe por ti, que siempre esté para ti, animándote y cuidándote, arroparte a las noches y besarte en la frente, con una sonrisa que prometía, que el día siguiente sería aún mejor.

Con Trunks nunca nada era aburrido, con él siempre había algo que hacer, desde acompañarlos a los laboratorios dónde trabajaba, hasta ir a solo dar una vuelta con Goten, hablando de cualquier tontería y viendo las chicas en el parque.

¿Era malo que su hermano lo usará para llegar a las chicas más lindas del lugar haciéndose pasar como el mejor hermano del mundo?

Pues la verdad no.

Aunque esas chicas eran muy ruidosas y chillonas para su gusto.

Con Bra fue una relación de rivalidad que siempre le hizo querer ir más allá de sus límites, en cualquier cosa que pudiera haber entre ambos, siempre tendría que haber uno que era mejor que el otro, y hasta ahora la media Saiyahin estaba en la delantera con muchas victorias sobre cero.

Aunque la vez que había mencionado su única victoria contra ella con su técnica secreta.

Pues… la cosa se puso fea.

Muy fea.

Al parecer ella aún le tenía mucho resentimiento, por usar la técnica de mil años de dolor.

Luego estaban los demás guerreros Z, personas bastante curiosas, pero muy amables que hicieron que Naruto confiara ciegamente en ellos, tenían una atmósfera de familia que hacía que cada uno ellos sea solo eso.

Un miembro más de la familia.

Todos excepto una sola persona…

Su padre.

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Naruto se mantuvo derecho y tenso ante mirada sería de su padre adoptivo, que por primera vez le había traído a la cámara de gravedad.

Sería la primera vez que entrenaría con el.

Y estaba decidido a darlo todo, mostrar todo lo que tenía y ganarse su respeto.

Vegeta con solo presionar un botón, hizo que el gran pilar de metal en medio de la cámara se encendiera y al instante la gravedad fuere elevada.

El chico ni siquiera pudo decir una palabra, cuando terminó desmayándose bajo la presión de 200 G, había sido demasiado para el.

Y cuando se despertó segundos después, luego de que la máquina de gravedad fuera apagada.

Vio esa mirada.

Nunca olvidaría la mirada de decepción de Vegeta.

El no le hablo durando una semana.

Solo lo llamo para un segundo intento.

El pudo soportar la presión de los 200 g, pero ni siquiera puedo dar algunos pasos, hasta que recibió un puñetazo en la cara que lo terminó derribando.

El príncipe de los Saiyan no le dio tiempo de acostumbrarse, lo ataco y no tuvo piedad.

Mediante los días iban pasando, su cuerpo podría acostumbrarse la presión de tanta gravedad y por fin poder defenderse de los ataques del Saiyajin.

Sólo para terminar perdiendo a los pocos segundos.

Nunca era suficiente.

Luchaba con todas sus fuerzas, buscaba el estar a la altura, si su padre adoptivo hacía mil lagartijas, el hacia dos mil.

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