Capítulo 2

2.2K 197 56
                                    

"Wow…"

Naruto vio asombrado la cantidad de luchadores que estaban haciendo fila para participar, eran cientos.

Aunque solo unos muy pocos eran niños.

¿Por qué lo niños no luchaban?

¡Era divertido!

El niño había estado viviendo los últimos meses entrenando en el bosque, sentía que era el lugar más ideal para hacerse más fuerte, al menos eso era lo que veía en las películas.

Aunque cuando llegó al bosque se dio cuenta de algo, había un pequeño problema.

No sabía como entrenar, como volverse más fuerte.

Así que tuvo que pensar.

¿Aumentar fuerza?

Levantar cosas muy pesadas.

¿Rapidez?

Correr hasta que sus piernas casi se cayeran.

¿Reflejos?

Lanzar muchas cosas al cielo y atraparlos hasta que toquen el suelo.

Si llovía, también podría entrenar desviando gotas de lluvia, para que no mojase una superficie de cinco metros cuadrados.

Y luego estaban sus trucos, pero eso era secreto.

"Oye…"

"…" Naruto fue sacado de sus pensamientos, cuando se dio cuenta que alguien le estaba hablando.

Dándose la vuelta, vio que era una niña un par de años mayor que el, la que le estaba hablando, el no pudo evitar mirarla durando lo que parecía ser una eternidad.

Era tan linda.

Alta y delgada.

Largo morado claro atado en una cola de caballo, ojos celestes y piel clara que parecía tan suave y lisa como solo la porcelana podía ser.

¿Ella era como esos ángeles del que las monjas siempre solían hablar?

Mierda, tenía que dar una buena impresión.

Naruto se paró lo más erguido que pudo, queriendo parecer más alto, sacando pecho y poniendo su mejor sonrisa, tenía que dar una buena impresión para su posible amor a primera vista.

"Hola, soy…"

"Apestas" Se quejo la chica que dio un paso atrás mientras se tapaba la nariz, con obvia molestia por el mal olor.

Naruto se desinfló como un globo pinchado por esa palabra y la mirada de asco que tenía la chica por el, que lo miro de arriba hacia abajo, cabe decir que era notorio que el tenía una mala apariencia, una vieja chaqueta naranja muy gastada, pantalones cortos y descalzo.

Estar descalzo era muy cómodo para el.

En cuanto a su olor… pues estuvo tan emocionado de venir, que no tuvo oportunidad de darse un baño en algún lago o rio en la mañana, así que si olía un poco mal.

Que fuera verdad, no lo hacía menos doloroso y penoso.

La primera chica linda con quién quiso hablar y está le dice apestoso.

Vaya porquería.

"¡Niño tu turno!"

Desanimado el chico rubio se dio la vuelta, para atender el llamado del hombre, que era el encargado de inscribir a los peleadores en el torneo.

"¡Quiero registrarme!" en un giro de 180° y recuperándose de su penoso momento, chillo emocionado, más que emocionado, estaba eufórico por fin luego de meses podría ver tener la oportunidad de tener una gran pelea.

Renacimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora