Romu era un ser simple, le gustaba la música fuerte, las mujeres y el dinero.
El triángulo del placer para el.
Aunque el que te gustará algo no significa que lo tienes, las mujeres eran difíciles de conquistar cuando eres un ser amarfo que parece la fusión de un escarabajo y un mamífero cuadrúpedo.
No media más 1.30 m, tenía cuatro brazos y caminaba en dos patas, un exoesqueleto azulado que cubría la mayor parte de su cuerpo, y dónde no salía mucho pelo blanco, no hace falta usar sus seis ojos para ver lo feo que era.
Tal vez era feo, pero al menos llegó más lejos que los demás de su especie que perecieron hace algunas décadas.
Idiotas, se extinguieron el estallido de un sol cercano.
El solo sobrevivió porque fue cazado por cazadores, que pensaron que podía tener algún valor, pues al parecer no, no valía nada.
Al menos lo dejaron en un buen planeta donde pudo prosperar.
Cómo traficante.
Bueno, no tenían que esperar que prosperará sin hacer algunos trabajos sucios.
El pequeño alíen entrecerró sus ojos cuando su nave se agitó un par de veces, odiaba tener que pasar por este rumba prohibido, que pasaba demasiado cerca de un planeta con una gravedad absurdamente pesada.
Pero bueno, todo sea para evitar la cabina de peaje, maldito sistema universal que sobre explotaba a la clase trabajadora como el.
En fin, mientras se estaba alejando de ese planeta, todo iría bien.
"¡Regano Tomu!"
Romu grito asustando cuando vio una cosa colgada de su ventana, por instinto sacudió el volante esperando perderlo, pero la cosa se aferró como un paracito a su nave, usando los controles hizo que las armas salieran y lo carbonizaran.
Los disparos de plasma ni siquiera parecía hacerlo cosquillas.
Bueno, sea lo que sea no podría entrar, todo estaba presurizado y cerrado bajo toneladas de presión.
'¡Royura ohe Ippto!'
Las alarmas rojas brillaron en la nave y la voz que repetía varias veces que la escotilla de emergencia había sido abierta, el alíen no lo pensó dos veces y huyo hasta la cápsula de emergencia más cercana.
Que se vaya el diablo el jefe, no arriesgaría su cuello lidiando con un ser extraño espacial que se subió a la nave.
Cuando iba a abordar la cápsula de emergencia, se quedo mirando la perilla rota en su mano.
Maldecía el trabajo de segunda mano.
Romu se quedó quieto, cuando escucho los pesados pasos de alguien detrás de el.
Su reacción fue natural, libero un terrible olor de entre las placas de su exoesqueleto.
"¡Ahhggf!" sea quien sea el extraño, el olor hizo que callera de rodillas y se tomará el cuello, atontado por un olor tan nauseabundo que hizo que sus ojos se humedecieran y sintiera el impulso de vomitar.
"¿Terre toque nee?" el pequeño alíen parecía avergonzado por liberar esa cosa, pero dejo de pensar en eso para mirar al extraño en su nave.
1,60 metros.
Humanoide.
Cabello dorado en su cabeza, rostro y ojos azules.
Buena condición física, muy buena considerando que tenía músculos muy bien definidos y marcados.
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Renacimiento
FanficTodo fue oscuridad hasta que hubo una luz al final del camino, lástima que no era una luz de salvación, sino un renacimiento, dos almas muy diferentes se encuentran en el limbo, para unirse como uno y formar un nuevo ser. Kid Buu reencarna, pero no...