Emma Ratri

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"El ganado siempre sería ganado"

Eso es lo que el idiota de su hermano siempre le había dicho desde su más tierna infancia, pero su hermano jamás pensó que el ganado escaparía, se revelaría y terminaría arruinando todos sus planes, al menos salió algo bueno, 22194 había logrado matar a la reina, y así desestabilizar al reino de los demonios, su hermano quiso apoderarse de ese imperio teniendo todo el control de las granjas, pero ahora él se había suicidado gracias a esos niños. Todo marchaba bien, lo único que ella tenía que hacer era tomar el control de todo, simplemente era poner orden.

El ganado era ganado, y ella no sería menos inteligente que ellos, toda su vida se había preparado para heredar el imperio Ratri, desde que su hermano James trato de destruir todo lo que la promesa implicaba, ella vio la oportunidad de estar en la cima y ser la reina de los dos mundos, así que simplemente tomó su oportunidad, y lo logró.

Los niños ganados no se esperaron una emboscada de su parte, los demonios entraron de nuevo a la granja de Grace Field y lograron tomar el control, incluso la traidora de Isabella no tuvo más remedio que postrarse ante sus pies.

—Muy bien, todos ustedes — Emma Ratri caminaba por el pasillo, observando a todo el ganado que había intentado huir, fue cuando logró divisar a 22194, la joya más prometedora de Isabella —Oh... veamos, aquí esta 22194, me has sido de mucha ayuda — Emma soltó una ligera risa, mientras llevaba uno de sus dedos a su mentón —¿Cómo podré recompensarte? — Ella se acercó, mientras que con su pie lo hizo alzar su cabeza.

—Púdrete — Norman solo arqueó sus cejas, mirándola con un intenso odio, él quería matarla, y seguramente su cabeza prodigiosa ya estaba ideando miles de planes para lograrlo, Emma soltó una risita.

—Te dejaré vivo, querido 22194~ — Norman solo entrecerró más sus ojos — La cura para tú enfermedad, te la daré — Y fue cuando se sorprendió, Emma se levantó para mirar hacía otra parte, dirigiéndose a los demás chicos.

—Dejaré que tus hermanos vivan — Aquello lo hizo abrir sus ojos azules demasiado.

—¿De qué estás... — Emma volvió a sonreír.

—Por supuesto que lo haré, las niñas se convertirán en unas grandiosas madres — Emma abrió sus brazos tratando de explicarse, las niñas se miraron bastante aterradas — Después de todo, tenemos que eliminar a las traidoras — Y las madres que habían realizado la revuelta y que también habían sido atrapadas, solo la miraron con terror.

—Eres una maldita — Norman estaba colérico, pero Emma disfrutaba de verlo enojado.

—No deberías quejarte — Emma soltó un suspiró — Tu vivirás para ser el padre —

—¿Padre? — Susurró él, mirándole confundido.

—Después de todo, explotaste nuestro banco de ADN — Ella rio levemente — Mientras vivas, serás el toro mayor de todo el ganado — Y al comprender sus palabras, Norman sintió muchas ganas de vomitar — Algunos de tus hermanos colaboraran, por supuesto, cuando crezcan — Ella miró a los chicos de Goldy Pond, que también estaban aterrados con sus palabras.

—Estas loca... — Las niñas temblaban, los otros niños también lo hacían, el destino que les esperaba era más negro de lo que imaginaron.

—Veo que hay algunos que ya están en edad reproductiva, esto es más beneficioso de lo que pensé — Y ella veía la cara frustrada de todos, quienes de solo pensar que los convertirían en maquinas de reproducción, seria peor que la muerte.

Pero ella podía notarlo, esa mirada de 22194 y de los demás, aún no se habían rendido del todo, aún seguirían luchando.

—Isabella, espero tu colaboración — Comentó ella caminando hacía la abuela del lugar, que tenía la cabeza gacha.

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