Re: zero

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Para Ray, la muerte no era un problema, se podía decir que estaba buscándola de cierta manera, ya que, era parte también de su venganza contra su madre que lo abandono cuando era pequeño para lograr sus objetivos, así que él, deseaba destrozar todo por lo que ella luchó y lo sacrifico.

Claro que para lograrlo, no sería un camino fácil, rendirse era más fácil, fue entonces cuando conoció a Norman, que lo ayudó en una situación de vida y muerte cuando lo asaltaban en un callejón desolado. De cierta manera, se sintió atraído hacia él y hacia la luz que el chico desbordaba, como si hubiera sido su destino conocerlo, así que luego quiso ayudarlo para buscar a un ladrón que le había robado su insignia, compartieron todo y el día, y lograron encontrar el ladrón, lastimosamente, también encontraron a su asesino, había sido una trampa y Norman murió frente a sus ojos, y al ser testigo de ello, el asesino puso sus ojos en él y también lo mató.

Así que Ray se rindió y de dejo llevar por la muerte.

Que lastima que algo lo trajo de nuevo a la vida, justo para repetir el día, así descubrió que podía volver de la muerte.

Uso esa habilidad no deseada para salvar a Norman y volverse su aliado, después de todo, él chico era candidato a ser Rey, lo que lo llevaría a estar un paso más cerca de su madre y de su anhelada venganza. Pero estar al lado de Norman, solo lo llevaba a caminos llenos de muerte. Pero eso a Ray no le importaba, lo salvaría las veces que fuera necesario, a Norman y a las demás personas que le mostraron amabilidad, a Don, a Gilda, a Nat, a Anna, y a los demás que iba conociendo en el camino, de alguna manera se había vuelto codicioso y no iba a permitir que ninguno de sus amigos se muriera.

Fue cuando cayó en cuenta que su vida que inicialmente estaba llena de rencor y deseos de venganza, se había llenado de luz y de la calidez de una familia. Una familia que él mismo había reunido, eso solo le dio más valor para usar su habilidad y salvar a todas las personas que pudiera.

Por eso, ahora se encontraba en esa situación, ya había muerto 83 veces por esa niña, que parecía que su único destino era morir, aquella pequeña llamada Conny, tenía un destino que no podía cambiar, y él compartía su mismo destino, no importaba si morían arrollados por una carreta, o si les caía una casa encima, no podía encontrar la manera de salvarla. Ahora había sido testigo como una flecha atravesaba el pecho de la pequeña por un altercado con unos borrachos, y como si fuera su destino también, una flecha también atravesó el suyo, haciendo que muriera junto a ella mientras intentaba agarrar su mano.

Y de nuevo volvía a morir.

Y a reencontrarse con la chica de ojos verdes que lloraba mientras lo tenía en su regazo, las lágrimas frías caían en sus mejillas, mientras veía su borrosa imagen llorar, su voz la podía escuchar perfectamente, ya que ella solo decía una frase.

—Te amo... — Susurraba la chica mientras las lágrimas no paraban.

Ray no lo entendía para nada, aunque ya sabía quien era la chica, era la bruja que se volvió loca y decidió destruir la mitad del mundo, aunque eso era una mentira, la chica en verdad decidió separarlo para salvar a los humanos y a los demonios de una guerra, pero al dividir el mundo en 2, los recursos se agotaron más rápido por la cantidad de humanos que habían, y los humanos le guardaban rencor por no destruir a los demonios.

—Te amo — Volvió a susurrar mientras apartaba su flequillo.

Ray de verdad no la entendía, él no la conocía, así que era irracional que le expresará su amor de esa manera, y además, siempre lo volvía a traer de la muerte.

—¿Por qué?, ¿por qué haces esto? — preguntó él, queriendo saber una respuesta.

—Te amo — Era lo único que ella decía, mientras Ray solo apretaba los dientes, había muerto de mil maneras para tratar de lograr sus objetivos, pero no sabía que quería ella con él.

—¿Qué quieres que haga? — Preguntó frustrado, mientras lograba levantarse en aquella extraña oscuridad.

—Te amo — Volvía a susurrar la bruja, Ray estaba realmente fastidiado.

Odiaba sus palabras.

Odiaba que lo amará.

Y lo más importante.

Odiaba con toda su alma que ella llorará.

Porque ver a aquella chica llorar era lo peor que siempre le pasaba, se sentía antinatural verla llorar, él tenía el anhelo de verla sonreír, aunque fuera una vez, pero ella sufría por su culpa. Ray bajo la cabeza, y cuando presentía que lo iba a devolver de nuevo, decidió preguntarle.

—¿Cómo puedo hacerte feliz? — Ella cambió su expresión a una de sorpresa, parecía que por fin había escuchado sus palabras —¿Qué quieres que haga? — Volvió a preguntarle.

—Si estás vivo y feliz, entonces yo seré feliz — Ella por fin cambio sus palabras, lo cual lo sorprendió bastante — Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo — Empezó ella a repetir mientras Ray sentía que su consciencia se desvanecía — Te amo, Ray — Y él finalmente abrió sus ojos.

Volvió de nuevo a su punto de guardado, Ray soltó un suspiró, mirando en la calle de frente a la pequeña Conny que llevaba a su pequeño conejo, que pronto lo dejaría caer en medio de la calle y la atropellaría algo, era el momento de su intentó número 84, aún no podía dejar ir a Conny, la necesitaba para sus planes de venganza.

Era una lastimo para la bruja, pero mientras no logrará la venganza contra su madre, él no podría ser feliz, además, vivir tampoco estaba en sus planes, él quemaría el mundo y se quemaría junto con el mundo.

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No se podía dejar pasar a la yandere del momento :v.

Bueno, ya conocen Re: zero, asi que no hay mucho que explicar, no hay amor más enfermizo que el de Satella  hacia Subaru.

Y obviamente, a Ray le encanta morir de mil maneras diferentes (?)(?)(?)

Sorry, me atrasé, aun me falta un one-shot, pero no he encontrado el espacio para escribirlo, he estado muy ocupada.

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