12 años - Primer beso

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Kai y Jung Won no dejaban de fastidiarme. De un día para otro les había entrado en la cabeza la odiosa idea del primer beso. Era repugnante, yo seguía creyendo de que eso solo era un método para traspasarse baba.

Jung Won nos había confesado que un chico de la escuela le pidió un beso y que él selo había dado independiente que ambos fueran hombres. A la semana llego Kai diciendo que consiguió que una niña lo besara, pero también dijo, que no le agrado en lo absoluto. Y ahora esperaban mi turno. Mis labios estaban sellados, no besaría a nadie. No estaba dispuesto a correr ese riesgo, podría contagiarme alguna enfermedad, besarse era muy peligroso.

— Vamos, no tienes nada de malo. Es la mejor sensación del mundo, son miles de mariposas en tu estomago... —argumentó Jung Won mientras comíamos helado en la terraza de mi casa.

— Además te tiemblan las rodillas —argumentó nuevamente Jung Won, a lo que Kai y yo pusimos cara de asco.

— No, gracias. Paso. Y aunque quisiera, jamás lograría que alguien me besara, soy Sunoo el descerebrado, Sunoo el torpe, Sunoo el inútil... —podría seguir nombrando los apodos que me ponían mis compañeros, pero no quería amargarme la tarde recordando lo cruel que podían ser los niños y niñas. HoSeok me decía que no les prestara atención, que nuestro padre era el jefe de ellos y que si me apetecía podía hacer lo que quisiera.

HoSeok se estaba transformando en un chico malvado con el correr de los años.

— Bueno, entonces con una niña que no vaya a nuestra escuela —me dijo Jung Won y algo se encendió en su mirada. Noté que Kai estaba con el mismo rostro cómplice, se miraron y sonrieron.

— Y que éste cerca, que no te conozca y que se muera por ti. ¿Se te ocurre alguien Jung Won? —preguntó Kai. Me estaba asustando, sonrían de una manera amenazadora—. Sea quien sea, no lo haré. Solo tengo doce años, quiero vivir mi infancia sin enredos amorosos.

— ¡Sun! es normal —exclamó mi nombre Jung Won. Que insistentes eran mis amigos.

— ¡No lo haré! —les grité— No besaré a nadie.

— Bien, si esa es tu decisión —Kai se cruzó de brazos y miró de soslayos a Jung Won, quién hizo lo mismo y se pusieron de pie—. No beses a nadie, no te podemos obligar. Pero... nunca mencionaste algo sobre si un niño te besara...

— ¡No, no, no, no! —les espeté. Los corrí de mi casa y les dije con seriedad que me hablaran cuando pensaran racionalmente.

A la mañana siguiente, me encontré en el desayuno con Sung Hoon. Desde que se cambió de escuela se había vuelto más esquivo Intenté hablarle y decirle que haría sufrir a Somi, pero él parecía estar en otro mundo, así que desistí y en semanas las cosas quedaron como antes.

Saludé a Go Eun, que me preparaba un tazón con cereales y un pancito, y le dediqué una fría mirada a Sung Hoon como buenos días. Sin embargo, a diferencia de otros días, él no se levantó de la silla y dejó su comida a medio terminar, sino que se quedó allí con la mirada pérdida observando su cuchara.

— Sunoo, quiero hablar contigo —me dijo de repente. Go Eun nos miró y sonrió.

— Le llevaré el desayuno a tu madre, Sunoo —tomó una bandeja con una taza de café y unos pastelitos de fresas y salió, dejándonos solos.

— ¿Qué quieres?.

Él se acomodó en su silla y presencié algo que nunca esperé por parte de él: inseguridad.

Abrí la boca como tonto, Sung Hoon, el niño listo de todos los tiempos, estaba nervioso. No puede evitar reírme.

— ¿De qué te ríes? —me preguntó.

Marry me (Sungsun) - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora