— Hoy vienes muy arreglado, ¿Tuviste algo importante? — preguntó la chica.
Jay le sonrió sin mostrar sus dientes, se sentó en el pasto junto a ella observando del agua que corría por el río. Era más temprano de lo que usualmente eran sus encuentros. El rubio terminó por dejarse caer al pasto, acostándose mientras cerraba sus ojos, había sido un día agotador.
La joven sonrió un tanto conmovida admirando cada rasgo de Jay. La forma de sus ojos, sus labios delgados, lo bien definida que tenía su mandíbula dándole un aspecto tan varonil, su cuello, incluso el color moreno de su piel... El chico abrió sus ojos descubriendo que ella lo miraba, sus ojos se conectaron por unos momentos.
— ¿Te gusto? — preguntó a manera de burla.
Haneul apartó la mirada riendo mientras negaba, ella se mantenía sentada junto a él, su vista volvió al río; Jay observó la espalda de la fémina, era delgada, y la columna se marcaba por su blusa blanca, quiso creer que ello se debía a la posición en la que estaba sentada.
— Eres atractivo, solo eso diré — habló sin voltear a verlo.
Jay se reincorporo, mantuvo una pierna estirada, mientras la otro la flexionó en dónde apoyo su brazo; la veía fijamente. Seguía notandola pálida.
— ¿Más que todos los ídols que te gustaban? — atacó divertido — ¿Hyunjin? ¿Jimin? ¿Taemin? ¿Yeonjun?
— No, no quieras alardear — sonrió algo avergonzada, él aún recordaba sus pláticas interminables acerca de lo mucho que quería y admiraba a esos idols — Eres atractivo, pero no a esos niveles, ellos son...
— Ahora pertenezco a ese mismo mundo que ellos — interrumpió.
Ella permaneció en silencio apartando la vista de él. Seguido olvidaba ese hecho, Jay ya no era una persona ordinaria, ya no era solo el chico con el que había compartido muchos años de su vida, ahora era un idol, perteneciente a uno de los grupos más prometedores de la generación y aquello pareció entristecerla un poco. Sabía que con el tiempo, él muy probablemente la olvidaría, pues por supuesto conocería mucha gente interesante, gente bonita, gente que estaría respirando su mismo aire; en cambio ella, seguiría siendo la misma chica, sin cambios.
— ¿Vas a olvidarme? — preguntó al cabo de un rato.
Jay volteo a verla, estaba cabizbaja y su pelo cubría su rostro.
— Te pensé muy seguido cuando estuve en I-land, y te seguiré pensando — respondió sincero — Eres mi amiga, no pienso olvidarte.
Se acercó más a ella para verla a los ojos, cuando la tomó de la barbilla para alzar su cabeza notó del sangrado de su nariz, alarmandose de inmediato.
— ¡Dios! Haneul estás sangrando.
La chica se llevó rápido una mano a su rostro para cubrir el hecho que era obvio, ambos se pusieron el pie. El rubio la tomó de la muñeca para empezar a arrastrarla con él, la llevaría a casa para ayudarla a limpiarla, aparte de que ahí tenían de un botiquín de primeros auxilios que le serviría. Era aquello lo más sensato que había pensado.
Haneul se zafó de su agarré en cuanto dedujo las acciones de su amigo.
— No... No puedo caminar, estoy mareada — se excusó.
El sangre continuaba cayendo y ella seguía ocultando esto, era de un rojo apagado, un escarlata.
— Te cargo entonces — propuso el chico.
Se dió vuelta arrodillándose para que ella subiera a su espalda. Hizo una seña para que subiera. Haneul lo miró con gran impaciencia.
— Me pasa seguido esto, no es necesario, solo ocupo sentarme y un rato pasará — intento convencerlo.
Jay giró a ella, no muy convencido del todo, seguía sangrando, sacó un pañuelo del bolsillo de su chaqueta dándoselo, ella lo miró algo dudosa, lo terminó por aceptar sonriendo de manera corta. Ambos se sentaron en una banca que había en el sendero.
Permanecieron en silencio hasta que le sangrado frenó, era cierto que frenó en un poco rato al sentarse. Comenzaba a oscurecer y la temperatura empezó a descender, las primeras nevadas del año estaban dando lugar. Se podía ver el vapor de la respiración de Jay elevarse en el frío entorno.
— ¿Te has estado alimentando correctamente? — volvió a preguntar.
Ella quitó el pañuelo de su nariz, lo dobló para guardarlo en el bolsillo de su pantalón, iba a lavarlo para luego regresarlo. Suspiró.
— Es sólo estrés — comentó — No quiero que te preocupes por mí, es solo por los problemas en casa. Estaré bien.
Él la miró aún desconfiado, tomo la mano de la chica acariciando sus nudillos con dulzura. Su mano estaba fría, muy fría. Le sonrió.
— Vamos a casa, no está nadie ahorita si es lo que te incómoda, estás fría — comentó.
Terminó aceptando, subiendo a la espalda de Jay, pues a pesar de decir varias ocasiones que podía caminar por su cuenta él fue muy insistente en llevarla así.
— Estás muy ligera — dijo cuando ya estaban a punto de llegar a la casa.
Ella solo rio un tanto avergonzada, terminó por bajar de la espalda del joven. Puso la contraseña de la puerta entrando a la casa.
Cómo había dicho, no había nadie, las luces estaban apagadas y reinaba el silencio en todo el lugar. Ambos se quitaron los zapatos en la entrada, encendió la luz para adentrarse a su habitación mientras Haneul esperaba en la sala, el lugar lo encontraba muy espacioso, bastante amplio.
— Haneul — la llamó desde el dónde del pasillo.
— ¿Sí? — se fue acercando.
La puerta de la habitación estaba semi abierta, al empujó un poco entrando a esta, encontró de varias literal, algunas ordenadas, y otras siendo un caos. Jay apareció por detrás de ella cubriéndola con una manta azul. Volvió a sonreírle.
— Así entrarás en calor — informó.
Se sintió apenada, chiquita, volvía a sentirse como una niña a la que debían proteger. Sintió su corazón acelerarse por la cercanía que tenía con su amigo, quedándose estática.
— Gracias.
Jay volvió a sonreír acariciando su cabello para colocarlo tras su oído con delicadeza ocasionando que se estremeciera, cerró sus ojos lentamente, estaba nerviosa.
— Nunca pongas en duda el que te olvidaré — susurró, su voz sonó más ronca a lo usual.
Las palabras chocaron con su frente sintiendo el calor de su aliento.
Heeseung había observado la escena, pues había llegado hace unos momentos, confundido volvió a salir de la casa sin hacer ruido.
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𝐒𝚞n𝐬e𝚝 || 𝐉a𝚢 𝐏𝚊rk ✓
FanficLe agradaba su compañía, disfrutaba de las conversaciones que tenía. Era tan cálida su presencia. Era una amistad eterna... O eso creían - - - - - - - - - - - - - - - • Hetero ⚤︎ • Historia corta • No se acepta cualquier copia o adaptación ...