120 (part. 1)

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— Katsu... Tengo mucho sueño... — comentó el pobre pelinegro de pecas, sintiendo como su mirada se difuminaba cada vez más

— lose... Ya puedes dormir si quieres, Yami... — respondió el rubio, quién se encontraba sentado, teniendo al cuerpo sangrado de Mikumo en sus brazos

— ¿Me despertarás luego...? No quiero dejarlos solos en la pelea...

— claro, lo haré... Descansa, Yamikumo — dijo uniendo ambas frentes, cerrando sus ojos

— gracias... — agradeció, cerrando sus ojos, acomodándose mas en el pecho de Gogo

— te amo, Yami...

— yo también te amo, Kat... — susurró por último, antes de quedarse dormido para siempre.

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Una pelimarron estaba curándose el brazo con ayuda de su amiga semi-animal, preocupada por sus dos amigos. sin embargo, su semblante de preocupación se fue al ver a cierto peliceniza llegar con el pecoso en sus brazos

Ella con alegría bajo corriendo de su asiento, llendo hacia Katsuki — ¡Gogo! Mierda, no saben cuento me e... — su correr se fue disminuyendo cada que avanzaba — preocupado...

Mientras más se acercaba a ambos, notaba sangre goteando del cuerpo de Akatani y al estar a la par de Katsuki, vio a Yami con una especie de "hoyo" en su pecho

No quería creer lo que veía

Pero todas sus dudas se esfumaron al escuchar lo que dijo Gogo

— Yuu... — su voz sonaba quebrada — no pude proteger su sonrisa... — terminó por decir con una sonrisa forzada, mirando a Yuu

— G-Gogo...

— n-no pude h-hacerlo yo... — sus piernas temblaron, provocando que callera de rodillas — Yo... Le prometí q-que lo cuidaría d-de todo... Y ahora m-miralo...

La castaña con sus ojos aguados, se arrodilló a su lado, acariciando su cabello

¡NO PUDE PROTEGERLO!

El grito de Katsuki alertó a los demás, haciendo que se acerquen, viendo al ojirojo llorar con el pecoso en sus brazos, ya sin vida

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El grito de Katsuki alertó a los demás, haciendo que se acerquen, viendo al ojirojo llorar con el pecoso en sus brazos, ya sin vida

Desde ese día, Gogo no pudo volver a sonreír como siempre lo hacía, pues su pilar y única razón para vivir se había ido. Todos trataban de ayudarlo, pero nada funcionaba

Lo único que podía volver a hacerlo a sonreír era su tierno pecoso de ojos verdes, mirándolo con una bella sonrisa

#5 ¡Cortos! KatsuYamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora