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A un año de conocer a YoonGi, la vida de JiMin había cambiado, en muchas formas. El acoso acabó y ya nadie lo molestaba o agredía, y había hecho dos amigos, HoSeok y TaeHyung se habían vuelto los únicos, además de YoonGi, a quienes podía llamar amigos.

- Cada vez que te mira, se le nota lo enamorado que esta de ti- le dijo HoSeok, ambos estaban en la habitación de JiMin, se habían hecho muy cercanos desde aquella incómoda ocasión en la que se conocieron. Y pasaban sus tardes libres juntos.

JiMin negó levemente.

- No podría...- dijo en un susurro. Esa semana había sido dificil.

Sus padres y él habían discutido otra vez. Desde que las puertas de la universidad estaban casi abiertas para él, su padre y madre se habían opuesto a que estudiara artes, no solo eso, en su última revisión médica habían descubierto que era un doncel, JiMin sentía que cada vez solo recibía más malas noticias.

- En serio...- HoSeok insistió- Estos ojos no pueden engañarme- le dijo apuntando a sus propios ojos y haciendo un gesto gracioso.

JiMin suspiró. YoonGi se había convertido en el capitán del equipo de basquétbol, estaba de más decir que se había vuelto de lo mas popular en todo el instituto, era el chico al que le abundaban las flores para san valentín, que todos querían tener como amigo. Ese era YoonGi... sin embargo, seguía siendo el mismo chico que lo defendió y que golpeó en algunas ocasiones a quien lo agredieron, sigue siendo el chico hostil y frío con todos menos con él, JiMin conocía la sonrisa infantil y emocionada de YoonGi cuando salían juntos.

Pero... JiMin no se sentía nada atractivo, no tenía un cuerpo delgado, tampoco era como si hiciera ejercicio, lo único que hacía era bailar y ya en varias ocasiones su maestra le había regañado por tener peso de más, ni siquiera algo que le gustaba podía hacer bien.

HoSeok se fue luego de ver una película, ya que TaeHyung lo pasaría a recoger para llevarlo a comer.
JiMin se sintió solo en la gran casa.

Caminó hasta su habitación de nuevo, sus padres lo ignoraron como la mayoría de tardes, pensó que antes estaba mejor, era preferible que ellos no estuvieran en casa y las veces que lo hicieran al menos comieran juntos. Pero ahora ni eso tenía.

- JiMin- su madre le llamó cuando el menor estaba por esconderse en su habitación- ¿Esas son formas de recibir a tus amigos? ¿No crees que les daría vergüenza verte vestido así?

JiMin solo usaba un pantalón negro desgastado y una camisa a rayas mangalarga, que incluso a veces usaba como pijama.

- Lo siento...- dijo en un susurro, sin saber por qué realmente se disculpaba. Sus ojos estaban a nada de llenarse de lágrimas, antes de que su padre reprochara su comportamiento, el timbre sonó. JiMin agradeció a quien sea que haya llegado para evitar escuchar los reproches e insultos de sus padres.

- ¿Quien eres?- escuchó la voz de su madre de manera amable, hacía mucho que no escuchaba esa voz dirigirse a él- ¿Amigo de JiMin?

JiMin se acercó. Y miró a quien sra que estaba afuera.

- Yoon...- sonrió al verlo, y saludarlo con su mano. Su madre miró a ambos, y luego JiMin sintió su pesada mirada- Es Min YoonGi, él es compañero de clase y mi amigo...- mencionó, tratando de verse fuerte y no derrumbarse frente a YoonGi y sus padres.

- Quería llevar a JiMin a comer, TaeHyung y HoSeok estarán allí- dijo Min con gesto serio y una mirada tranquila. La mujer asintió sin creerlo.

- Voy por mi abrigo- dijo JiMin y salió corriendo, no se cambió su ropa, solo tomó una chaqueta negra y su gorra, su celular y billetera. Ese era el encanto de YoonGi, podía hacer que se olvidara de cada insulto y que ya no doliera tanto. Bajó las escaleras con cuidado y escuchó a su madre hablar.

BeauDonde viven las historias. Descúbrelo ahora