Capitulo 3: Primera señal

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Esto era una pesadilla, todo mi mundo se compensó a desplomar mi cuerpo reacciono antes que mi mente y comen se a correr por todas las calles de la ciudad.

El llanto brotaba de mis ojos, la preocupación no me dejaba pensar con claridad, ese pedazo de papel y su contenido me atormentaba, la frase pronto morirán escrita con sangre hacia que mi miedo creciera aun mas.

Mientras recorría la cuidad, al pasar por un callejón note a un grupo de personas y no pude evitar ver que se encontraba ahí.

Me adentre entre la gente y note a un niño, estaba en el piso en un charco de sangre. Me arrodille frente a el al darme cuenta que ese niño era mi hermano, mi llanto se acumuló en mis ojos.

Un hombre se me acerco tocando me el hombro y me informo que la ambulancia venia en camino.

Mientras subían a mi hermano a la ambulancia, escuche un zumbido en mi cabeza asta que mi vista se borro.

Mis ojos se abrieron observe todo a mi alrededor y supuse que me encontraba en un hospital, a mi lado estaba mi hermano conectado a unos aparatos y tubos.

En unos segundos entro un hombre a la habitación vestido con traje.

Me informó que nuestra presencia ahí era un misterio y no había rastros de ningún familiar, nos tendrían que alojar en un orfanato por nuestra seguridad.

Estando en ese lugar no hacia más que pensar en aquella escena que había presenciado en la casa de la viejecita, nada tenia una explicación y tampoco aquella nota, pero lo que estuviera pasando lo iba a descubrir...

Los años ahí dentro se los llevo el viento.

Un día desperté con el mayor entusiasmo para llenar mi solicitud de salida del orfanato, este día cumplía los dieciséis, pero no era del todo feliz mi hermano el era cuatro años menor que yo y el debía permanecer en ese horrible lugar.

Cuando desperté fui directo a su habitación para poder despedirme de el, cuando estaba por llegar a su habitación sentí que alguien me tomo del brazo, voltie y me tope con la trabajadora social quien me llevo directo a la oficina de la directora.

Caminamos por el extenso pasillo y me vinieron a la mente unas voces que habitualmente había escuchado antes, creí oír algo me voltie mire a la trabajadora pero ella no pareció escuchar nada, desidi no tomarle importancia y seguí caminando.

Al firmar unos cuantos papeles entró en la habitación un señor alto,moreno y robusto que dejo una maleta en el suelo al parecer se trataba de mis pertenencias.

El hombre se escolto fuera del orfanato sin permitirme pasar a despedirme de mi hermano.

Salí de aquel lugar sin poder me despedir, y me di cuenta de que no tenía a donde ir pero no estaba solo...

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