Capitulo 4: Ligeras sospechas

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Los últimos seis años de mi vida fueron los más tranquilos pero no felices.

En mi cumplaños dieciséis me encontraba bagando por las calles en busca de un lugar donde pasar la noche.

Caminando pase por un lugar que tenia el aspecto de un bar, un cartel pegado en la entrada atrajo mi atención este decía se busca baterista.

Cuando tenia ocho años estuve en una escuela de musica en donde aprendí a tocar la batería lo que me permitía hacer la audición para poder conseguir el trabajo.

Entre en el bar y pregunte directamente por el empleó, un señor mayor me condujo con unos chicos de aproximada edad a la mía, me dieron unas baquetas e hice una pequeña demostración, al terminar me pidieron algunos datos como mi nombre, edad, lugar donde vivía, como no tenía a donde ir y necesitaba el empleo, les tuve que contar mi desagradable y traumática historia.

Ellos se compadecieron de mi dándome el empleo y uno de ellos me ofreció lugar en su casa en lo que conseguía dinero.

Por un tiempo no hubo molestias solo algo de preocupación, por la noche escuchaba voces en forma de susurro, no las lograba entender. Al serrar los ojos venían a mi cabeza imágenes que nunca antes había visto, unos ojos rojos me miraban, despertaba con una horrible sensación de que algo malo estaba pasando...

Pasaron los días, los meses y los años, mi trabajo me permitió ganar lo suficiente para poder conseguir un departamento no muy grande y un nivel de vida normal, solo que no tenia auto ya que no la savia conducir.

Una mañana después de cuatro años caminaba hacia aquel lugar donde se encontraba mi hermano, teniendo veinte años ya podría cuidar de el.

Llegue al orfanato con un gusto enorme de volver a verlo. Cuando lo mire frente a mi descubrí que no era nada de lo que conocía como mi hermano menor, su aspecto me hacia pensar que la había pasado muy mal, corrí y lo abrase pero el solo se quedo quieto como si no supiera quien era.

Durante el largo camino a mi departamento le conté todo lo que me avía pasado, lo contento que estaba por estar con el, pero solo me mostró un rostro de indiferencia.

Al llegar a mi departamento le ofrecí comida y le mostré la que seria su habitación pero el no tenía expresión.

Mi celular sonó avisando me que debía ir a trabajar no podía faltar así que tuve que dejar solo a mi hermano e irme, me despedí y me marche.

Caminando por la calle me puse a pensar en la actitud de mi hermano y no comprendía porque se comportaba de esa manera.

Regresando a mi departamento sentí que algo andaba mal, estuve frente a la puerta y note que estaba abierta, era extraño mi hermano no conocía la ciudad hací que no podía salir.

Tome valor y entre, la luz estaba apagada, no podía ver pero pude notar la silueta de mi hermano que se encontraba sentado en una silla del comedor.

Me hacer que a el, cuando estaba por tocarlo me miro y me dijo con una voz áspera y siniestra -a llegado y te quiere muerto-

Sus palabras rondaron por mi cabeza, observe sus manos llenas de sangre, me asuste.

Se puso de pie y corrió hacia su habitación, lo seguí, observe como se acorrucaba en un rincón, fije mi vista en las paredes de la habitación por todas partes se encontraba la palabra escrita e llegado con sangre, volví mi mirada hacia mi hermano quien ahora lloraba solo pude escuchar que dijo- lo siento -.

Lo observaba con miedo.

Me di la vuelta al escuchar unos pasos detrás de mi, pude ver la sombra de una persona y caí al suelo por un golpe, la sombra se ha cerco a mi hermano y lo ultimo que mire fue una profunda oscuridad.

EL ANDATEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora