Capítulo 7: “Tangled”
Ninguno de los dos iba actuar como si lo sucedido hace unos quince minutos no hubiese pasado, porque vamos, él pensaba que era estúpido fingir que no paso, él había dicho algo así cuando nuestros labios estaban lo suficientemente doloridos como para seguir: “No vamos a actuar como si esto no hubiese pasado, sé que tienes diecisiete, eres una adolecente pero espero que no tomes esto como un juego, tenemos que hablarlo, ¿Bien?”
Así que Crawford se había puesto todo en plan Hacer Las Cosas Bien, y no, definitivamente no se refería a una relación o algo así, pero el hombre era lo suficientemente maduro para poner cara al asunto.
—¿Qué estás pensando? —Me pregunta. Y sé que esto es jodidamente extraño, pero yo aún sigo sentada en su regazo, él no me ha sacado, y no sé si es porque es muy caballeroso como para pedirme salir, o si simplemente le gusta nuestra cercanía.
Me remuevo un poco. —Bueno, no sé qué decir. —Me encojo de hombros. —No voy a hablarlo con nadie, y lo siento. —Digo y me ruborizo estúpidamente, tomando en cuenta que sigo sentada en su regazo. Estúpido.
Niega. —Sé que no vas a decirle a nadie, Sam. —Murmura y miro de nuevo sus labios, ahora rojos e hinchados. Yo lo puse así.
Me gusta como mi diminutivo sale de sus labios, porque no suena formal, los dos sabemos que algo ha cambiado.
Él no tiene treinta y tantos, ni siquiera es casado, solo tiene veintitrés, y sé que se lo repite a sí mismo, aún sigue siendo un joven. No tendría por qué preocuparse tanto, puesto que todos cometemos errores. Y las cosas pasan por algo, sean buenas o malas.
Es la primera vez que enseña, es decir, de verdad, en una escuela. Porque todos los profesores lo fueron, fueron primerizos, ciertamente.
—No lo sientas. —Me susurra.
Sonrió un poco. —No lo siento, pero pensé que era un buen momento para decirlo. —Me rio.
Sonríe también. —No sé qué va a pasar a partir de aquí…—Murmura perdiéndose en sus pensamientos.
Me levanto de su regazo, el me mira y frunce el ceño. Así que le devuelvo una bonita sonrisa. —No va a pasar nada. —Afirmo. —Mis chicos se enfadaron por algo que, claramente, no paso en su momento, lo que significa que no tienen el derecho de estarlo. Después…—Vacilo. —Bueno, me ha encantado esto de besarlo, señor Crawford…
—Alexander. —Me corrige.
Asiento. —Me ha encantado esto de besarte, si soy completamente honesta. Pero entiendo tu posición y sé que entiendes la mía. Yo no diré nada a nadie.
Alexander se muerde el interior de la mejilla. —Estas…¿Pretendes que solo lo olvide y lo deje pasar? —Me suelta.
No sé en qué momento pasamos de ser señor, y señorita a...A esto.
Sonrió con coquetería, porque no puedo evitarlo. —Podríamos besarnos siempre que tú quieras, Alexander. —Le digo guiñándole el ojo, y después me doy una patada interna por soltar eso con tanto cinismo.
Levanta una ceja. —¿Eres así de directa?
Me rio. —No realmente, o tal vez un poco. Dejémoslo en: A veces.
No sé cómo es Alexander Crawford realmente, sé que tiene veintitrés, que tiene un apartamento más caro de lo usualmente visto, que actúa como un profesor correcto en clases, y nada más a partir de ahí. Así que no tengo idea de si dice groserías, si tiene una familia, si sale los fines de semana con sus amigos, si toma o si es un casanova.
Me parece interesante, y creo que a cualquiera le interesaría, porque hace falta simplemente mirarlo.
—Me gusta esto de…Los besos. —Se ríe. —Joder, ni siquiera sé porque estoy teniendo esta conversación contigo.
Me rio, y por sus palabras, sé que se está relajando, después de todo, confiamos el uno en el otro como para saber que esto no saldrá de su casa, incluso si no nos conocemos y no hablamos profesionalmente desde el comienzo de semana.
—¿No tienes novia? —Le pregunto sacando lo que realmente me daba curiosidad.
El niega. —No, pero tú sí que tienes un novio. —Afirma y va cambiando ligeramente su tono. Ahora está un poco tenso, lo sé por la forma en la que sus labios se unen en una línea, y la manera en aprieta un poco su mandíbula.
Yo levanto una ceja. —¿Quién te ha dicho que tengo un novio?
No se me escapa lo extraño de la situación, el profesor hablando de relaciones con la alumna, pero lo hecho al final de mi mente, y lo guardo en un cajón con llave, dejando fuera solo el hecho de que es joven. Nada son seis años, o en realidad, cinco, pronto tendré dieciocho, así que prácticamente soy mayor de edad. Y con esto no quiero decir que tengamos algo, pero si nos descubrieran, a ninguno le pasaría nada legal. O eso me supongo.
—Andas con el rubio, castaño, o lo que sea. Max.
Muerdo mi labio. —El solo es un poco amoroso, es posesivo por naturaleza, pero no estamos en una relación.
—Pero se besan.
—Te he besado a ti, no es como si tuviésemos algo.
Alexander asiente. —¿Quieres comer algo? —Cambia el tema. Y yo lo dejo pasar, porque sí que quiero comer algo.
N/A: Lamento no haber subido antes, pero el dia domingo fue mi cumpleaños, si, si, lo se. Harry Styles y yo somos almas gemelas.
Gracias por leer. <3
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Wildest Dreams.
Teen FictionSamantha Johnson está a un año de ingresar a la universidad, y ser pre- universitaria, no es nada fácil. Tomando en cuenta que todas las chicas en el curso la llaman “Perra”, y el hecho de que el apodo no sea del todo incierto, es un problema más a...