Capítulo 6: "I know a Secret"

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Capítulo 6: “I know a Secret”

De momento no iba a regresar. Esto no era un acto de dignidad u orgullo, o por lo menos no para mí, así que solo me dedique a caminar hasta el centro comercial al centro de la ciudad.

Mis pensamientos estaban lejísimos en ese momento, claramente en mi casa, con Max y Matt. Era tremendamente molesto que pensaran lo peor de mí, fue bastante humillante que tuviesen que hacerme la pregunte, y lastimo mi jodido orgullo.

Lo hirió.

Lo mato.

Bueno, no lo mato, pero sí que le quito su seguridad a mi puto orgullo.

El auto a mi lado comienza a detenerse, y me entra pánico, porque todos hemos visto las noticias, o escuchado estos casos en la radio. Volteo a todos lados comprobando que hay personas a mi alrededor, así que me repito, que en caso de ser raptada, las personas serian testigos, de manera que me encontrarían, o tal vez un valiente interceda y…

— ¿Señorita Johnson?  —Dice la voz reconocida y yo dejo escapar el aire que contenía. Joder.

—Hombre, me acaba de dar otro susto de muerte. ¿Qué ocurre con usted? —Espeto un poco cabreada, aunque sinceramente estoy más aliviada que nada.

Su rostro se torna de un rosa digno de admirar. Oh, vaya.

Asiente. —Lo siento, de verdad, discúlpeme.

Dice, y mi cerebro empieza a crear historias en la mente. ¿Por qué se detuvo?, es decir, el auto. ¿Por qué aparco al lado de mí? ¿Me sigue?

—La he visto caminar y pensé que necesitaba un…aventón. —Explica calmando mis pensamientos. Y yo suelto una carcajada, porque de alguna forma, decir palabras “De jóvenes”  a los profesores, no va. Y siempre suena de alguna forma graciosamente extraña.

Sonrió y abro la puerta de su auto, me adentro y me envuelvo con el cinturón de seguridad. Me encojo ligeramente de hombros. —No tengo a donde ir.

Frunce el ceño. —Creí que vivía con su madre.

—Si, por supuesto, lo hago. Pero precisamente en este momento, vago por el mundo, y como usted es que ultimo que me ha visto, pues si me ocurre algo la culpa recaerá sobre usted, por supuesto.

—¿Sobre mí? —Pregunta sorprendido.

—No, no realmente. Pero lo invito a tomar una copa, ¿Gusta?

Entrecierra sus ojos. —¿Esto no es un truco, verdad? Porque esta mañana Clarise Smith ha entrado a mi aula para…Bueno, no sé porque le estoy diciendo esto.

Sé un secreto.

Eso es lo que pienso, porque…—¿Me está diciendo que tiene un romance con Clarise?

Niega frenético. —No, no, por supuesto que no. Solo…Yo decía que yo era parte de una apuesta o algo así.

Lo entendía. Obviamente eso iba a pasar, solo hacía falta mirarlo, con su sonrisa estúpidamente hermosa, su rostro tallado por el mismo Dios, su cuerpo…¡Joder! ¡Su cuerpo!

El profesor Crawford carraspeo un poco incómodo. Tal vez noto mi mirada. Ugh.

—Sí, comprendo. ¿Puedo ir a su casa?

Vi su nuez de adán bajar a lo largo de su garganta. —¿Cómo?

—Ya sé que no debería, pero mis amigos están enfadados conmigo por la culpa de usted, lo menos que puedo hacer es llevarme a su casa. —Lo mire. —Por lo menos hasta que haya pasado suficiente tiempo para que se les baje el cabreo.

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