Tal Vez es Momento (KakaSaku)

6. Temor

-¿Cómo está Tsunade-sama?.-Kakashi se acercaba a Sakura que se encontraba en el interior del bosque de pie, recargada en un árbol con los ojos cerrados y el rostro al cielo; los pocos rayos de sol que se filtraban por las hojas de los árboles hacían que luciera angelicalmente iluminada.

-Está mejor. Con mucha hambre, Shizune ya no sabe de dónde más sacar comida para darle.-respondió al tiempo que una sonrisa se formó en su rostro sin cambiar su posición. Para Kakashi verla de esa forma era fascinante, glorioso, mágnifico… tantos adjetivos y ninguno era suficiente para describir la imágen que estaba frente a sus ojos. -Lamento que ya no pudiera ser Hokage.

-Lo importante es que Tsunade-sama despertó.

-Sí. Además usted no parecía muy entusiasmado.- Sakura bajó su rostro para encontrarlo con el de su sensei que aún no había apartado la vista de ella.

-La verdad… no estaba seguro de si yo era la mejor opción para asumir ese cargo; nunca me había planteado ser Hokage. La aldea dependiendo de mi, poniendo sus vidas en mis manos…

-Todo lo contrario, sensei; usted era el más indicado.-le interrumpió con una sonrisa.-Para ser sincera… no existe alguién más a quién yo le confiaría mi vida sin dudarlo.-el rostro de Kakashi reflejo sorpresa.-Los años que he estado a su lado compartiendo misiones me lo confirman, sé que usted estaría incluso dispuesto a dar su vida.-el semblante de Sakura se volvió triste, podía imaginar por qué; el ataque de Pain no fue hace mucho y sabe que ella se enteró que él había perdido la vida en combate. El temor aún estaba a flor de piel.

-Sakura…-Kakashi se acercó a ella al notar que sus ojos comenzaban a enrojecerce y una lágrima ya recorria su mejilla.-…por favor no llores. Sabes que como shinobis estamos en peligro constante, que no sabemos…

-Lo sé…-no lo dejó continuar.-…pero eso no significa que seamos fríos y sin sentimientos, somos humanos antes que todo.-Sakura aún recargada en aquel árbol volvió a mirar al cielo con un aire meláncolico.-Supe lo que ocurrió con usted aquella vez, Katsuyo-sama me lo dijo.

-Sakura… no tienes por qué seguir atormentandote con ello. Estoy aquí, estoy vivo…

-Desería que fuera tan sencillo dejarlo atrás, olvidar que… murió en combate. Pero no puedo, el temor que siento ahora mismo es tan real y tan latente…

-Eso no va a volver a suceder.

-¡¿Cómo puede estar tan seguro?!.-Sakura volteó a verlo a los ojos, alzó la voz, misma que sonó quebrantada y con dureza tratando de ahogar un llanto que ya era inevitable.-Una guerra se apróxima…-utilizó todo su autocontrol y más serena continuó.-…el futuro de todos es aún más incierto que de costumbre… el mundo como lo conocemos corre peligro. Nos enfrentaremos a rivales como Pain… tal vez incluso más poderosos que él. Tengo miedo; sin embargo… no por mi o lo que pueda pasarme…-Kakashi permanecía en silencio, no supo responder cómo evitaría a la muerte. Y al mismo tiempo la declaración de Sakura retumbó en su mente; ¿cómo puede no temer por lo que pueda sucederle?.

-Kakashi, Tsunade-sama quiere verte.-Shikaku Nara hizo presencia. Sakura les dió la espalda por unos segundos, secó su rostro y volvió la vista a Kakashi que seguía ahí; ella le sonrió en señal que estaba bien, y que acudiera al llamado de la Hokage, él quería seguir hablando con la kunoichi, deseaba apasiguar su temor y hacerla ver que él no se va a dejar vencer tan fácil porque ahora tiene una meta y esa es crear un futuro dónde ella está incluida, ese era el momento que estaba esperando desde que tomó la desición de luchar por el amor de la joven. Pero Shikaku permaneció ahí, así que correspondió la sonrisa y a paso perezoso fue detrás del miembro del clan Nara.

El ex-ANBU seguia con duda, deseaba regresar sobre su paso y terminar aquella charla con Sakura, debía hacerle ver que si a la ninja no le importaba lo que pasara con ella a él sí. -¡Al diablo!.-expresó y justo cuando estaba girando para dar marcha atrás y volver a dónde se encontraba Sakura, sintió una suave y pequeña mano en su muñeca terminó de girar y se encontró con la médico quién lo miraba a los ojos, ella soltó su muñeca y dirigió ambas manos al rostro del ninja con un solo propósito, bajar aquella tela y dejar descubiertos los labios del peliplateado. Con toda sutileza lo hizo, dirigió sus manos detrás de la nuca de aquel hombre y lo besó. Kakashi nuevamente estaba probando aquel dulce sabor de los labios de la pelirosa, este posó sus manos en la cintura de ella y la acercó más a él, deseaba sentir su calor y que ella sintiera el de él, ambos se perdieron en ese beso que más que tierno se tornó necesitado, temeroso, como si ese fuera el último.