015

355 48 5
                                    

Nos separamos suavemente.

—Dai, no quiero perderte

Sonreí a medias, sin dejar de verlo a los ojos. Mientras apretaba mis labios.

—Yukio, de eso quiero hablarte

—¿Qué pasa?

—Yo tampoco quiero irme de tu lado, mucho menos perderte, incluso algo peor —hable rápido, a causa de mis nervios—, pero, después de todo lo que te he dicho, enfrenté a mi padre, y él no lo tomo muy bien

—¿Es algo malo, por eso llorabas aquel día?

Asentí, sintiendo las lagrimas bajar por mis mejillas.

—No llores Dai —murmuro, limpiando mis mejillas con sus pulgares, con un tono delicado, suave y que hacía que llorara más—, odio que lo hagas

—N-no es a propósito —murmuré, sorbiendo mi nariz—, lo sabes, pero, no entiendo a mi padre, nos gustamos, nos queremos, te amo, ¿por qué no puedo estar contigo si eres quién me hace feliz?

Él me miro con tristeza, atrapándome en sus brazos y yo lloraba en su pecho.

—Cálmate Dai —susurró contra mi oído

—Yukio, mi ojos bonitos, tengo que decírtelo, —tragué saliva, separándome de él, para verlo—, aposté con mi padre, él no esta dispuesto a verme contigo a mi lado, de ninguna forma, sí él pudiera, nos separaría de sin importar nada, entonces, aposté, fue aquel día que no pude verte en la azotea de la Academia, en cuatro años volvería aquí, a verte, me volvería tan buena que me iría al Vaticano, y después, podría estar contigo; por supuesto que volví, hablé contigo, pero... no quiero irme al Vaticano, pero tampoco quiero irme de aquí, estoy contigo, ¿por qué querría irme?

»Entonces, cuándo supo porque ya no quería seguir con la apuesta y supo el porque, me puso en un dilema, y sabes que jamás permitiría que te hiciera daño, muchísimo menos si puedo evitarlo, por lo tanto, acepté su trato de irme al Vaticano para que perdone tu vida y la de Rin. Principalmente la tuya, pues a Rin lo tiene contemplado en un plan aparte, pero a ti, no creo que quiera mantenerte vivo después de saber que te amo, por eso, a pesar de haber pactado con él, quiero hacer algo al respecto

—Dai, yo... no sé que decir, sigo en shock

—Tranquilo ojos bonitos, cuidaré de nosotros, tengo un plan —murmure mirándolo fijamente—. Solo necesito saber, ¿qué tan dispuesto estás a cerrar todo?

—¿Cerrar todo? —preguntó confundido?

—No quiero decirlo textualmente, pero... ¿qué tan dispuesto estás a desaparecer sin más? —hable despacio, suspirando pesadamente—. A iniciar de cero, ¿recuerdas lo que me dijiste cuándo termino lo de Kyoto? Que sentías que dolía cuando sonreías, cuando tratabas de contenerlo, todas esas palabras de Todou

—Dai...

—Yukio —interrumpo—, te doy la oportunidad de empezar de cero, donde nadie sepa de nosotros, de nuestro pasado, donde no seamos comparados y reducidos a los hijos o hermanos de tal —tomo sus manos con cariño—, dónde solo seamos tú, yo y nuestro amor, sin nadie que diga que sí, que no

—Pero, ¿cómo lograríamos eso? —pregunta asustado—. Tu padre es el director de la Academia, además de un miembro importante en la orden, nos buscará por todos los medios posibles, y cuando nos encuentre...

—Shh —pongo mi dedo en sus labios—, esa cabecita tuya piensa demasiado, quizá no podremos escondernos por siempre, pero si lo suficiente para pensar en otra cosa, y si nos encuentra, no puede matarte, ni a ti, ni a mí

—¿Cómo puedes asegurar eso?

—Yukio, cariño, estoy pensando cómo protegernos —murmuro, poniendo mis manos en sus mejillas, acariciándolas—. Y haré lo posible por ello

—Dai, realmente quiero hacer esto contigo —susurra, cerrando los ojos—, pero, jamás estaría dispuesto a algo si eso implica perderte o causarte un dolor profundo, así que prometeme que  si algo no va bien, falla o la situación se ponga peligrosa, vas a decírmelo, serás sincera conmigo y yo, lo seré contigo

—Te lo prometo Yukio —sonrío, acercándome para besar sus labios—. Te contaré cómo será todo, pero para eso, debemos esperar al festival de pasado mañana

—Dai, oficialmente, ¿te gustaría salir conmigo? —susurra sonrojado, provocándome un ligero sonrojo

—Yuki... por supuesto que sí —respondo emocionada, abrazándolo fuertemente—. ¡Sí y mil veces sí!

Vuelvo a verle a la cara, que esta cubierta por un sonrojo, cosa que me parece sumamente adorable, así que una vez más, vuelvo a unir mis labios con los de él, lento y suave, con una chispa de pasión.

Cuando nos separamos, nos miramos tímidamente, la pregunta flota en el aire y sin mirarnos mucho, asentimos para caminar a la habitación, nos recostamos en la cama, donde volvemos a besarnos mientras nuestras manos abrazan nuestros cuerpos, timidamente pero, ansiosos.

Poco a poco nuestras prendas van sobrando en el camino de nuestras manos, donde poco después, quedamos desnudos a los ojos del contrario, nuestros rostros están totalmente rojos, pero eso no impide que continuemos con lo que comenzamos. En un ligero movimiento atrapa mis piernas sobre las suyas, dejándome en su regazo, donde puedo sentir su dura erección, lo que me hace reír en un acto de vergüenza.

—Sabes que esta por suceder ¿no es así? —murmura con su cabeza apoyada en mi hombro, intento articular una respuesta pero no logra salir—. Solo quiero que me digas sí tú estas segura de continuar con esto

—Podemos continuar —susurro, escondiendo mi cara en su cuello

Besa ligeramente mi hombro, impulsando sus caderas hacía mi, en donde lo recibo con un ligero gemido, mientras se desliza en mi interior, ambos nos aferramos el uno al otro en nuestros hombros, él busca mi mirada y cuando la encuentra, limpia mis mejillas, besándome lentamente.

—Dai, te amo

—También lo hago Yukio, desde el primer día en el que te vi en esa sala de entrenamiento —murmuro pesadamente, al sentir el vaivén que se avecina

Una y otra vez se hundió en mis piernas, así como se lo permití, besándonos y diciendo cuánto nos amábamos; lo mucho que habíamos enfrentado para estar juntos, hasta que la luz de luna se filtró en la ventana, después nos pusimos nuestras playeras, para acurrucarnos el uno con el otro.

—Lo único que deseo, es que pueda quedarme a tu lado —murmuro Yukio, abrazándome por detrás

—Y no sabes cuanto deseo lo mismo, ojos bonitos —murmuré, pegándome a su pecho y cerrando los ojos

Ambos nos dormimos.

...

Pst, hey, Dai —escuche entre sueños—, oye despierta

—¿Mmm?

—¿Qué pasó aquí? —articuló la voz masculina de Rin, un tanto confundida

¿La voz masculina de Rin?

—¡Rin! —salté despertando—. ¿Qué diablos haces aquí? —susurre, mirando a Yukio dormir—, ¿no te enseñaron a tocar o qué?

—También es mi habitación, no tendría que hacerlo, además de que, bueno, ¿qué haces durmiendo con mi hermano?

—Lo que haga con mi novio, es nuestro asunto, así que fuera, prepara algo o que sé yo pero fuera de aquí —susurre enfadada, haciendo ademanes para que saliera de ahí

Suspiré mirando a Yukio, quién seguía dormido, tranquilamente.

☆•☆•☆•

Disculpas sinceras jdjs, ignoré la alarma y justo recordé que era viernes de actualización

-Seok


ʙʟᴜᴇ ғʟᴀᴍᴇs | ʏᴜᴋɪᴏ ᴏᴋᴜᴍᴜʀᴀ [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora