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En cuanto entraron Yoongi desaparecio junto a su padre, el rubio suponía que estarían en el despacho, así que consiguió escabullirse hasta la cocina donde con suerte encontraría a Taehyung.

No quería estar en la estancia con el resto de la familia Min, todos le hacían sentir tan incómodo, especialmente los primos de Yoongi, quienes ni siquiera podían disimular cuando le miraban el trasero y los padres de estos no perdían la oportunidad de soltar comentarios bastante ácidos en cuanto a la inexistente marca en su cuello. Además no estaba de humor para tener otro encuentro con Minho.

Afortunadamente encontró a Taehyung y cuando sus miradas se cruzaron supo que el alfa comenzaría a burlarse de él por lo sucedido con el otro omega, así que se acercó rendido hasta donde estaba el de piel y olor a canela.

—Min Jimin.— Con eso fue que comenzó el castaño con una sonrisa demasiado grande para el gusto del rubio.—Jamás le había visto comportarse de esa manera. ¿Debería asustarme?

—Sólo cállate, Taehyung.

—¿Qué sigue ahora, eh?— Él castaño se rió un poco, mientras veía a su amigo tomar asiento a su lado en el banco alto.—¿Golpearas omegas y perritos?

Park le miró ofendido.—Jamás golpearía perritos.

Taehyung soltó una carcajada que de inmediato contagio al rubio pero pronto tuvieron que guardar silencio porque Minho irrumpió en su lugar tranquilo con una sonrisa tan falsa que sus mejillas podrían quebrarse.

—Taehyung, tu madre esta buscándote, quiere que le digas cuál fue el vino que trajiste de España.— El omega comentó de manera amable y Jimin sólo se limitó a observarlo.—Ella está en la bodega.

Tae se volteó hacia su amigo comunicándole con la mirada que regresaría pronto, el rubio asintió. La cocina no estaba vacía, habían dos betas revisando la comida pero usualmente salían y entraban sin ponerles demasiada atención, además de que la pieza de la cocina era ridículamente grande.

—Escuché que seras parte del evento de Daniel.— Habló Minho, acercándose. 

—Es verdad.— Jimin alzó la vista hacia el omega que estaba del lado contrario de la barra de desayuno. Daniel era su jefe, un alfa extranjero que podía parecer increíble a simple vista, su cabello rubio y ojos azules eran bastantes engañosos pero era un patán de primera.

Minho asintió, volteando rápidamente para ver a las betas salir de la cocina, espero unos segundos y después volvió su vista al rubio, esta vez su sonrisa se había esfumado y tenía un aspecto más sombrío.—Bien, querido Jimin. Sabes perfectamente porque estoy aquí.

—Por mi esposo, por supuesto.— Park le sonrío, apoyando una de sus manos contra su mejilla, mostrándole con toda la intención su anillo de matrimonio.

—Tu y yo sabemos que no eres lo suficientemente bueno para Yoongi.— Minho se cruzó de brazos, mirándolo mal.—Él esta pensando en abandonarte y la prueba esta en que ni siquiera tienes una marca temporal.

Park estaba ciertamente sorprendido, nunca pensó que el joven omega de excelente posición tanto económica como social estaría dispuesto a deshacer un matrimonio cuando podía buscarse el alfa que quisiera. Probablemente Min Yoongi tenía algo especial o más bien el alfa tenía más dinero que los padres de Minho, realmente no sabía por cual opción inclinarse.

—Una marca no prueba nada.— Jimin se encogió de hombros, luciendo bastante despreocupado.—Hay muchas parejas marcadas que se odian mutuamente y es una pena. En cambio mi relación con Yoongi se da  de forma natural, no tengo, ni él tiene que retenerme a través de una marca.

Moon; yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora