Capítulo Dos

1K 87 3
                                    

Legoshi despertaba lentamente y con su pereza habitual mientras los demás chicos de la habitación canina ya estaban arreglándose para el día que daba inicio.

—¡Oye Jack, necesitaré tu ayuda para la tarea! —decía uno.

—¿Mm? ¡Claro! —respondió Jack sonriente.

Legoshi se sentó somnoliento en su cama y Durham se le acercó animadamente.

—Hey Legoshi, ¡vas tarde! —dijo mientras lo levantaba a fuerza de la cama.

Ese día, seguían trabajando en el club para el festival, fueron todos al lugar donde se daría el evento y comenzaron a trabajar arduosamente para adelantar los últimos arreglos. Horas después, mientras Legoshi se tomaba un pequeño descanso, uno de los miembros del club se acercó a él.

—Oye Legoshi… —suspiró—. Los del club estamos un poco preocupados, verás, es por Juno, ha estado un tanto distanciada de los demás y actúa muy raro y, pensábamos que...

Calló un rato un poco incómodo por el silencio y el rostro inexpresivo de Legoshi.

—Ah, bueno, creíamos que tal vez deberías hablar con ella, eres un lobo gris y podrías ayudar a los de tu especie.

—Mmm…

«Juno siempre es muy unida a los miembros del club, algo ha de estar pasando con ella... ¿habrá sido acaso por lo de anoche?».

—Claro… iré a verla de regreso al club.

Juno se había quedado en la escuela, ya que ella estaría practicando para su baile que realizaría el día del festival, para el cual no quedaban más de tan solo cinco días.

El salón se encontraba solo y semioscuro, Juno se encontraba totalmente sola y en ese instante prefería estarlo. Bailando en la oscuridad estaba ella, obviamente ya conocía la coreografía a la perfección, pero por alguna razón practicar la hacía olvidarse de esas ansias que sentía en esos días. Se hallaba muy concentrada en su baile, tan distraída y perdida en sus pasos que casi cae al suelo al tropezarse cuando escuchó la puerta abrirse.

—¿Juno?

Ella se puso nerviosa al verlo entrar, su extraño comportamiento extrañó a Legoshi, quien entró sin encender las luces y tan solo cerró la puerta. Comenzó a caminar hacia ella, pero Juni retrocedía a la par que Legoshi se acercaba.

—Juno… los del club se preocupan por ti.

Juno dejó de retroceder cuando la pared tocó su espalda, suspiró y tomó el control de sus actos.

—Yo… sólo necesito estar sola, Legoshi.

Legoshi se acercó más a ella, hasta que quedaron frente a frente.

—¿Te sientes bien?

—¡Sí! Todo está… todo está muy bien.

Juno se alejó de la pared y pasó a un lado de Legoshi con el objetivo de salir del salón, pero cuando pasó a su lado Legoshi la tomó de la mano para detenerla. Legoshi la acercó a él y la observó cuidadosamente. En todo ese tiempo, nunca había tenido un contacto con ella como el de la noche anterior, siempre se limitó a verla únicamente como una amiga, pero esta vez, parecía cambiar algo, tal vez algo más allá de un sentimiento común, más bien era como un impulso comenzaba a sentir desde la primera vez que sintió en ella ese olor cautivante. No olvidaba el apego que había comenzado a sentir por Haru, la coneja enana que conoció extrañamente aquella noche en que casi la devora, pero ahora, algo más fuerte y poderoso crecía en él cada vez que estaba cerca de ella.

Legoshi —suspiró Juno, para luego liberarse del agarre del lobo—, te veré después...

La loba gris rojizo le dedicó una mirada con una expresión que mostraba... ¿inseguridad? ¿Miedo? ¿Vergüenza? Tal vez Juno intentaba ocultar algo, o por algún motivo se comportaba de forma tan diferente a su usual comportamiento. Al verla irse y dejarlo solo en el oscuro salón, pensó que como su amigo, debía ayudarla, ayudarla a sentirse mejor, pero ¿cómo? Por ahora no lo sabía; pero seguramente más adelante descubriría cómo podría ayudar a Juno con ese problemita por el que pasaba.

Esa misma tarde, al estar libre de responsabilidades, Legoshi se hallaba en el dormitorio, viendo a través de la ventana el sol, y como su brillo suave teñía el cielo de colores naranjas y rojizos. Un pequeño escarabajo se asomó en el marco de la ventana, y lo estuvo mirando hasta que éste tranquilamente se trepó a su mano.

—¡Vaya día! —exclamó Jack entrando al dormitorio.

Se sobresaltó de ver a Legoshi, visiblemente sorprendido, quizá lo esperaba más tarde, o al menos creía que la habitación estaba sola en esos instantes.

—¡Legoshi! —agregó, y tranquilamente tomó asiento junto a la ventana, frente a su amigo—. No esperaba que estuvieras aquí.

Legoshi no respondió, seguía concentrado mirando el pequeño escarabajo que ahora caminaba por su brazo mientras él le facilitaba el trabajo.

—Oh, ¿Y ese quién es? —señaló Jack el escarabajo.

—Trepó por la ventana.

Jack resultaba ser un muy buen amigo, conocía a Legoshi perfectamente, y aunque él sospechaba de que algo debía estar rondando sus pensamientos en esos momentos, no preguntó por ello, no era el momento adecuado para hacerlo. Legoshi siempre tenía mil cosas en su cabeza, se debatía mentalmente como nombrar esos sentimientos que brotaban en su interior: no sabía definir como llamarle a lo que sentía por Haru, ni tampoco al poderoso deseo que sentía por Juno. El Festival del Meteoro se acercaba rápidamente, al día siguiente, ya sólo faltarían cuatro días para el evento y... cualquier cosa podría pasar, incluso una sorpresa...

El insecto se había trepado a su hombro para cuando cayó la noche, entonces Legoshi se levantó, metió el escarabajo en un frasco y se acostó.

𝕴𝖒𝖕𝖚𝖑𝖘𝖔𝖘 ⌈𝐿𝑒𝑔𝑜𝑠𝑖 𝑋 𝐽𝑢𝑛𝑜⌋ ┇𝐁𝐞𝐚𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora