Todoroki Shoto y tú

Aferrarse

Dolor. . . ¿Quién diría que el dolor más grande que podría experimentar una niña no sería un simple raspón en la rodilla?

Nacían en sus ojos cafés y recorrían sus suaves mejillas hasta llegar a desbordarse de su delicado rostro, morían cuando impactaban contra el frío y duro suelo, eran las lágrimas de su corazón.

Una niña se encontraba desplomada en un baño, sola e indefensa, mientras lágrimas, unas tras otras, nacían en sus temblorosos ojos, esta intentaba con todos sus esfuerzos dejar de llorar, pero no podía.

¿Qué era ese dolor tan fuerte en su pecho? Le dolía tanto, no lo soportaba, era un dolor que nacía en su corazón y se extendía rápidamente por todo su cuerpo ¿Por qué? Se preguntaba la niña ¿Acaso lloraba de impotencia? No sabía la razón.

El sonido que producían sus lágrimas retumbaban en la habitación, eran la indefensa niña y sus lágrimas solas entre las cuatro paredes.

El dolor aumentaba cada segundo más, las lágrimas no paraban de salir, ¿Por qué? Se preguntaba una pequeña rubia entre sollozos, ¿Por qué me apartan? Se preguntaba una y otra vez.

" ¿Por qué no les agrado? ¿Por qué me apartan? ¿Qué hice mal? ¿Lo puedo enmendar? " eran las palabras que rondaban por la cabeza de una niña inundada de dolor y desesperación

Ella sabía la respuesta, pero al mismo tiempo le dolía, le dolía que así fuera la realidad, que así fuera su realidad " ¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Qué hice? "

Cada vez las lágrimas eran más incontrolables, le dolía que lo único que ella pudiera hacer sea llorar y abrazar sus piernas, solo necesitaba oír unas palabras. . . Unas simples palabras. . . Solo necesitaba oír. . .

En ese momento la niña siente como dos brazos la rodean, eran dos brazos dulces y cálidos los que la rodearon, era un abrazo reconfortante el que estaba recibiendo, era tan dulce que las saladas y tristes lágrimas pararon de nacer, era un abrazo que hablaba por sí mismo, pues una acción dice más que mil palabras. . . Y una rubia decidió aferrarse a esas más de mil palabras

Aunque sólo fueron 7 segundos, una niña sintió que ese abrazo duró mas, sintió que si se caía esos brazos estarían ahí para ella, sintió que si tenía frío esos brazos la acojerían, pues fue un abrazo sincero, fue un abrazo indescriptible, tal vez sea por el momento o la situación en la que se encontraba, pero fue el abrazo más dulce al que se aferró esa niña

Tan sólo le faltaba oír unas simples palabras para que ese dolor en su pecho se esfumara, que esa impotencia que sentía desapareciera almenos por ese momento, tan solo necesitaba oír. . .

"Todo estará bien. . . Por que me tienes a mí, por que estoy aquí" pronunció dulcememte una niña de cabellos negros atados en dos trenzas, su dulce mirada era conformada por dos orbes morados, eran de un morado tan profundo que la rubia se perdió en ellos, en su pureza, en su calidez, se perdió en su delicadeza, en la delicadeza que tienen para hablar por sí solos.

" Me llamo Takumi, ¿Cuál es tu nombre? " fueron las palabras que dijo una niña de cabellos negros, las suficientes palabras para ganarse la confianza de una sola e indefensa rubia "Me llamo Akiko" respondió esta, pues estaba decidía a aferrarse a esos brazos, aunque sea una vez más, estaba dispuesta a hacer sonreír a Takumi como muestra de gratitud, estaba dispuesta a abrir un espacio para una ojimorada en su corazón.

Aveces las personas están en el lugar equivocado en el momento más inoportuno, pues esta no es una de esas veces, esta vez una niña estubo en el lugar correcto en el momento más apropiado, esas cuatro paredes fueron testigos de aquello.

¿Quién diría que unas simples palabras harían que cesaran las incontrolables lágrimas de Akiko en un segundo?

Pues una linda amistad surgió en ese momento y se mantiene intacta hasta el día de hoy, y lo hará hasta la eternidad.

La sonrisa de Takumi es todo lo que está bien en este mundo, o almenos en el mundo de Akiko.